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Accidente helicóptero La Peza: «Ajos vanos..» y olvido

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Chauchina, SP, 22 de septiembre de 2014.- El 19 de septiembre de 2011, sobre el mediodía el AB412, matrícula EC-JRY se precipitaba contra el terreno, falleciendo sus tres ocupantes. Tres años después, el 19 de septiembre de 2014, Ana Fernández, hermana del comandante al mando, José Antonio Fernández Pérez, 48 años, de ese vuelo, nos hacía llegar una foto de la piedra grabada en el lugar del accidente en el término municipal de La Peza, (Granada) que han erigido en su memoria y la de sus compañeros de tragedia. En el accidente fallecía el tambien piloto Miguel Blanco, 41 años, así como el pasajero y topógrafo Francisco Ariza Palma. Ana en primer lugar nos hizo llegar su amarga tristeza por el olvido de ese accidente, que con tres años de diferencia reaviva aún más el dolor de su corazón, pues Ana es todo corazón, y el reciente accidente de otro compañero de su hermano del operador Faasa, Fernando Baraza, en las proximidades de Almansa (Albacete) el pasado 14 de septiembre ha supuesto un nuevo punto de inflexión a su indignada existencia desde que sucedió el accidente en el que su querido hermano fallecía. Ana quiere "la verdad", y "la Justicia" sobre lo acontecido. Nada más.

Una cabeza de ajos, puede contener unos "ajos vanos", es decir secos, es decir vacíos… expresión muy granadina y agrícola, que refleja la desesperación al no encontrar respuestas por parte de Ana a la verdad técnica de lo sucedido en aquel accidente, y sus dudas a que la Justicia se haga finalmente sin un Informe Final veraz. Verdad y Justicia, un slogan recurrente, entre las familias que sufren los accidentes en España, con el que desde hace tres años las familias esperan las respuestas que les hagan poder pasar capítulo, aunque no olviden, y obtener algo de paz. El consuelo llega al menos desde el conocimiento de la Verdad de lo sucedido, y el convencimiento de que se ha hecho Justicia. Dos Informes provisionales, y la investigación que sigue en marcha hoy. Una demora que no tranquiliza en nada a los que esperan a pesar del olvido que Ana siente dentro, lleno de giros e imágenes lorquianas que hacen de esa cabeza de ajo, una cabeza de "ajos vanos", vacío, vacío..

Ana piensa y siente que está sóla en su lucha por la memoria y el buen nombre de su hermano. Ana toca a todas las puertas esperando respuestas, el Juzgado de Guadix, la empresa a la que reprocha hacer unas jornadas de puertas abiertas proximamente, y obviar el Tercer Aniversario del accidente en el que su hermano fallecía junto a otras dos personas. Ana desconoce la existencia de la Oficina de Atención a las Víctimas, un servicio público que no se ha puesto en contacto con ella, y que echó a andar hace un año ya, y al que tiene derecho, pues entre sus competencias no se excluye la de atender e informar a los familiares de accidentes anteriores a su constitución. Ana sigue minuciosamente los pasos de la investigación, y hace la suya propia, concluyendo, por ejemplo, que el rastreo de los restos de la aeronave no se hizo minuciosamente, ya que alguno de los objetos personales de los tripulantes fueron recogidos por personas ajenas a la investigación. "Había prisa por retirar el helicóptero, no vaya a ser que aparezca alguna cámara indiscreta por el lugar en el que cayó…", nos señala indignada con esa falta de minuciosidad, y de custodia correcta de las "pruebas". Esta custodia de los restos, que increiblemente están depositados en las instalaciones del propio operador, a pesar de ser responsabildad de la CIAIAC. "Donde la chatarra" le dijeron a Ana cuando preguntó por los restos. Algo habitual e inaudito que sucede en España. Ana no está tranquila con la investigación, y está indignada con el olvido que siente entorno a ese accidente.


El Cortijo de la Chorrera es el lugar donde fue a caer el AB412 que pilotaba "el niño", que es cómo su hermana le llamaba. Dos Informes provisionales de la CIAIAC se han emitido desde entonces. El Juzgado de Instrucción Nº2 de Guadix podría haber autorizado recientemente una nueva prueba solicitada por la CIAIAC. El COPAC está personado en este accidente como Acusación Popular. Ana puede estar tranquila en este sentido, pues el Colegio Oficial de Pilotos, al que su hermano pertenecía, así como su compañero, está velando tambien porque la verdad se esclarezca en este caso. Pero a Ana tambien le extraña que se solicite una nueva pericial, casi 3 años después, y que los restos a examinar hayan estado depositados esos tres años, en las instalaciones de lo que se puede considerar una "parte" directamente implicada en el accidente, el operador del mismo, ya que el helicóptero accidentado es la prueba material del accidente, y el que la CIAIAC pida permiso a la Juez del Juzgado de Instrucción nº2 de Guadix, Doña M.L.Delgado, para la manipulación y transporte de componentes de la aeronave accidentada para su análisis, desde las instalaciones de FAASA en Palma del Río, hasta Ocaña en Toledo. Implicitamente se estaría reconociendo que éste hecho, por sí sólo, podría suponer una alteración y modificación de los restos del accidente, lo que teniendo en cuenta dónde se encuentran depositados, es algo llamativo ahora. Ana se pregunta por la cadena de custodia de esos restos. Esa duda no le tranquiliza nada. En cualquier caso aunque tarde, tardísimo, si la Juez lo autoriza, se analizarían estos restos, y puede que se haga la luz sobre las causas del accidente. Este es el único y exclusivo fin de la investigación.


Ana reconoce que la Instrucción y el trato con la Juez sí está siendo exquisito. Pero sabe que de ese informe dependerá que la Verdad se esclarezca, caiga quien caiga.


Dos Informes provisionales del expediente A-034/2011, en tres años, julio de 2012 y octubre de 2013. El primero señalaba entre las "Próximas acciones" de la CIAIAC como son el Análisis del FDR y CVR de la aeronave referente a los últimos minutos de vuelo, de los Sistemas de mando del helicóptero y sus "posibles fallos", y la posibilidad de "una inspección completa de los motores de la aeronave", que sufrieron serios desperfectos. En el segundo Informe provisional, de 30 de octubre de 2013, con más de un año de distancia respecto al anterior, en el apartado 4 "Situación actual", la CIAIAC indica que "Se ha finalizado la inspección por el fabricante de los motores recuperados del accidente", habiendo ya emitido un informe sobre su funcionamiento, previo al accidente, basándose en los parámetros del FDR. Respecto al sistema de mando, al que se aludía en el Informe provisional anterior, se habría presentado un estudio del laboratorio de materiales de "un elemento susceptible de haber fallado", pero desgraciadamente para la investigación, señala la CIAIAC que "ha mostrado que el fuego generado, tras el impacto contra el terreno, ha dañado dicho elemento de estudio y no ha permitido el avance de investigación en ese sentido".
El tercer punto reconoce que dos años y un mes después del accidente, la CIAIAC todavía estaría intentando extraer conclusiones sobre la localización de un "malfuncionamiento de algún elemento rotatorio" estudiando las grabaciones de la CVR, para poder conseguir "información indirecta" de lo sucedido.

Accidente de helicóptero en la tierra de García Lorca

Ana no sabía cómo describirnos sus sentimientos entorno al proceso de investigación y al olvido que ella percibe se está sumiendo el fallecimiento de su hermano José. Ese vacío lo definió con la expresión "ajos vanos", que hizo que viéramos en la obra de García Lorca referencias al ajo. Ana es tan expresiva como sentida en todo lo relacionado con su hermano. José era de la localidad de Chauchina (Granada) como ella. José Antonio pronto buscó una salida laboral en el Ejército como hacen tantos hijos de agricultores en España. Ana recuerda que José hizo sus primeras horas de vuelo con el Coronel Francisco Alvarez. Un tiempo voló con base en Tenerife Norte y luego comenzó a trabajar en FAASA tras abandonar el ámbito militar. Trabajó en varias bases, Cartama en Málaga, Alhama y Serón en Almería, Puerto Lobo en Granada, y en numerosas más.

Finalmente José Antonio fijó su residencia en Córdoba cerca de la central de la empresa en Palma del Río, y acabó además siendo instructor de vuelo.
Sus compañeros le señalan a su hermana Ana, que José "era uno de los mejores pilotos de la compañía, sino el mejor. Disfrutaba volando y transmitía una enorme seguridad cuando lo hacía o impartía su instrucción. Sus alumnos y compañeros se disputaban volar con él. A los brigadistas les encantaba su compañía y su forma de trabajar. Sus ataques cuando había fuego eran magistrales, y trataba de cumplir su misión siempre dándolo todo. Un buen compañero con el retén y los mecánicos". Había días en los que él cerraba la base para que sus compañeros, después de algún día de duro trabajo, "pudiésemos ir a casa estar con nuestras familias". Al día siguiente era tambien José Antonio el primero en llegar y abrir la base, nos comenta Ana.

José en casa era discreto. Los suyos desconocían que era comandante, e instructor. Ana nos dice que cuando le preguntaban "¿niño qué eres ahora?. El respondía "yo piloto…". Tras fallecer Ana ha ido descubriendo que era un comandante muy querido por sus compañeros, pilotos, brigadistas, mecánicos… Tambien que profesionalmente era muy reputado.

Ana nos dice que su hermano era "un gran padre con su hijo Eugenio" y una bellísima persona. El otro día Ana intentó dejar un mensaje en el Facebook de la empresa, coincidiendo con el accidente de Almansa. La empresa puso un crespón negro y el nombre de Fernando el piloto que moría en acto de servicio el 14 de septiembre de este año. Ana quiso que tambien se acordaran de su hermano, desconocemos en qué términos, pero el caso es que se lo borraron, se queja con amargura.

Ana mandó hacer un lítico monolito en honor a su hermano y a los demás fallecidos. Ana nos dice "mi hermano vivió sin que se notara su presencia, pero su ausencia la recordamos todos los que le conocimos". "Tu camino fue corto, pero dejaste una gran huella allí por donde pasaste".

Ana cada tres meses va a Guadix a seguir la instrucción del accidente de su hermano. Puntualmente. Ana está convencida de que se trató de un falló técnico ("mecánico"), e intenta dejar muy claro que su hermano estaba en perfectas condiciones físicas y mentales el día del accidente. No quiere que haya duda alguna al respecto. Ana le ruega a la titular del Juzgado nº2 de Guadix, que está instruyendo, que si para saber la verdad de lo sucedido tienen que "abrir una y mil veces los motores de la aeronave, que lo hagan. Que las manden a Toledo las veces que sea necesario…" Ana le pide a la Juez "que se haga Justicia", y "que la muerte de mi hermano y los otros dos fallecidos sirva para que se revisen los helicópteros y si hay responsabilidades que se paguen". Le recuerda a la Juez que se trata de personas y no de un simple número de expediente nos señala. Ana no desfallecerá hasta que se consiga la verdad y la Justicia.

Es la historia de una hermana que quería a su único hermano. Ana nos deja este escrito que empieza así:

Mañana me levantaré como hace ya tres años,
recordándote y sintiéndote en mi corazón,
ese trozo que me falta eres tú.

Y recordando a García Lorca, de la tierra de Ana, de José Antonio, llamado "Muerto de Amor", hay una estrofa que dice en alusión a los ajos, a la luna y a los ajos… A la luna menguante que dice así Ana:

¿Qué es aquello que reluce

por los altos corredores?

Cierra la puerta, hijo mío,

acaban de dar las once.

En mis ojos, sin querer,

relumbran cuatro faroles.

Será que la gente aquélla

estará fregando el cobre.


*


Ajo de agónica plata

la luna menguante, pone

cabelleras amarillas

a las amarillas torres.

La noche llama temblando

al cristal de los balcones,

perseguida por los mil

perros que no la conocen,

y un olor de vino y ámbar

viene de los corredores.


Ana no está sóla, ni los familiares de los tres fallecidos en su lucha. Es una lucha tan repetida en nuestra aviación, que quizás este accidente que tiene muchos visos de que dificilmente se pueda ocultar en sus causas, múltiples, como todos los accidentes, sirva para cambiar de una vez ese estado de cosas.


Ana, cuando miremos de nuevo la luna, "ajo de agónica plata…", no podremos ya olvidar jamás, ni a tú hermano, ni a los que aquel día le acompañaban.



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