La Asociación Profesional de Controladores Aéreos de España (APCAE), recibe con satisfacción la publicación en el día de ayer, en el Boletín Oficial del Estado, del Real Decreto 28/2011 por el que se deroga el Real Decreto 1611/2010, de 3 de diciembre, por el que se encomendaba de forma transitoria al Ministerio de Defensa la protección en el lugar de trabajo de los controladores aéreos civiles españoles, que no el control del tráfico aéreo como el gobierno pretende trasladar de forma engañosa a la opinión pública…
…, ya que durante la vigencia del mencionado Real Decreto ningún controlador aéreo militar ha realizado sus funciones en ninguna dependencia de control civil, ni se han recibido directrices técnico-operativas de ninguna índole por parte de autoridad militar alguna.
Asimismo, esta asociación profesional coincide con lo expuesto en el cuerpo del Real Decreto 28/2011, en relación con que han "cesado las circunstancias extraordinarias que determinaron la promulgación del Real Decreto 1611/2010, de 3 de diciembre", ya que el ministro de Fomento y la entidad pública Aena han dejado desde entonces de acosar a los controladores aéreos y porque parece que ambos se han dado cuenta que el camino adoptado atentaba contra la seguridad de vuelo, trastocaba de forma letal el funcionamiento de la navegación aérea, al tiempo que perjudicaba nuestra maltrecha economía y la imagen de nuestro país.
Por otro lado, esta asociación profesional desea agradecer a los generales, jefes, oficiales y suboficiales que han formado parte de los efectivos que durante los últimos 43 días han compartido nuestras inquietudes, la sensibilidad, comprensión y saber hacer que han mostrado en todo momento, dando puntual y eficaz respuesta a las distintas cuestiones que se les planteaban en las dependencias de control civil, así como no haber interferido en absoluto en nuestro trabajo. Y aunque somos conscientes de que esta misión pudiera considerarse en cierto modo humillante para quien por derecho tiene misiones más elevadas encomendadas por nuestra Constitución, ello ha hecho posible que los controladores aéreos civiles hayamos podido gestionar durante este tiempo con seguridad, eficacia y eficiencia 150.000 vuelos, que han transportado doce millones de pasajeros y 60.000 toneladas de carga sin que se haya producido incidencia reseñable alguna, como así ha podido verificarse desde distintas instancias. Nos congratulamos por ello y deseamos compartir este logro con todos vosotros.
También deseamos pedirle al millar de efectivos militares movilizados disculpas por haber trastocado vuestras vidas durante las fiestas navideñas. Pero era absolutamente necesaria vuestra protección así como vuestra contribución al funcionamiento adecuado de la maquinaría de la navegación aérea si no queríamos que sufriera alteraciones de consecuencias irreparables. Gracias a todos porque juntos le hemos devuelto la normalidad al sistema de navegación aérea español.
Finalmente, desde APCAE deseamos pedir de nuevo nuestras más sinceras disculpas a los usuarios del transporte aéreo porque ellos, que son quienes con sus tasas sostienen el sistema de navegación aérea español, fueron quienes sufrieron los pasados días 3 y 4 de diciembre de 2010 las consecuencias de la ineptitud del gobierno español para solucionar durante el último año un desacuerdo de índole laboral, al precipitarse y cerrar innecesariamente todo el espacio aéreo español y decretando sin justificación moral ni respaldo legal el Estado de Alarma. Y si bien tenemos plena confianza en que no volverá a ser necesario tener que asumir decisiones indeseables, para nosotros -como para ustedes y sus familiares y amigos- siempre será más importante su seguridad que sus vacaciones.
Estamos convencidos, que el paso del tiempo irá permitiendo conocer los datos que lleven a que nuestra profesión recupere su buen nombre y los controladores aéreos la dignidad injustamente arrebatada así como nuestros plenos derechos constitucionales, laborales y morales que hoy se nos restringen y hasta niegan desde ciertas instancias gubernamentales, políticas, judiciales y sociales.
