El resumen es sencillo. Se trata de que los elementos de producción rindan al máximo. Los pilotos entre ellos. La Ley EASA sobre actividad/descanso de las tripulaciones, tras seis años de elaboración, ya se encuentra en fase terminal. Su borrador ya está en el seno de la Comisión Europea, antes de pasar al órgano legislativo. Y todo esto dentro del Reglamento europeo EASA-OPS, que sustituirá a la EU-OPS, y la famosa SUBPARTE-Q. Los mínimos normativos que puede reflejar suponen una nueva amenaza. ¿Porqué?
El famoso estudio científico Moebus, encargado por la propia EASA, duerme el sueño de los olvidados. Este tildaba de insegura la ley que se estaba preparando. Luego no interesaba.
Dos años después se publicaba el NPA (Notice of Proposed Amendment), que era el borrador de la ley sobre FTL (Limitaciones del Tiempo de Vuelo). Este tuvo 50.000 alegaciones y aún no cumple los criterios preventivos de los que avisaba Moebus. Por tanto el desarrollo tiene vicios no tan ocultos en opinión de los expertos. Tiene vicios evidentes y palmarios en relación a la fatiga de las tripulaciones.
Según el último número de la revista MACH82, en un magnífico y documentado artículo firmado por la periodista María Fernández, "Europa último peldaño hacia una ley definitiva" (MACH82 nº163) la nueva ley permite las siguientes "amenazas", perdón prácticas:
Imaginaria con disposición inmediata, que permitiría tras 22 horas de actividad que un piloto aterrice un avión lleno de pasajeros.
Vuelos nocturnos, que pese a que los científicos creen que el tiempo máximo debería limitarse a 10 horas, la ley permitiría entre 11 y 12.
Incidencias, admitiéndose una programación de las tripulaciones de hasta 23 días en los que de día o noche pueden ser llamados por el operador en cualquier momento.
Desentimiento, en el que EASA de desentendería de evitar normativas que permitan programaciones que alteren o rompan patrones del sueño.
Largas jornadas con gran carga de trabajo, que no protejen estas condiciones con gran número de despegues y aterrizajes. Aquí la incidencia en la carga aérea y vuelos de corto radio estaría definitivamente del lado del incremento de la fatiga. Todos los científicos coincidirían en esto, pero EASA lo ignora.
Evidentemente la presión de las compañías es mucha, lo ha sido y lo será. ECA-European Cockpit Association- indica que esto supondrá una regresión en muchos países, sobre todo en aquellos en los que los estándares actualmente son más elevados. La lucha está entre anteponer o no la seguridad de los pasajeros a los intereses comerciales.
En la actual fase del capitalismo extremo que estamos viviendo, está claro de qué lado caerá la balanza. Un símil algo chusco pero muy gráfico sería el de la bancarrota financiera. O es que ¿no se ha antepuesto el beneficio al nivel de riesgo que estaban asumiendo las entidades financieras? por ejemplo, en España.
Pues en España precisamente la falta de cultura de la seguridad, que llega a extremos increíbles oficiales, no es uno de los países que parezca se va a tomar en serio precisamente eso que algunos denominan "fatiguita" de las tripulaciones, evidente prueba de lo poco en serio que se toma esta amenaza real…