El A400M esta acumulando una serie de problemas, que poco tienen que ver con el desempeño de los trabajadores de Airbus, la calidad de su trabajo o a un posible reparto de contratos por “cuotas nacionales políticas”, tal y como apuntaba la Ministra de Defensa Alemana Ursula von der Leyen.
Uno de los problemas más importantes es un defecto de fabrica de la caja reductora de las enormes hélices del A400M, la PGB (propeller gearbox) fabricadas por la compañía Italiana Avio, filial del gigante estadounidense GE; se han encontrado algunas grietas en un avión que fue entregado a principios de año al Reino Unido, que pueden provocar que pequeñas virutas de metal pasen al circuito de refrigeración del aceite de los motores y lo dañe. Debido a estos fallos, un número significativo de los motores turbohélices TP400 ya han sido sustituidos en 26 aeronaves entregadas hasta la fecha.
Por otro lado, también se han encontrado unas pequeñas grietas en las cuadernas fuselaje central en algunos de lo A400M que están hechos con una aleación de aluminio especial, y que según los expertos han podido ser causados por las condiciones químicas y ambientales.
Obviamente todo esto implica un incremento en los ya abultados costes de producción del A400M, (ya habían aumentado a 28.000 millones de euros) y un problema logístico en la planta de Sevilla, ya que la reparación simultanea de tantos motores requiere un espacio adicional que de momento aún no tienen.
