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marzo, jueves 28, 2024

Guía práctica para el opositor AFIS español

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Policía AFIEstimado Señor: Me dirijo a usted, porque últimamente observo con cierta pena cómo las posibilidades para desarrollar mi vida profesional en el ámbito del control del tráfico aéreo se van desvaneciendo. La publicidad que se ha hecho estos últimos días sobre la convocatoria de nuevas plazas de controlador me ha dejado un poco descolocada por la indefinición y la falta de seriedad que veo en todo esto. Pero no es esta la razón de dirigirme a usted, sino comentarle cómo he vivido en primera persona todo lo relacionado con el AFIS, porque me temo que se parece mucho a lo que va a suceder con el ATC si no se pone remedio.

Antes de empezar a contar mi experiencia sobre lo que viví durante las pruebas AFIS, me gustaría comentarle algo de lo que sería el prólogo de las que se celebraron en febrero/marzo del presente año, que fueron a las que yo me presenté.

En diciembre del año pasado, durante una visita que hice al ACC de Canarias, me comentaron que iban a salir plazas de AFIS. Me explicaron por encima de qué se trataba y cómo querían desde el gobierno y Aena implantar este servicio en aeropuertos pequeños.

Por aquel entonces, se hablaba de ponerlo en aeropuertos de menos de 50.000 movimientos al año, lo que equivale más o menos a dos tercios de los aeropuertos españoles. Aquello me pareció exagerado. El primer curso de AFIS ya se estaba llevando a cabo en aquella fecha. Según pude saber, los que habían sido seleccionados formaban parte de un grupo de pilotos exalumnos de ADVENTIA. También supe, que los profesores de Aena/SENASA no tenían conocimiento de nada de lo que estaba pasando y que tampoco habían hecho pública la convocatoria.

Pues bien, visto lo visto me lié la manta a la cabeza y me fuí un día a Madrid a conseguir la mayor cantidad de información posible sobre los operadores AFIS. Tras mucho ir y venir por las dependencias de AENA en Barajas, acabé en el edificio de INECO, en el Campo de las Naciones, donde pude tener una breve charla con una de las señoritas del departamento de recursos humanos. Hablando con ella le pregunté cuáles serían los requisitos para acceder al puesto, a lo que me respondió que "saldría en la convocatoria". Le pregunté que dónde se anunciaría la convocatoria de plazas (prensa, internet, o cualquier otro medio de difusión público…), a lo que me respondió esbozando una gran sonrisa: "eso no te lo puedo decir". Aquello me dejó un tanto descolocada porque empecé a darme cuenta de lo "transparentes" que podían llegar a ser en procesos de selección de este calibre, aún incluso mostrando un interés manifiesto y yendo a Madrid exclusivamente con el propósito de conseguir información de primera mano directamente de la empresa encargada de realizar la selección y la formación.

Cuando meses más tarde salió la convocatoria y me apunté inmediatamente aunque no sabía muy bien cuándo iban a ser las pruebas ni nada. En esos momentos estaba finalizando un curso de formación para comenzar a trabajar en una empresa extranjera y todavía me quedaban un par de días de prácticas en el puesto de trabajo antes de que me contrataran.

En mi candidez creía, que finalizando el periodo de inscripción revisarían las solicitudes y que en un plazo razonable de tiempo pondrían las pruebas. Pero para mi sorpresa un par de días después del fin de la inscripción recibo un SMS en el que se me requería estar en 2 días en Madrid para las pruebas.

Tras mover cielo y tierra para conseguir que me cambiaran los días de prácticas -aún recuerdo el día antes de las pruebas la odisea vivida para conseguir billetes para poder volar a Madrid-, y saber que estaba empleando mi tiempo y mi dinero en algo en lo que no tenía mucha idea a donde me llevaría ya que más indefinición no podía haber, me fui a Madrid. Una vez allí, me encontré con unas 700 personas en una sala de exámenes de la Universidad Complutense, 8 supervisores de la empresa encargada de realizar las pruebas de preselección y unas sillas y mesas de dibujo técnico un tanto incómodas.

Las pruebas se dividían en 4 secciones, si mi memoria no me falla. Sorprendía una de ellas por tratarse de problemas basados en cuestiones económicas que, realmente, querían analizar la capacidad de chequeo de listas, búsqueda de items en tablas, etc, pero con un lenguaje y un trasfondo económico. Estas pruebas nos situaban a los candidatos en un entorno totalmente ajeno, descontextualizado de lo que un AFIS va a experimentar en su puesto de trabajo. La última prueba era de inglés, pero tan sólo desde un punto de vista gramatical, sin tocar ningún nivel operativo. Según los niveles de inglés requeridos por la OACI lo que se requiere es un inglés técnico aeronáutico, no un inglés con el que podamos mantener una conversación gramaticalmente correcta. Por eso, la prueba de inglés que hicieron estaba fuera de lugar. En esta primera fase no creo que se tuviera muy claro lo que se buscaba ni cómo evaluar a la gente para conseguirlo. Compañeros que pasaron el FEAST en Eurocontrol no pasaron esta primera fase, lo cual me hace preguntarme sobre el nivel de fiabilidad de este tipo de pruebas hechas deprisa y corriendo.

Pese a todo, me comunicaron días después que había pasado la prueba y que debía de ir a la entrevista personal. Fui de nuevo y lo primero que me hicieron fue otra prueba de inglés conversacional con un irlandés que duró unos cinco minutos y en la que me plantearon una serie de noticias relacionadas con temas que yo (por haber estado 2 meses largos dedicada en exclusiva al curso profesional que ya le he mencionado antes y no a ver las noticias) no tenía ni idea de qué iban. Cuando aquel hombre me pidió que hablara sobre ellas le dije bien claro que no tenía ni idea de qué iban por haber estado "enclaustrada" estudiando. Así, que comencé a divagar sobre una de ellas hasta que entablamos una conversación. Se desvió el tema y acabamos la prueba.

Después pasé a la entrevista individual, en la que se me explicó lo que se nos ofrecía: un curso de tres meses a tiempo completo tras el cual tendríamos que firmar un compromiso de 2 años de duración, en los cuales INECO se reservaba el derecho a requerir mis servicios (o no), y en caso de que te negaras tendrías que pagar la cuantía del curso que ascendía a 6.000 euros. Mi primera reacción fue de sorpresa y creo que se me notó. En esos momentos había superado un curso bastante duro tras el cual tenía en mano un contrato de tres años que no iba a cambiar por algo tan poco claro como lo que me estaban planteando. Lo comenté y yo creo que eso, unido a lo que contrasté con otros candidatos que estaban en el paro deseosos de agarrarse a la oportunidad de conseguir un trabajo (que no el curso de operador), me hizo que no fuera la candidata "ideal" y por lo tanto que no me llamaran para la última prueba con INECO. He de decir que cuando salí de la entrevista lo primero que pensé fue: "aquí, sin nada seguro, pillada durante 2 años y sin una formación reconocida no me voy a meter porque para esto me quedo donde estoy, que no es el mejor sitio pero al menos sé que tengo trabajo y un sueldo".

Quiero puntualizar, que INECO era quien en última instancia seleccionaba a los candidatos a propuesta de la empresa encargada de la pre-selección. Después, hablando con personas que saben mucho más que yo de los tejemanejes de Aena, SENASA, INECO y ADVENTIA me confirmaron que hice bien en no tomarlo como opción y el paso del tiempo me lo ha ido confirmando.

En resumen, mi opinión de mi experiencia con AFIS es que:

  • a) Era algo no planeado y que se hizo rápidamente y con desorden. Siempre me acordaré de la sonrisa que esbozé cuando leí la sentencia de Bruselas a las pocas semanas echando atrás la implantación de AFIS en los aeropuertos en los que hubiera tráfico comercial regular, es decir, todos aquellos en los que hay controladores aéreos.
  • b) INECO quería/quiere gente que esté dispuesta a estar disponible para ellos de forma incondicional, incluso sin ver un duro.
  • c) La selección de la gente fue subcontratada a una empresa que nada tenía que ver con temas de control aéreo y que mucho menos sabe lo que se está requiriendo a los controladores aéreos en Europa.
  • d) El inglés que se pedía en las pruebas era un inglés genérico/conversacional, no un inglés técnico propio de la profesión.
  • e) La formación se deja en manos de personal extranjero cuando en España tenemos personal más que cualificado para formar a los futuros operadores.
  • f) Todo el proceso de AFIS se hizo a espaldas de los controladores, sin contar con su apoyo ni informándoles de lo que estaba teniendo lugar o intenciones.

Esto es todo. Espero que considere oportuno publicar esta carta en su medio a fin de que sus lectores puedan tener más elementos de juicio cuando se planteen la posibilidad de presentarse bien a operadores AFIS o a las plazas de controlador que probablemente se ofrezcan en los próximos días.

Reciba un cordial saludo

Mº Jesús Ybarra

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