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Hasta la plastificación de maletas en Barajas está fuera de control

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Madrid, SP, 27 de noviembre de 2014.- Que «varias bandas de plastificadores lleven dos años operando en Madrid-Barajas, amedrentando y amenazando a los trabajadores de la concesionaria legal…» según denuncian los propios trabajadores y refleja EP en una nota de agencia, es todo un síntoma de la falta de garantías, y, sobre todo, de seguridad en el entorno del mayor aeropuerto de España. Safe Bag, una compañía que ganó un concurso para la plastificación de maletas, por boca del directivo de la empresa, Juan Ribas, explica a Europa Press, cómo la situación ha ido empeorando en los últimos meses. En definitiva se trata de una muestra más de que tambien al otro de los controles de seguridad, la situación no está controlada, y esto, tambien supone un auténtico problema de seguridad. Además en la adjudicación de estos servicios, AENA debería incluir una cláusula de garantía de exclusividad tras la concesión, y debería tener una penalización, dado que la empresa cifra en nada menos que 400.000EUR/año sus pérdidas. La consecuencia de la permisividad o incapacidad para controlar estas prácticas, evidentemente es que peligran los puestos de trabajo, e increiblemente, son los propios trabajadores los que tienen que defender la legalidad vigente en el mayor aeropuerto de España, para defender sus puestos de trabajo.

«Cuando nosotros empezamos a trabajar en Barajas había algunos plastificadores ilegales, algo que no nos contaron desde Aena. Poco a poco fueron llegando más y cómo nadie ha hecho nada para controlarlo. Se sienten con una impunidad absoluta y ya son tres bandas ilegales las que operan aquí. Por eso los trabajadores se han plantado y han dicho 'Basta'», ha explicado.

En un principio, operaban en la T-4, aunque poco a poco se han distribuido por el resto de las terminales, hasta tal punto que en vuelos como los de Malabo y Bogotá sólo trabajan los plastificadores ilegales, según han detallado a Europa Press las mismas fuentes.

La actuación de estas personas, que a veces llevan hasta un número de 40, está ocasionando problemas de todo tipo. Como empresa, Safe Bag ha calculado que con esta competencia desleal, que no paga ningún tipo de impuesto, pierde 400.000 euros al año. Por otro lado, los trabajadores pierden pluses de productividad y reciben amenazas y golpes.

Los plastificadores ilegales, según ha detallado Rivas, se dividen en tres grupos por nacionalidades: rumanos, búlgaros y subsaharianos. Llegan a primera hora juntos y se distribuyen por varias terminales, especialmente la T-4. El material se lo distribuye una furgoneta nodriza, que le transporta además de un terminal a otra. Se trataría, por tanto, de bandas organizadas y jerarquizadas.

Estas personas utilizan plásticos de baja calidad –que llegan a dañar las cintas transportadoras de maletas del aeropuerto–, comprados en las tiendas, para plastificar a mano las maletas, a diferencia de la compañía concesionaria, que utiliza máquinas. Ante esta situación, algunas compañías aéreas han reaccionado y no permiten embarcar plástico que no sea de la calidad legal en sus vuelos. Por eso, la empresa concesionaria pide que Aena universalice esa medida.

Los plastificadores ilegales cobran cinco euros por maleta, frente a los siete de los legales. Precisamente, usan esta precio bajo para convencer a los turistas de que utilicen sus plástico, taponando o rodeando las máquinas legales de plastificar.

Si algún trabajador de Safe Bag les recrimina su actitud o comenta al pasajero la ilegalidad de su actuación, es amenazado, incluso con armas blancas, ha relatado a Europa Press el responsable de la compañía.

El grado de intimidación ha llegado, en ocasiones, a que algunos hayan acabado su jornada de trabajo con ruedas de los coches y motocicletas rajadas, además de la amenazas de muerte que han sufrido ellos y algunos guardias de seguridad que les han hecho frente.

El directivo ha indicado que la empresa ha mandado cartas a la Presidencia de Aena y a su director comercial, pero «no han obtenido ninguna respuesta ni sensibilidad». Los trabajadores han interpuesto quejas ante la Dirección de Aena, el Ministerio de Fomento, el Ayuntamiento, la Delegación del Gobierno en Madrid, así como denuncias particulares en los Juzgados y ante los policías, «que también han demostrado su inhibición ante lo que ocurre».

«Entre el descenso del número de pasajeros, la ampliación de los vuelos 'low cost' en los que muchos viajeros van sin maleta más la actividad ilegal y agresiva de estos piratas estamos asfixiados», ha concluido Juan Rivas.

LOS TRABAJADORES, MOVILIZADOS

Por su parte, los plastificadores legales han creado una plataforma sindical, desde la que lanzaron ayer mismo un manifiesto en el que piden que se les garantice «unas condiciones decorosas de trabajo y seguridad contra las agresiones físicas que día a día denuncian ante la Policía y ante Aena sin resultado».

«Este situación corrompida no nos deja más salida que el empleo de movilizaciones y por último de la huelga, sin plazo definido de terminación, como el arma más poderos que poseemos para reivindicar nuestros derechos. Procedemos además, a la adopción de todas las medidas que consideramos adecuadas para lograr el éxito de nuestras demandas», señala el representante sindical, Juan de Dios Rodríguez.

Así, en el día de hoy algunos empleados han realizado protestas y han colocado carteles en las máquinas plastificadoras del aeropuerto, que más tarde han sido retirados por los agentes.

A su requerimiento, el Grupo Parlamentario Socialista presentó ayer una pregunta escrita al Gobierno de la Nación en el pide saber qué medidas ha adoptado o tiene previsto adoptar para evitar estas actividades ilegales y para garantizar la seguridad de los trabajadores legales.

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