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La instrucción de los nuevos o que Dios reparta suerte

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(CAYOH Blog) 8 de julio de 2013.- El control aéreo se ha vuelto una de las cosas más absurdas del planeta por culpa de la famosa fuga de cerebros. Lo que en mis tiempos se traducía como "que se vayan las guapas y que se queden las que follan", sólo que no estamos haciendo una peli porno sino un certamen de belleza y claro, así nos va. Ahora nos vigila a todas horas el GENIUS de la lámpara que venden los senegaleses en Ciudad Jardín, un invento de la AESA a lo HAL 9000 pero mucho más cañí.

Hay que reconocer que en cierto modo es apropiado porque la tal agencia, que es el órgano responsable de la seguridad aeronáutica en España se parece mucho más a la TIA que a la NASA, de hecho aquí lo hemos rebautizado cariñosamente como la TASA, y si miráis el precio de vuestros billetes de avión entenderéis el mote a la primera.

Y hablando de órganos se asemeja más a un intestino que a un cerebro.

Tenemos una tarjeta GENIUS cortesía de la TASA de "acceso a todo-movimiento por el recinto" que usamos más que los de Locomía sus abanicos.

Y la tal tarjeta registra religiosamente, aunque no siempre con criterio, que como todo en esta vida de vez en cuando se cuelga, los tiempos que trabajamos en cada posición.

Y GENIUS dice que los que se están formando llevan ya las doscientas horas de prácticas que requieren los mandamientos de la habilitación radar y que tienen que examinarse ya.

Pero GENIUS no tiene en cuenta que no es lo mismo hacer doscientas horas con trescientos aviones que con mil doscientos, que es la diferencia tontísima que hay aquí entre el invierno y el verano.

Y puede que el tamaño no importe, pero la cantidad mucho, y más cuando aparecen rutas y conflictos que no has visto en tu vida pero tienes que resolver.

Y basándose en el tal GENIUS y mucho más en cuadrar las cifras de sus papeles, los gestores de AENA obligan a examinarse a alumnos que no están preparados para afrontar el tráfico veraniego ni de blas.

Y los alumnos están acojonados, además de negros y con razón.

Y piden más instrucción, cosa que se ha hecho toda la vida y toda la vida se les ha dado, y a unos les obligan a examinarse y a otros los mandan a su casa porque hay más alumnos detrás, que en algún sitio hay que meter a la peña de las torres que con tan lamentable criterio han privatizado.

Y los demás, que tendremos que dejarnos el tello ayudando a estos pobres, estamos medio alelados porque llevamos meses trabajando con tres aviones, que cuando hay algo de tráfico se sientan los alumnos.

Y reventados, que nos brean a turnos saltándose el laudo en lo que ya viene siendo una costumbre fija de cada verano junto con el posado playero de la Obregón.

Porque nos importa tres cojones que Pimentel dijera que no podemos trabajar seis días y librar uno y medio. Que nos ponga una multa la Inspección de Trabajo y a la mierda y os lo coméis.

Y lo lleváis a los tribunales y nosotros lo mandamos a la Audiencia Nacional para que os den las uvas con el juicio, y además allí ya tenemos jueces amiguitos que dirán a todo que no por mucha razón que tengáis.

Total, que el centro de control ahora mismo está lleno de mendas que no dan pie con bola. Lo que se llama hacer un pan como unas hostias. Incluso a hostias.

Y todos cansados y cabreados.

La verdad es que yo si pudiera vendría a Mallorca en tren…

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