(PINCHA EN LA FOTO para acceder a la entrevista en esRadio) Ayer por la noche se producía una de las entrevistas más intensas a las que hemos podido asistir en relación con el accidente del JK5022. Loreto, una superviviente y médico describió su situación tras el accidente. Pilar Vera, analizo la cadena de fallos antes-durante y después que lo propiciaron. Desde la DGAC-omisión y mal funcionamiento-, pasando por la propia AENA, el fabricante Boeing-que se ha negado "choteándose" sistemáticamente a ayudar a las víctimas aportándoles información técnica-, la compañía Spanair, el vergonzoso trato político-oficial, de la CIAIAC-con su infumable informe-, y finalmente, la puntilla, la Justicia, no hacen sino que los que volamos debamos de agradecer aún más a esta Asociación, su titánica lucha. Su lucha es por todos nosotros cuando volamos.
No se olvidaron de los accidentes de helicópteros, de la falta de inspección !actual! aún. La prórroga del certificado de aeronavegabilidad del avión, ante la incapacidad de inspeccionarlo antes. Deber moral de que el accidente no podrá repetirse por las mismas causas. Un deber moral con las víctimas.
La seguridad aérea es una cuestión que no se ve. Ese es el problema para la Asociación.
El último "palo" para la Asociación ha sido la justicia. La actuación de la fiscalía. La última apertura de diligencias exclusivamente para obtener datos !tres años después". Los signos de admiración no caben en ningún texto. Lo que si sabemos y deducimos es que el sistema aeronáutico español en su conjunto, según ha demostrado la Asociación, según desgraciadamente con el sacrificio de 154 personas ha traslucido, es un auténtico desastre, mugriento y oscuro. La luz no ha salido mediante ninguno de los mecanismos que tienen que hacer posible la claridad con el fin de evitar nuevos accidentes. La CIAIAC, ni tan siquiera desde un punto de vista humano supo estar a la altura-engañaron a las víctimas el día de la presentación mediática de este fiasco-, ni tecnicamente-esta es su responsabilidad para el futuro. AESA, DGAC en su línea, ocultar la incompetencia y algo más. Más oscuro. Y lo de la justicia, sin nombre ni adjetivo para calificarlo en los temas aeronáuticos. El reciente caso de Torallola retumba aún en todo el sector.
Cuando el sistema, técnico, jurídico falla estrepitosamente-el resultado objetivo es que este accidente se podría haber evitado-por ejemplo teniendo en cuenta el accidente de Detroit-, la vergüenza se apodera de todo el sistema. Con nombres apellidos y siglas. De todo este sistema que mantenemos y pagamos.
Pero cuando una vez ha fallado todo ese sistema, las propias víctimas son las que tienen que poner la cara, y el alma para solucionar las cosas, todos los que intervienen en la operación aérea en España se deben sentir profundamente avergonzados de su cobardía flagrante. El accidente de Spanair ha puesto de manifiesto, además, que el sector, incluídos algunos profesionales, está sumido en un estado de cobardía generalizado, propiciado por los comportamientos de los que deberían dar ejemplo desde las instituciones PUBLICAS, dar la cara, y hacerse responsables cuando todo ha fracasado y se produce el accidente aéreo.
No nos gusta en absoluto tener que hablar de los muertos que se podían haber evitado. Tan sólo una última reflexión. Según la Asociación hasta 9 personas pudieron fallecer tras el accidente, llegando algunos servicios de emergencia hasta 45 minutos tras el accidente. Hubo fallecidos por la tardanza en llegar a ese punto. El que suscribe pudo ser testigo directo de un enorme tapón de ambulancias-serían unas 40- el día del accidente en el acceso al aeropuerto, al menos 30 minutos después del accidente. Este hecho, objetivo y en directo, no podemos dejar de relacionarlo con la deficiente reacción ante esta emergencia que denuncian desde esta Asociación… Nadie es responsable según indica ahora el carpetazo de la justicia española.
