Aviaciondigital, SP.- Es habitual que las compañías aéreas bauticen a sus aviones con nombres de ilustres que han destacado por su trayectoria profesional, pero no lo es tanto que sean bautizados con el nombre de aviadoras destacables.
La diferencia no es solamente una cuestión de género. En este caso, hay mucho más. Que pongan tu nombre a un avión cuando has dedicado toda tu carrera profesional a pilotar aviones de un extremo a otro del mundo, tiene gran significación. Representa una fusión entre el piloto y su máquina. Representa el reconocimiento a tu carrera, tu profesionalidad, tu dedicación.
Eso es lo que ha representado este acto para Bettina Kadner, la primera piloto comercial de España y doctora honoris causa por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, que ha visto en este homenaje un reconocimiento a toda su trayectoria profesional. Eso es lo realmente importante. Tal y como reconocía en su propia intervención: “Estoy encantada de estar aquí con mi familia aeronáutica en este homenaje, el más grande que me han hecho en los últimos años, que para mí es una perla, el colofón a mis casi 24.000 horas de vuelo”.
La sola entrada de la Comandante al fantástico hangar de mantenimiento de la compañía impuso un silencio, de respeto, de “autoridad”, transmitiéndose a los pocos privilegiados que pudimos estar presentes en el acto debido a las restricciones de aforo por la actual pandemia.
La “autoridad”, no del ordeno y mando, la autoridad de la experiencia y el conocimiento. Incluso con la mascarilla puesta, a través de la cual sólo se apreciaban sus pequeños ojos, se podía apreciar que Bettina no ha dejado de ser comandante. Se denotaba en sus gestos, en su manera de dirigirse a la tripulación femenina que esperaba la finalización del acto para llevarse el recién bautizado avión a Ibiza.
Un acto cargado de emociones
El bautizo del CRJ1000 de Air Nostrum con el nombre de Bettina fue un acto íntimo y con mucha carga emocional.
Emociones de los presentes y en el discurso de Paz Ferrer, miembro del consejo de Air Nostrum e integrante del equipo fundacional de la aerolínea, que realizó un buen discurso que fue mas allá del protocolario. Emoción que se notó en su voz en algunos momentos de su intervención, en el propio orgullo de pertenecer a una empresa con una plantilla donde casi el 42% de empleados son mujeres, a una empresa que es actualmente un referente entre el colectivo de pilotos. Lo atestiguan los datos de 2020 de la International Society of Women Airline Pilots: 23 mujeres para un total de 372, es decir, casi un 6,2%, que se sitúa por encima del 4% de la media española y del 5,1% del promedio mundial, y les coloca por delante de muchas grandes aerolíneas europeas.
“Este bautizo es sólo un gesto, pero pretende ser un pequeño paso más en el camino de ayudar a visualizar el papel de la mujer en la sociedad”.
Paz Ferrer, miembro del consejo de air nostrum e integrante del equipo fundacional de la aerolínea.
Por otro lado, se pudo ver a Carlos Bertomeu, presidente de Air Nostrum, que se mantuvo en todo momento en segundo plano dando protagonismo a quién tenía que tenerlo. También sus ojos traslucían el orgullo de dirigir una compañía que resalta el valor de los grandes profesionales del sector aeronáutico español.
Emociones patentes incluso entre algunos de los periodistas especializados del sector allí presentes, como Javier Ortega Figueiral y Jorge Penalba, así como todo el equipo de comunicación de la compañía dirigido por Antonio del Nó.
Y como no, la emoción y el orgullo de la familia de Bettina que la estuvo arropando: marido, hijos y nietas. A estas últimas se dirigió en su intervención para darles otra lección de vida, “podeis conseguir todo aquello que os propongáis, con trabajo y perseverancia”… Bettina es un ejemplo de ello.
