Buenos Aires, ARG.- A veces los años colocan a las personas en un doble plano: el de ciertos traumas que no se borran más y el del presente mismo que permite mirar en perspectiva aquello que alguna vez nos pasó por encima. Así miran hoy -dos décadas después- los sobrevivientes de la tragedia de LAPA, aquel suceso que los puso frente a la muerte y conmocionó a la Argentina de fines del siglo pasado. Ese mismo juego, el de mirarse en dos tiempos, está practicando ahora Enrique Piñeyro. Consigue verse planteando que puede haber un accidente. Se ve peleando tozudo contra las autoridades de la compañía aérea para la que trabajaba. Siente que no es escuchado. Escribe una carta, fechada en 1996, donde repasa cada una de las falencias de seguridad que presentan los vuelos de LAPA. Les aclara que una alarma no puede nunca ser desoída. Renuncia.
Vuelve a recordar, sentado frente a una mesa de vidrio, en su oficina de zona norte. Es 31 de agosto de 1999 y está mirando «un programa de Jorge Lanata». Alguien interrumpe al periodista y le pasa un papel. «Me informan -dice Lanata- que hubo un accidente en Aeroparque… se prendió fuego un avión de Pluna». Piñeyro no entiende qué pasa. «Había ido a ver la tele a la casa de un amigo porque yo no tenía y en el programa de Lanata hablaban de Garage Olimpo, una película en la que había trabajado. Pero pasó esto y cuando confirmo que era el avión de LAPA, me voy a casa. Busqué una valija grande, donde tenía toda la documentación sobre las fallas de seguridad. Puse a resguardo esos documentos porque sabía lo que se venía«. Para ver artículo completo de Clarín PINCHA AQUI.
