El proveedor de servicios del Ministerio de Fomento, AENA, asume las competencias sobre la inspección y control de la seguridad de las operaciones aéreas, ante la incompetencia manifiesta de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que es incapaz de poner orden en los cielos españoles.
Esto es lo que se puede deducir de la nota de prensa enviada por AENA, a raíz de la denuncia de la Asociación Profesional de Controladores de Tráfico Aéreo (Aprocta) sobre la situación de "peligro" existente en torno al aeropuerto de Gibraltar, ya que no existe ningún procedimiento aprobado para la gestión del tráfico aéreo en la zona . Según AENA, el proveedor de servicios que debería de ser fiscalizado por AESA, «garantiza la seguridad del espacio aéreo para la línea del Estrecho de Gibraltar», siendo estas, claras competencias de la Agencia con respecto a la seguridad operacional de los vuelos.
La realidad es que se han producido numerosos incidentes de Seguridad dentro del espacio aéreo que controla Sevilla, en el entorno cercano al aeropuerto de Gibraltar, por la excesiva proximidad entre los distintos tráficos de la zona, entre los que cabe destacar el incidente ATS entre una aeronave civil Airbus 320 y 319, respectivamente, con destino a dicho aeropuerto y aeronaves militares españolas, el día 26 de noviembre de 2008 y 2 F18 el día 19 de noviembre de 2.009, bajo control operacional del CAO militar.
El inquilino de Fomento en las nubes
La debilidad del gobierno, y concretamente del inquilino del Ministerio de Fomento, Pepiño Blanco, con respecto a la situación de la roca española, no ha permitido hasta ahora establecer una oportuna y necesaria Carta de Acuerdo que regule la imprescindible coordinación entre el ACC de Sevilla y el aeropuerto de (LXGB), tal y como denuncian los controladores aéreos españoles. Tampoco existen procedimientos operacionales específicos que faciliten la operación en arribadas y despegues, junto a las zonas de mayor conflicto.
