Madrid, SP, 12 de mayo de 2015.- A las puertas del inicio del ciclo de elecciones Sindicales en AENA y ENAIRE, conviene dedicar un poco de tiempo a recordar cuanto ha cambiado el panorama de nuestras empresas durante los últimos cinco años. Desde aquella AENA del año 2010, que aunaba la gestión aeroportuaria y la provisión de servicios de navegación aérea hasta el actual panorama de gestor aeroportuario privatizado al 49% , con la amenaza del informe de la Comisión de la Competencia que aconseja la privatización total y el cierre de muchos aeropuertos; y el de un proveedor de servicios de navegación aérea que ha perdido cuota de mercado, que está sujeto a competencia y que tiene que cumplir con una estricta normativa a nivel europeo, que le obliga a mantener un difícil equilibrio entre reducción de tasas y cumplimiento de una serie de objetivos, es evidente que nos hemos dejado mucho en el camino.
El caso, es que a día de hoy muchos empleados de ambas empresas, o no son conscientes de la situación o tienen un concepto muy equivocado de la misma. Y esto ha sucedido por que tanto desde la Coordinadora Sindical Estatal como desde la Dirección de AENA se ha pilotado esta transición de una manera oscura, y manteniendo entretenidos a los trabajadores con la zanahoria del «nada cambiará hasta el 2020».
Existen razones muy poderosas y evidentes para creer que esta promesa no será tan fácil de mantener, por lo que la información de primera mano se convertirá en un bien preciado de cara a organizar las acciones sindicales que, llegado el momento, sea menester tomar.
La transparencia informativa será uno de los valores diferenciales de la CSPA si llegara a la Coordinadora Sindical Estatal. Estamos hartos de políticas de hechos consumados y de enterarnos de cómo será el futuro de nuestras empresas, y por tanto del futuro de sus empleados a través de las prensa o, lo cual es mucho peor, del BOE.
No podemos predecir el futuro, nadie de hecho puede hacerlo y, ni mucho menos prometerlo. Pero lo que si podemos prometer es que la CSPA siempre pondrá todas las cartas encima de la mesa, vengan como vengan, buenas o malas, para que tanto sus afiliados y simpatizantes como el resto de empleados de ambas empresas conozcan la verdad acerca del futuro que nos espera en estos tiempos de transición.
No queremos con esto transmitir un mensaje pesimista sino más bien al contrario: Solo si estamos bien informados nos podremos organizar mejor ante los cambios que a corto medio plazo pueden sobrevenir. Meter la cabeza en la tierra como los avestruces, o lo que es peor aún, pregonar una hipotética nacionalización es sencillamente vivir en la más absoluta de las utopías. Tenemos que jugar con la baraja que los tiempos nos han impuesto y con las cartas que nos han tocado en suerte, juguemos pues con astucia y sentido común.
Frecuentemente, mentar la palabra independencia en el ámbito de lo sindical, provoca sentimientos encontrados, más a menudo por prejuicio que por desconocimiento. En este sentido, la CSPA deja bien claro en sus estatutos su carácter apolítico, esto es, que no esta ligada a ninguna corriente específica de pensamiento político y, ni mucho menos a ningún partido u organización de esta índole. Nuestro carácter de sindicato profesional marca claramente el camino que nos hemos propuesto recorrer para conseguir nuestros objetivos.
Este carácter profesional implica que un conocimiento profundo de nuestras respectivas profesiones, conocimiento profundo del lugar en que toca a cada uno estar dentro de este complejo mundo de la Aviación Comercial, y sobre todo, conocimiento tanto del entorno físico como del laboral. Esto nos permite ser a la vez independientes, puesto que cada sindicato integrante en la CSPA conoce y entiende a sus afiliados y sus profesiones mejor que nadie, pero a la vez nos permite ser fuertes ya que todos sabemos de lo que estamos hablando y de donde y como hay que aplicar la fuerza precisa en la defensa de sus intereses. La supuesta unión que desde otros sindicatos se promulga para estas elecciones, no es sino un llamamiento al sentimiento gregario o de manada, confundiendo unión con sumisión, lo que si nos permiten, significa perder la perder independencia.
A diferencia de otros sindicatos, no desgranaremos aquí un programa electoral que no sabemos tan siquiera si se podrá llevar a cabo, ya que estamos en un momento crucial para nuestro futuro y el de nuestras respectivas empresas. Vamos paso a paso y sin hacer promesas que no podamos cumplir, promesas o anhelos que tenemos todos en mente desde hace tiempo ya, y que por ello son ampliamente conocidos. Estamos haciendo frente a tiempos nuevos, los cuales nos van a crear retos nuevos a los que hacer frente. No es aconsejable echar por la borda todo lo conseguido hasta ahora, por supuesto, pero vamos a necesitar mucha inteligencia y sentido común para adaptarse al nuevo escenario que nos espera.
Es por todo esto por lo que hoy os pedimos, no tan solo vuestro voto para el próximo día 13, sino vuestra colaboración y participación, ya que nuestro modelo de sindicalismo es también esencialmente participativo. Nos gustaría que en un futuro próximo este modelo de participación se extendiera a todos los ámbitos de la empresa, tal y como viene sucediendo en los países más desarrollados. El fruto de cuarenta años de dictadura y miedo, sumados a otros cuarenta de aborregamiento de la clase obrera, nos ha llevado a un modelo sindical como el de este país, sin equivalente en ninguno de nuestro entorno, con unos sindicatos que se dicen mayoritarios porque así lo pactaron durante la transición, con el fin de evitar que los sindicatos de corte anarquista pudiesen resurgir y activar a una clase obrera beligerante que el franquismo había llevado a su mínima expresión. Sindicatos que cambiaron la tranquilidad de la casta que movía los hilos durante la dictadura por toda una serie de privilegios que los han llevado a un aburguesamiento y a una dependencia total y absoluta de las subvenciones, al punto de convertirlos en una especie de «funcionarios» gestores de las prebendas que gobierno y empresarios han puesto en sus manos y que los obliga a estar más pendientes del mantenimiento de sus organizaciones sobredimensionadas que de la defensa de sus propios afiliados y de los trabajadores en general.
Si queréis un sindicalismo moderno y eficaz, el próximo día 13 votad por la CSPA.
SECRETARIO GENERAL
