En el pecado del continuismo, Ana Pastor tiene la penitencia. Así se podría definir con lo que la responsable de Fomento tiene que cargar cada lunes cuando se incorpora a su despacho. Especialmente si hablamos de aviación- el "marrón" de una Iberia agonizante- o la herencia del control aéreo, y las cada vez más evidentes muestras del descontento ante el continuismo de Pastor de su antecesor Blanco. AD ha accedido a un documento que USCA envía al responsable de Navegación Aérea, en el que se describen uno a uno los mismos vicios que sodomiticamente atenazaban a este gremio con aquel ministro. Nada ha cambiado, y los tensos tambores del colectivo ATC, empiezan a decir !Basta ya, Sra.Pastor!. Un grito que empieza ya a encender las alarmas seriamente. No se trata de un grito de reivindicación laboral, sino de reivindicación profesional y de respeto.
Han pasado más de dos años desde el cierre del espacio aéreo justificado porque los controladores, según el gobierno socialista, eran los culpables de todas las penas del país y de la quiebra de Aena, y había sido necesario perjudicar a más de 600.000 viajeros para garantizar el servicio en el futuro. Pero lo que nos encontramos tiempo después es que, con independencia de que fuera muy cuestionable aquella drástica y equivocada medida y de que hubiera razones ocultas tras ella que algún día quizás conozcamos, lo cierto es que las reformas llevadas a cabo por la administración socialista se han realizado de una forma tan torpe e imberbe que se corre el riesgo de que la navegación aérea se colapse durante mucho más tiempo del que estuvo vigente para nuestra vergüenza aquel "estado de alarma".
Como en anteriores ocasiones, los controladores -que son quienes saben cómo debe funcionar el sistema- han venido alertando a Aena sobre multitud de cuestiones que estaban poniendo en peligro el servicio de una u otra forma y han aportado posibles soluciones. Y allí donde a Aena le ha parecido les ha hecho caso y donde no, pues no. Y así estamos ahora.
El pasado día 7 de marzo de 2013 el sindicato USCA remitió una carta a los gestores de Aena -cuyo enlace se encuentra más abajo- para denunciar una serie de irregularidades e ilegalidades que podrían desembocar en molestias para los pasajeros y en deficiencias graves del sistema.
No parece de recibo, que después del deplorable espectáculo nacional e internacional que dio España en 2010, dos años después no haya cambiado nada y que tengan que ser los controladores aéreos -tras el escarnio al que fueron sometidos por toda la sociedad- quienes le tengan que recordar a Aena cómo tiene que hacer las cosas para garantizar la continuidad del servicio que parece incapaz de alcanzar.
Tampoco parece de recibo, que con estos mimbres aún haya más de 400 controladores inocentes paseándose por los juzgados de toda España mientras los verdaderos responsables de aquella masacre viajera del 3 de diciembre de 2010 siguen ocupando impunemente escaños en nuestro parlamento nacional o cargos inmerecidos en el ministerio de Fomento. Hoy ya se va vislumbrando quién mandó cerrar el espacio aéreo aquel día, un boomerang que podría acabar impactando en la propia AENA, que podría llegar a tener que hacer frente a unas millonarias indemnizaciones, derivadas de unas decisiones patronales, rayanas con cierta dosis de negligente prepotencia.
Nos preguntamos, si no sería ya tiempo de que la ministra de Fomento demostrara que su discurso de apertura del Congreso mundial ATM celebrado en Madrid el pasado mes de febrero no son solo palabras bonitas y vacías escritas por un asesor, sino su voluntad y la del gobierno actual de que la navegación aérea española despegue de una vez y alcance el nivel de crucero que nuestra nación merece. Ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos, pues la tendencia continuista con lo establecido por su predecesor en el cargo, evidentemente está apunto de que se le indigeste. Indigestión que tras expirar el plazo de entrega de los famosos "papeles" de estudios previos a la implantación de toda la retaila de decretos que Vd. a día de hoy sigue aplicando, se le podría acabar de indigestar vía el Tribunal Constitucional, si se descuida. Cuestión de herencia…
