Los pasajeros del ANE8981 que arribará a LEMD a las 06 45LT desde Valencia a la T4, o del IBE0646, con destino a Barcelona a las 06 45LT, no serán conscientes de que serán los pasajeros pioneros de la utilización de un nuevo Servicio de Dirección de Plataforma, operado por personal no ATC en España. Si uno fuera pasajero le gustaría al menos saberlo. Quizás esté en su derecho. Si hubiera una demanda de conocimiento por parte de la ciudadanía, una cierta curiosidad aeronáutica, probablemente todo sería distinto. Si tenemos en cuenta lo que opinan tanto el decano del COPAC como el máximo representante de los controladores aéreos (APROCTA), a nivel técnico y profesional, la cosa parece que está cogida con alfileres, "improvisada". Esto en aviación no parece jamás lo más idóneo.
¿Están representando intereses corporativos con sus opiniones técnico-profesionales Lacasa y Gómez, o se trata de salvaguardar el máximo del interés corporativo de los derechos de los pasajeros cuando vuelan, como es la seguridad? Eh ahí el "DI-LEMA".
Según Jesús Gómez, presidente de la Asociación de Controladores (APROCTA) el Servicio de Dirección de Plataforma (SDP), que comenzará a funcionar a partir de las 05.00 horas de mañana, jueves, en la T4, alejará al personal de control de las tareas de guiado de los aviones por la plataforma, lo que reducirá la seguridad de las operaciones y generará retrasos y pérdidas millonarias a las compañías.
Desde el Colegio de Pilotos (COPAC), su decano, Luis Lacasa Heydt, explica que antes "recibíamos un servicio de control, con lo que tenías a alguien pendiente de separarte del resto de los aviones. Ahora tendremos sólo un servicio de información y nos convertiremos en los responsables de separarnos del resto".
"Esto implica un aumento de las responsabilidades y de la carga de trabajo", asevera Lacasa, quien cree que la seguridad está garantizada por "los profesionales que estamos al cargo de las operaciones", aunque reconoce que "se tienen mayores garantías cuando se cuenta con una ayuda extra como la de un servicio de control".
Las críticas del decano se centran en la "improvisación" con que se ha implantado el SDP tras "una decisión política tomada por encima de criterios técnicos y con unos plazos muy marginales".
"Se ha metido a capón. La gente se ha estado formando mientras se aprobaban los decretos sobre como tenía que ser la formación. Los análisis de riesgo se han hecho de forma precipitada y sin poder contar con las impugnaciones que se habrían presentado con mas tiempo", asegura Luis Lacasa.
El representante de los pilotos cree que tampoco se ha elegido una buena fecha para implantar este servicio, ya coincide con el período de nieblas y nevadas.
Cree que las tripulaciones tendrán que prestar más atención y los operadores que manejarán el servicio "estarán preparados muy en precario y sin la experiencia adecuada para solventar los problemas", lo que "puede suponer grandes problemas en la regularidad y en la coordinación".
"Es introducir un factor más que generará demoras. Desde ese punto de vista no se han valorado los riesgos, tanto económicos como de seguridad", explica Lacasa.
Por ello, Aprocta estima que las compañías tendrán pérdidas millonarias, al recordar que se calcula que las aerolíneas pierden 82 euros por cada minuto de demora un avión.
El SDP, que funciona en aeropuertos de Estados Unidos y Europa, como Munich o Fráncfort" será implantado el 24 de noviembre en la T4, cuya plataforma los controladores califican de compleja, aunque desde la vocalía técnica del SEPLA, Álvaro Gammicchia, dice que "es muy lineal y no muy complicada".
Lacasa no la califica de ningún modo, pero destaca que en Estados Unidos cada compañía tiene su propia terminal y plataforma "con características ventajosas" y los aeropuertos españoles están diseñados de una forma distinta con lo que la zona de maniobra se puede solapar con la zona de plataforma, lo que supone un problema adicional.
Tanto Aprocta como el sindicato de controladores USCA presentaron ante el Tribunal Supremo recursos para que se suspendiera la puesta en marcha del SDP, que han sido rechazados.
