La pifia y el despilfarro de José Mº Barreda en el Aeropuerto de Ciudad Real sufre un nuevo varapalo que le deja en una muy difícil situación. Ryanair acaba de anunciar que se larga y abandona la única línea que tenía con origen en la región porque "están decepcionados". La nefasta gestión del presidente socialista le hace no levantar cabeza en imagen y en credibilidad.
Cuando no es CCM -con su ex presidente, el socialista Hernández Moltó, investigado por la Fiscalía Anticorrupción- es la polémica infraestructura ciudadrealeña -con vínculos en la referida y desaparecida Caja de Ahorros CCM y con directas implicaciones de los empresarios amigos de José Mº Barreda- a la que llegó a conceder un aval de 140 millones de euros a pesar de estar bajo concurso de acreedores.
El director de Nuevo Desarrollo de rutas de Ryanair, Ken O'Toole, no ha dejado lugar a dudas: "Estamos decepcionados; la empresa CR Aeropuertos ha sido incapaz de cumplir su acuerdo comercial con Ryanair debido a las dificultades financieras, lo que conlleva la pérdida de una conexión internacional importante para la ciudad y la provincia de Ciudad Real, y la región de Castilla la Mancha".
La desbandada de Ryanair – tras el anuncio de la cancelación de la ruta entre Ciudad Real y el aeropuerto de Londres Stansted, la única que tenía con origen en el aeropuerto castellano-manchego- desaparecerán a partir del 11 de noviembre los tres vuelos semanales que esta aerolínea ofrecía, y -según O'Toole- "esto dará lugar a la pérdida de 22.000 pasajeros anuales, y hasta 20 puestos de trabajo locales".
Los vuelos que -martes, viernes y domingo- partían desde Ciudad Real desde el pasado mes de mayo finalizarán en noviembre, tras un rosario de episodios truculentos.
En el mes de junio la propia compañía anunciaba su marcha de Ciudad Real como consecuencia del concurso de acreedores que el juez decretaba en el Aeropuerto. Pocos días después reculaban, daban marcha atrás después de conocerse la creación por parte del gobierno Barreda de una controvertida empresa pública para gestionar las infraestructuras aeroportuarias.
Menudo papelón el del delegado de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Ciudad Real -y candidato del PSOE a la alcaldía de Ciudad Real- José Valverde que vendía a bombo y platillo la buena gestión de su jefe y mentor, José Mº Barreda, y que no se cortaba ni un pelo augurando "magnificas noticias" en relación con el Aeropuerto de Ciudad Real. Tanto él como La Tribuna de Ciudad Real -dirigida por Oscar Gálvez- parecen que no han tenido mucho éxito en su credibilidad acerca de las "magníficas" y de las "noticias". Ya tienen tema de conversación para su próxima comida en el afamado y siempre discreto Restaurante Miami, de Ciudad Real.
El continuo trato de favor del gobierno de Barreda a una infraestructura -en concurso de acreedores- ha sido objeto de una dura polémica que no impidió que llegara a conceder un aval de 140 millones de euros, criticado duramente por toda la región, incluso por parte del presidente de los empresarios de Castilla-La Mancha, Ángel Nicolás.
Fuera de la región e incluso fuera de España los comentarios críticos se extendían sin límite alguno.
En el mes de agosto se conocía que la prensa mundial ridiculiza a Barreda por su pifia y despilfarro en el Aeropuerto de Ciudad Real.
Era Le Monde quien titulaba "Ciudad Real, terminal fantasma" y criticaba el proyecto.
"Rutilante, nuevo como si lo acabaran de desempaquetar, el primer aeropuerto privado de España, construido para recibir a 2,5 millones de pasajeros al año, agoniza al ritmo d un vuelo diario".
En el mes de octubre aparecían nuevas críticas sobre la infraestructura ciudadrealeña, y Le Monde calificaba el aeropuerto de Ciudad Real como una "triste desviación de las finanzas públicas", con directas vinculaciones con el gobierno presidido por José Mº Barreda en Castilla-La Mancha.
Un reportaje en el rotativo francés denuncia la ostentosa inversión pública en un aeropuerto que opera tres vuelos semanales gestionados gracias precisamente a una subvención por la compañía Ryanair.
Y ahora llega este penúltimo episodio cuando menos igual de negativo y pesimista. El futuro del aeropuerto y del propio José Mº Barreda no pintan, precisamente, de color de rosa.
