Debido a un aviso de bomba falsa, Iberia debió gastar en alojamiento para la mayoría de los pasajeros, además de sus respectivos traslados y alimentación
Unos 63.000 dólares costó a la empresa aeronáutica Iberia el llamado telefónico de una mujer avisando que había una bomba en uno de sus vuelos a Madrid el domingo en el aeropuerto de Santiago de Chile.
Grace Guajardo inventó que su pareja llevaba un artefacto explosivo para evitar que éste viajara a España donde se embarcaría en un crucero para trabajar como mesero.
La compañía informó que la mayoría de los 312 pasajeros que no pudieron viajar en el vuelo 6832 debieron alojar en cuatro hoteles, a lo que se le suma los gastos en traslados y comidas, señaló una estación de radio chilena.
El jefe de Seguridad de la Dirección General de Aeronáutica Civil, José Ilich, explicó que a esta situación se le debe sumar el despliegue de seguridad del terminal aéreo, que "consiste en la protección de las personas, las instalaciones y la aeronave".
"Lo que tengo que hacer es evacuar para liberar a los pasajeros que tengan algún tipo de riesgo, luego de eso sacar el elemento que está produciendo el problema a un lugar lo más alejado posible para que no vaya a dañar a nadie", comentó.
La mujer fue formalizada el lunes por "falsa alarma de emergencia". El fiscal expuso los argumentos y solicitó firma quincenal y arraigo nacional para la imputada. El juez Hugo Torres, del primer Juzgado de Garantía, acogió su petición.
