Adrenalina a 2500m

Como todos los octubres, la Fuerza Aérea Suiza nos ha brindado la ocasión de disfrutar en vivo y en directo de sus pilotos y sus máquinas en acción. Sobre un mar de nubes del que sobresalen los imponentes picos de los Alpes y tras una dura marcha a pie de más de dos horas que se comienza de noche, la aparición de los cuatro primeros F-5 por el valle del oeste en pasada bajísima y sin previo aviso a eso de las nueve y media de la mañana -los entrenamientos- ya te pega el primer subidón de emoción.

Por supuesto que ni tiempo de preparar la cámara, en veinte segundos se pierden de vista por el este y te dejan ahí plantado con la escopeta cargada y los cinco sentidos en alerta para no perderte la siguiente bandada. Bueno, muchas apariciones esporádicas en la siguiente hora y luego una tensa calma hasta las dos de la tarde, que empieza lo bueno. Los F-18, los helicópteros Eurocopter del SAR, los Cougar y los F-5 Tiger-II se suceden en espectaculares pasadas, los cazas disparando su cañón de 20mm con fuego real -se oyen antes los proyectiles impactando en los blancos y unos instantes después el prrrrr de la ráfaga que llega desde el avión- y los helicópteros con sus vuelos casi imposibles en todas las posiciones imaginables.

Y después de esa ensalada de tiros y cuando piensas que ya no puede haber nada que lo supere, resulta que llega el plato fuerte. La Patrulla Suiza. Ocho F-5 pintados con la bandera de la cruz blanca sobre fondo rojo haciendo maravillas. Aparte de las variadas y creativas formaciones cerradas, voladas con maestría, me impresionaron especialmente una pasada del "solo" en invertido pegado al suelo en la subida a nuestro punto de observación que era un collado entre dos valles, un "espejo" en el que los dos aviones se daban la panza -muy difícil porque se ven muy mal- y un rombo bajísimo con tonó simultáneo en el eje de cada avión, todo ello delante de nuestras narices y visto de arriba hacia abajo.

La belleza del paraje, la dificultad para llegar, que realmente supone una selección natural entre los participantes porque en caso contrario la asistencia sería masiva, y la extraordinaria actuación de los pilotos suizos nos aseguraron una jornada inolvidable (o dos para aquéllos osados que dispusieron de tiempo y fuerza para repetir el segundo día). Una autentica exhibición aeronáutica.

Participaron: