Paulino Rivero sigue en el aire, literalmente hablando. La querencia del presidente canario por el uso del helicóptero comienza a cobrar tintes preocupantes. No se baja del mismo y su capricho le cuesta al erario público una media de 6.000 euros por desplazamiento. El último viaje conocido fue al municipio majorero de La Oliva, en el marco de la entrega de los Premios del Turismo 2010.
Su último desplazamiento a la isla de Fuerteventura le sale al erario público por 6.000 euros
La Casa de los Coroneles fue el escenario escogido para hacer públicos los reconocimientos a las personas y entidades que más han trabajado en pos del turismo en las Islas durante el presente ejercicio. Hasta este rincón de La Oliva llegaron 200 invitados, pero ninguno de la forma tan cómoda como lo hizo el propio jefe del Ejecutivo regional.
Lo surrealista del caso es que Rivero llegó al lugar de los hechos cuando comenzó el festival pirotécnico que sirvió como antesala al acto de la entrega de galardones.
Más de uno de los invitados no daba crédito a lo que estaba viendo. En medio de todo el espectáculo de luces y fuegos que se estaba disfrutando en el exterior de la Casa de los Coroneles, una luz se fue aproximando hasta el lugar. Algunos pensaron que era parte del show previsto, pero nada más lejos de la realidad. Era Paulino Rivero el que llegaba en el helicóptero que el Gobierno canario tiene contratado para las emergencias.
En definitiva, la presencia del presidente regional le salió por otros 6.000 euros a los ciudadanos. Ya hay muchas voces críticas que se han echo eco de su mensaje en Facebook cuando dijo que, si no fuera porque tiene la vocación de servir a los canarios, no se jugaría la vida yendo en helicóptero. A lo mejor los ciudadanos prefieren que no arriesgue su pellejo, pero especialmente que tampoco dilapide los euros de esa manera.
