Ayer los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT convocaron una concentración en Granada para honrar el recuerdo de las tres víctimas del accidente ocurrido este lunes en La Peza y para pedir soluciones a Aviación Civil por esta trágica epidemia.
Ambos sindicatos señalan como posible causa un fallo mecánico, ya que según las declaraciones de la secretaria general de UGT en Granada, Manuela Martínez, momentos antes del accidente trabajadores del Infoca vieron el helicóptero y no apreciaron ningún elemento fuera de lugar, ni cambio de rumbo, ni pérdida de altura, nada que pudiera hacer presagiar lo que ocurrió momentos después. Además la elevada experiencia del piloto, que llevaba once años volando, y las primeras conclusiones extraídas de la posición en la que han sido encontrados los restos del aerogiro, descartan que la tripulación intentase un aterrizaje de emergencia, lo que apunta a un fallo de la aeronave.
Por ello, en palabras de la responsable de Salud Laboral de CCOO de Granada, María José López, han solicitado «a la Inspección que se investigue el historial de revisiones del vehículo siniestrado para que si se demuestra que hubo algún fallo mecánico se depuren todas las responsabilidades».
FAASA, la empresa operadora del helicóptero, mantiene que el bimotor estaba en perfectas condiciones y que había pasado todas las revisiones requeridas, una el 7 de septiembre y otra unas horas antes de iniciar su último vuelo.
Si los sindicatos estuvieran en lo cierto y finalmente la Investigación concluyese que el accidente estuvo provocado por algún fallo en el mantenimiento o por algún elemento del helicóptero con alguna deficiencia, la publicación del mismo podría ayudar a que no ocurriese de nuevo, pero parece ser que esta es una exigencia irrealizable para la Administración que eterniza las investigaciones que en ocasiones tarda años en publicar.
El sector de los helicópteros necesita, sin duda alguna, una mayor regulación, además de un mayor grado de inspección para que cumplirla y acabar con la precariedad laboral que sufren los profesionales de este oficio de alto riesgo. El exceso de los límites de actividad impuesto por la norma comunitaria es una realidad que se da cada día en este entorno y que finalmente acaba por pasar factura a los más débiles, las tripulaciones.
Los números de la tragedia
Las cifras son escalofriantes. Los dos últimos accidentes de helicóptero, registrados con una diferencia de apenas 19 horas entre ambos, han elevado el número de sucesos de este tipo a 8 en lo que va de año. Tan sólo en estos 9 meses han muerto 16 personas y otros 7 han resultado heridas con gravedad.
Estos datos reflejan el alto riesgo que supone para los pilotos de helicópteros llevar a cabo su trabajo en un sector en el que mueren cada año una media de 4,4 personas, según un estudio elaborado por el sindicato de pilotos Sepla.
