Madrid, SP.- En la presentación de su comparecencia ante la Comisión, el controlador y piloto (además de Ingeniero de Caminos) Fidel Sanz Sacristán hizo gala de la seguridad que transmite el que un profesional del sector aéreo, hable con honesta claridad de que lo recibido por sus instructores lo llevó a la práctica hasta el final en aras a las «seguridad, orden y rapidez». Su paso por la Vocalía añade a lo anterior llevar hasta el final su honestidad con el cargo y los fines de la propia Comisión. Ante la imposibilidad de hacerlo, y su decepción, decidió dimitir. Alguien lo intentó camuflar dentro hablando de una supuesta incompatibilidad para el cargo no sabemos si por su condición de piloto o por la de controlador aéreo. Auténtica aberración.
El mantra básico con el que se ha de gestionar el tráfico aéreo. Cuando este ciudadano se percató de la inutilidad para la consecución de los fines de la Comisión de Investigación de Incidentes y Accidentes de la Aviación Civil, CIAIAC, de su presencia, presentó su dimisión de forma irrevocable en carta dirigida a la Ministra de Fomento, Ana Pastor que es quien le había nombrado Vocal.
Acostumbrados a las grandilocuentes, vacías, cobardes, olvidadizas… asistencia de los responsables del Sistema Aeronáutico español en otras sesiones, reconforta ver cómo el último eslabón de la cadena de seguridad tanto en un fanal de una torre de control, un ACC o el cockpit en el que hoy desempeña como piloto su labor el Sr.Sanz, hay profesionales que velan porque la SEGURIDAD de las operaciones se siga escribiendo con mayúscula y en primer lugar, antecediendo al orden y también a la rapidez.
Además Sanz no se olvidó de la frustración de los Investigadores de Campo de accidentes aéreos en nuestro país, que nos consta en numerosas ocasiones se ven frustrados, cuando informan de las evidencias encontradas, y que luego son filtradas de una u otra forma en el Informe Técnico que publica la CIAIAC. De esta comparecencia, evidentemente, la conclusión que extrae el espectador es que las comparecencias de presidente y otros vocales de ante la Comisión, indicando la independencia de la CIAIAC se sitúan entre la ficción o directamente de la falta de veracidad.
«Mi paso como vocal del Pleno de la CIAIAC supuso una gran decepción como profesional y una gran preocupación en mi vida personal. Una mezcla de frustración e impotencia. …Mi valoración personal de mi paso por la CIAIAC es que, tal y como está concebida, es inoperativa, es ineficaz, y por tanto, muy mejorable…» terminó diciendo Fidel Sanz
