(A Erasmo Piñero, por abrirnos los ojos).-El pasado martes se producía un hecho signifcativamente curioso entorno a cómo se percibe en España la cultura aeronáutica en particular (la cultura en general sería un tema propio de una tésis doctoral completa). Una placa situaba la ciudad de Getafe, entre las que tienen desde ese día la consideración de "Historic Aerospace Site". Es decir un lugar considerado a nivel mundial desde el punto de vista de la historia aerospacial, como singular, único, y por lo tanto reseñable. La placa se situaba en las confluencias de las calles Lennon y Juan de la Cierva.
La inciativa de esta distinción había partido al otro lado del Atlántico del American Institute of Aeronautics and Astronautics (AIAA). Algo así como la Royal Aeronautical Society, pero en plan norteamericano.
El anfitrión del evento era la Universidad Carlos III, ubicada en la ciudad de Getafe. El motivo, el reconocimiento, como varias ciudades a lo largo y ancho de todo el mundo, como un lugar donde se produjeron hechos relevantes para la historia aeronáutica y aeroespacial. Este Programa de señalar estos lugares, se inició en el año 2000. El objetivo es preservar y divulgar toda la información sobre hitos relacionados con la cultura aeronáutica y los profesionales que contribuyeron a esta disciplina. Además del Marshall Space Flight Center, otros lugares han sido reconocidos por el Comité que desarrolla este Programa. NASA Langley Reasearch Center, Alllegheny Ballistics Laboratory en Virginia (EE.UU.). o el Aeropuerto Municipal de Oakland, y fuera de los EE.UU. el lugar del primer despegue de un globo aerostático, en Annonay, Francia. Un Director y otras seis personas componen dicho Comité. Robert S.Dickman (Bob para los amigos), es una de ellas y estuvo en Getafe para el evento. Se trataba nada más y nada menos que el Director Ejecutivo de la AIAA y General retirado de la USAF.
Bob Dickman, Director Ejecutivo de la AIAA, se dirige a los asistentes tras la colocación de la placa como Historic Aeronautical Site, en Getafe el 21 de junio de 2011.-
Getafe ha sido elegida fundamentalmente por ser el lugar en el que Juan de la Cierva realizó sus primeros ensayos de vuelo, con los modelos C1-C4, y con el C-4, a cuyos mandos se situó Alejandro Gómez Spencer, un instructor del incipiente cuerpo de la Aviación española, conseguiría el hito de por primera vez realizar un vuelo controlado de un autogiro en la historia. Era el 17 de enero de 1923. Getafe entraba por derecho propio dentro de los lugares míticos para la aeronáutica mundial. Además, en diciembre, el 12, de 1924, serviría como punto de aterrizaje del primer vuelo que uniría dos ciudades mediante un autogiro, que había despegado del también histórico aeródromo de Cuatro Vientos. 7,5 millas recorridas exactamente. En esta ocasión el capitán Joaquín Lóriga Taboada lo realizaría en el C-6.
La importancia que tuvo el aeródromo de Getafe en el mundo, como lugar para el desarrollo de la técnica aeronáutica, en los años 20, no debe ser olvidada según la Comisión del AIAA. De ahí la deferencia y la importancia que la colocación de dicha placa tiene. Simbólica, pero, sobre todo histórica. Afirman, que además de la construcción de numerosos autogiros por De La Cierva en Cuatro Vientos, se debe tener en cuenta que la mayor parte de los vuelos de pruebas de su invento, tuvieron lugar en Getafe. La proximidad al centro militar de la aviación española de la época, Cuatro Vientos, resultó determinante, más aún si se tiene en cuenta el interés militar que despertó su invento, así como la práctica financiación de los desarrollos de De la Cierva en numerosas ocasiones.
Pero el propio martes día 21 de junio de 2011, probablemente debido a una conjunción astral-es un decir- Erasmo Piñero Jr., un ingeniero aeronáutico que actualmente presta sus servicios en Lockheed Martín-Fort Worth-TX, nos llamaba la atención por distintos motivos. Todos ellos emocionales y emocionantes. Los asistentes comenzamos desde el primer momento de su intervención a sentir que uno de los nuestros se dirigía a nosotros. Había algo muy especial tanto en el énfasis emocionado de sus palabras, como en el contenido de las mismas. Era la emoción de haber llegado a un destino que ni él mismo en esos momentos podía imaginar.
Piñeiro, de origen cubano, emigró a España hace muchísimos años, unos 37, desde la isla de Cuba. Sin profundizar demasiado en la cuestión, imaginamos que los sucesos políticos tras la revolución castrista a finales de los cincuenta tendrían algo que ver, y como tantos otros, halló refugio en España. Estuvo una temporada en nuestro país, 3 años, tras lo que viajó a los EE.UU. y se convirtió en un insigne ingeniero aeronáutico en Florida. Con ese viaje nuestro país perdería un insigne técnico, pero lo ganó la ingeniería mundial. De hecho hoy es responsable de los Sistemas de Verificación, Simulación y Validación del caza F-35. "Casi ná" que dirían los castizos madrileños. Además, y entre otras muchas cosas, tiene el honor de ser un Fellow Associate de la AIAA.
Su emoción podría venir del reencuentro con la madre patria tras tantos años preparando esta conjunción casi místico-aeronáutica con el lugar donde sus sueños quizás comenzaron a volar profesionalmente. Quizás fue uno de los lugares que le inspiraron el resto de sus días para lo que hoy es su profesión. Delante de él se encontraban dos apellidos, De la Cierva y Cantero, que son por derecho propio, los puntales de la genealogía de las alas giratorias y su historia universal. Autogiros y helicópteros. Unidos y escuchándole atentamente. El pasado presente de la historia aeronáutica española, ante sus ojos. Esto además de imponer, emociona evidentemente a cualquiera que tenga que hablar de estos temas en público. Erasmo no pudo permanecer insensible ante estas personas, en el Salón de Grados de la Universidad Carlos III de Getafe. Juan de la Cierva Hoces, sobrino e inventor en activo, y la hija de Federico Cantero Villamil, Concepción Cantero García-Arenal, le observaban con atención emotiva. Además J.De la Cierva Hoces, para más inri, es el inventor del Heligiro, la fusión perfecta del autogiro, helicóptero y avión. El pasado se hacía presente.
Erasmo quizás no sepa que mientras él nacía en Cuba, coincidiendo en el tiempo, uno de los asistentes, Juan de la Cierva Hoces, al que tenía delante mientras hablaba, se aplicaba en la terminación de un helicóptero en La Habana, que había comenzado a construirse para el dictador Batista, y que continuaba en su puesta apunto , ya una vez la revolución de Fidel Castro había triunfado. Tampoco quizás conozca que J.De la Cierva, "sobrino", le negó subir al helicóptero-prototipo de pruebas al propio Comandante Jefe. Tanto él, como De la Cierva tuvieron que huir. Piñero a España, tramitando su posterior viaje a EE.UU., y De la Cierva a los EE.UU desde Cuba, como si fuera un "espalda mojada". Allí , en los EE.UU., también coincidirían con el tiempo, años después a mediados de los 70. Aunque sin saberlo hasta hoy. Esta anécdota temporal resulta en sí misma curiosa, y llama la atención. La imagen de los molinos manchegos, del Quijote, con la que terminó Erasmo su intervención, alas giratorias en definitiva, nos hacen pensar en lo poética que puede llegar a ser la ciencia al final. Reflexión sobre lo didácticos que son los ejemplos a la hora de explicar cualquier ecuación… Muestra de que en la juventud, que pasó en España, Piñero, se empapó bien de la poética que nos rodea, y de la que a menudo no disfrutamos y somos conscientes de ella.
Pero otra conjunción interesante, al menos para el que escribe, es que el invento de De la Cierva Codorniú, el concepto en sí de las alas giratorias, tenía como objetivo último garantizar la seguridad. La seguridad de una parada de motor, un suceso temido y contemplado por todos los que se dedican a volar helicópteros y autogiros. El gran logro conceptual del autogiro es conseguir mantener la sustentación de la aeronave pese al fallo o carencia de potencia en un momento dado. Esta es la gran aportación para la seguridad de este invento, 100% español. De ahí que nos llame la atención esta falta de "Just culture", de cultura justa de la seguridad en España, en el sector de los helicópteros. Cuando en este país, se pensó, y se desarrollo el autogiro como garante de la sustentación en el aire pese a carecer de tracción del motor en una situación de emergencia.
Como saben nuestros lectores, el día anterior al evento antes descrito, el propio Decano del Colegio de Pilotos, hacía un llamamiento casi desesperado, para que se pusieran todos los medios posibles-reglamentarios, inspectores, etc…- en nuestro país para evitar el inasumible e inaceptable aumento de los accidentes de helicópteros, en la cuna de la autorrotación. Una macabra metáfora aeronáutica, una vez más. Un ejemplo de la distancia entre el concepto de seguridad, y la cruda realidad. Manchas de sangre sobre la piel de toro, como si fueran taurinas banderillas, que todo lo tiñen de rojo, y que empapan el negro año tras año en un interminable goteo de vidas humanas. Los molinos siguen girando sus alas giratorias, advirtiéndonos de que especialmente en España, esto no se debería tolerar jamás, aunque sea por una cuestión de respeto centenario, como lo son los molinos manchegos, a esas alas giratorias que inspiraron a Cervantes. Erasmo Piñero, nos lo recordó con sus palabras sentidas, y desde este pequeño púlpito, se lo agradecemos. Erasmo nos inspiró en su vuelta a casa…
Tambien resultó reseñable la aportación de la Universidad Carlos III, la presencia de Domingo Escudero (Vicedecano del COIAE), o el ex-decano, Antonio Martín Carrillo, que hizo posible la colocación de la placa, y de tantos otros aerotrastornados que allí estuvieron presentes…
