Verdadero interés suscita la carta que ha publicado hoy en "Aviación Digital", Carlos Torres, cara de la larga y penosa lucha que mantienen los familiares por esclarecer la verdad de la tragedia del helicóptero ocurrida el 8 de Julio de 2006 en Tenerife, donde perdieron la vida 6 personas, y no hemos podido evitar sentir la misma sensación de soledad que desprende su contenido: ciudadanos anónimos empeñados en descubrir la verdad que se oculta tras nuestras respectivas tragedias, donde la muerte iguala a todos los pasajeros, independientemente del mayor o menor número de ellos.
Y digo tragedia, no accidente porque sería reducir el alcance que tiene para las familias que deciden comprometerse en ésa desequilibrada batalla, esa palabra. Porque si trágico es perder violentamente a los nuestros por errores de los que quedan en tierra, esto se multiplica infinitamente con lo que acontece después, hacer frente a poderosos intereses que lo único que esperan de ti es que te olvides o te canses de darte contra los muros de la incomprensión, el silencio o el olvido.
Esa carta es todo un ejemplo de valentía y generosidad, sentimientos fundamentales de porqué el ser humano se implica hasta límites extenuantes en batallas como la que libramos todas las víctimas de accidentes aéreos: sin medios, sin recursos, nos enfrentamos con la voluntad y la determinación a quiénes piensan que les sale más rentable hacer frente a afrentosas indemnizaciones económicas que a invertir en seguridad aérea.
Es desalentador sentir que sigue imperando entre los vivos, la cultura oficializada ya de echarle la culpa al muerto, al que pagó con su vida los errores de esa cadena de fallos que conducen al desastre aéreo y es indignante que tengan que ocurrir catástrofes aéreas para que se modifiquen las estructuras de seguridad del transporte aéreo, donde todos los que se mueven en ese mercado: regulador y regulados por las normativas y actuaciones vigentes, son directamente responsables de que se produzcan.
Las víctimas de accidentes aéreos en España abogamos porque se cambien éstos términos: primero salvaguardar la vida de las personas con actuaciones preventivas que impidan accidentes y segundo, modificar las normas porque éstos se han producido y han arrojado sobre las víctimas el manto de la desolación más insufrible que el ser humano pueda soportar.
Nos sentimos solidarios con las causas de las Familias del Accidente de Tenerife, EC-FJJ, con las del Helimer 207 y con todas las víctimas que han sufrido accidentes aéreos porque su lucha es también la nuestra, unidos en la tragedia que sólo los que la hemos sufrido podemos compartir y nos alentamos para llegar al final del camino que nos hemos marcado: saber porqué y quiénes fueron los que permitieron tanta muerte y sufrimiento.
A Carlos Torres y a las familias de los 6 pasajeros del Helicóptero EC-FJJ ocurrido en Tenerife, a las 3 Familias del Helimer 207 acaecido en Almería, un abrazo lleno de afecto y la seguridad de que entre todos, víctimas y familias, lograremos alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto… Por ellos, por los que no están, estamos obligados…
M. PILAR VERA PALMES
Presidenta de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022
