Aviación Digital, E.G.P, Sp.- El transporte es una arteria fundamental para el desarrollo económico y social de cualquier país. En España, este sector ha evolucionado vertiginosamente en las últimas décadas, enfrentando desafíos crecientes como la sostenibilidad, la modernización tecnológica y la eficiencia operativa. Sin embargo, entre todos estos aspectos, hay uno que sobresale como primordial: la seguridad. En el marco del Congreso de los Diputados, se llevó a cabo la presentación del Observatorio de la Seguridad en el Transporte, una iniciativa que pretende establecer un espacio de análisis y mejora continua para todos los modos de transporte en el país: terrestre, aéreo y marítimo.
Este observatorio surge en un momento crucial para el sector, con la participación de figuras clave del transporte en España, entre las que destacan los presidentes de diversas organizaciones profesionales. Este artículo expone las principales intervenciones y mensajes clave que se compartieron durante la jornada, poniendo especial énfasis en el concepto de «cultura justa», la ciberseguridad y los retos de la intermodalidad.
La cultura justa como pilar de la seguridad
El evento fue inaugurado y moderado por Víctor Aguado, exrepresentante de España ante la Organización de la Aviación Civil Internacional. Aguado resaltó la importancia de la seguridad en el transporte, insistiendo en que «la seguridad debe ser la prioridad primera«. Este enfoque fue reforzado por Óscar Sanguino, presidente de la Fundación de los Profesionales para la Seguridad en el Transporte y del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), quien destacó la necesidad de implementar la «cultura justa» en todos los modos de transporte.
La «cultura justa«, explicó Sanguino, es una práctica establecida en la aviación comercial, en la que los incidentes y errores se reportan sin temor a represalias. Este enfoque permite aprender de los errores, mejorar los sistemas y evitar futuros accidentes. “En la aviación, la tasa de accidentes ronda el 0,3 por cada millón de vuelos. Esto no es fruto del azar, sino de un sistema riguroso donde la cultura justa juega un papel esencial”, explicó. Sin embargo, advirtió que su implementación es desigual en otros sectores, como el ferroviario o el marítimo, donde todavía se enfrentan grandes retos para integrarla plenamente.
Pedro Grajera, presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), añadió que la cultura justa es vital para que los profesionales del transporte puedan tomar decisiones críticas sin temor a represalias, destacando casos preocupantes como el despido de pilotos que se negaron a volar sobre cenizas volcánicas o de controladores que se rehusaron a operar fuera de horarios de seguridad. «La cultura justa defiende no solo al profesional, sino, en última instancia, al pasajero«, subrayó Grajera.
Automatización y ciberseguridad: Dilemas contemporáneos
Otro de los temas recurrentes durante el evento fue el impacto de la automatización y la digitalización en la seguridad del transporte. Germán de Melo, presidente del Colegio Oficial de la Marina Mercante, hizo un recorrido histórico sobre cómo la automatización ha transformado el transporte marítimo, enfatizando que, aunque estas tecnologías han mejorado la eficiencia, también han creado nuevos riesgos. «Cuando una máquina falla, el ser humano debe ser capaz de tomar el control, especialmente en situaciones críticas como la entrada y salida de puertos«, apuntó.
De Melo también alertó sobre los peligros de la hiperconectividad y la ciberseguridad, problemáticas cada vez más presentes en la aviación y el transporte marítimo. En este sentido, advirtió que un buque o una aeronave hiperconectada puede ser vulnerable a ataques cibernéticos, algo que podría desencadenar accidentes graves si no se toman las precauciones necesarias. A modo de conclusión, reiteró que la tecnología debe ser una herramienta, no un sustituto de la supervisión humana: «En momentos de emergencia, es el ser humano quien debe tener el control«.
Intermodalidad y cooperación: Un enfoque sistémico para el futuro
Diego Martín, secretario general del Sindicato de Maquinistas Ferroviarios (SEMAF), ofreció una visión desde el sector ferroviario, subrayando la importancia de un enfoque intermodal y sistémico para abordar los desafíos de la seguridad. En un mundo donde las conexiones entre distintos modos de transporte son cada vez más frecuentes, Martín abogó por una mayor cooperación y una inversión conjunta en infraestructuras. «No podemos pensar que cada modo de transporte puede operar de manera independiente«, afirmó, destacando la necesidad de que sectores como el ferroviario, aéreo y marítimo trabajen de forma sincronizada.
El aumento de la interoperabilidad, tanto en las operaciones como en las regulaciones, es clave para evitar lo que Martín denominó «el colapso de un modo de transporte«. Si no se actúa de manera coordinada, advirtió, se corre el riesgo de que un sector, como el ferroviario, se vea sobrepasado por la demanda creciente sin contar con las inversiones necesarias para garantizar la seguridad y eficiencia.
En esa misma línea, Sanguino mencionó que el Observatorio se compromete a repetir estas jornadas anualmente, con el objetivo de evaluar los avances y compartir datos. La cultura justa, la seguridad en la intermodalidad y la ciberseguridad serán temas prioritarios para el análisis.
Conclusiones y desafíos futuros
En un contexto donde la seguridad y la sostenibilidad son prioridades, este foro busca fomentar una cultura de cooperación entre los diferentes sectores y modos de transporte, con un enfoque sistémico que permita aprender de los errores y avanzar hacia una movilidad más segura.
Uno de los principales compromisos que surgió de esta primera jornada es la de fortalecer la cultura justa en todos los sectores, asegurar que la tecnología sea una aliada y no una amenaza, y trabajar en una intermodalidad que permita a España consolidarse como un referente en transporte seguro y eficiente. Como destacó Sanguino en sus palabras de cierre, «la seguridad en el transporte no es responsabilidad de unos pocos, sino de todos los que participamos en este sistema. Solo juntos podemos lograr un transporte seguro y eficiente, que sea ejemplo para el mundo«.
El reto de este observatorio será traducir las reflexiones y compromisos en acciones concretas que mejoren los niveles de seguridad en cada sector, con la mira puesta en hacer de España un país donde viajar sea cada vez más seguro, tanto por tierra, mar o aire.