AENA ha sumido hoy Barajas en un caos que ha producido demoras de hasta dos horas al tener que realizar hoy la calibración de las ayudas en tierra, práctica que se hace siempre en días de escaso tráfico y no en un día donde el tráfico previsible es muy grande como todos los viernes. El resultado ha sido que el aeropuerto de Madrid ha estado funcionando hoy viernes con sólo una pista de aterrizaje y otra para salidas puesto que es el último día con el que contaba AENA para realizar ésta práctica obligatoria.
Esta mañana AENA ha cambiado la configuración de Barajas (el sentido en el que aterrizan y despegan los aviones) para permitir calibrar el ILS (Instrumental Landing System) de la pista 18 Derecha y se ha cerrado también la pista 15 Derecha de despegues. Hoy es el último día que marca la normativa internacional para revisar dichas ayudas que, de no hacerse, hubiera supuesto el darlas de baja o fuera de servicio. Las demoras que tanto para las llegadas como para los despegues está produciendo esta medida llegan en algunos casos hasta las dos horas.
Hasta la entrada en vigor de la Ley 9/2010 eran controladores aéreos en tareas de apoyo operativo los encargados de planificar y llevar a cabo las calibraciones. Se estudiaba con todo detalle el cómo y el cuándo realizarlas, para que supusieran la menor molestia a los aviones y a las compañías y siempre se realizaban en fin de semana, que es cuando menos tráfico tiene Barajas. Jamás había vencido un plazo para una calibración.
Esta calibración que hoy se realiza ya se intentó el 7 de febrero, dos días después del "decretazo" del Gobierno contra los controladores, produciendo un gran caos, ya
denunciado en su momento porque, además, provocó episodios graves en la seguridad de los vuelos. Tras sucesivos intentos, la operación fue programada para el mismo sábado en que se jugaba la final de la Champions League en Madrid y, naturalmente, fue imposible realizarla por la sobrecarga de vuelos.
Daniel Zamit, portavoz de USCA ha manifestado que, en nombre de todo el colectivo, "hay que denunciar la gestión caótica que está llevando a cabo la empresa que, por improvisada, está produciendo graves daños a los trabajadores, a las compañías y a los pasajeros. Desde luego, nunca más vamos a permitir que con nuestro silencio puedan justificar su mala gestión con supuestos conflictos provocados por nosotros".
