Kuala Lumpur, MAL, 9 de marzo de 2015.- La palabra «misterio» es un término que llama la atención del lector, pero que realmente poco aporta a la objetividad técnica cuando se produce un accidente aéreo. El término «perdido», tampoco sirve para mitigar el dolor de los familiares de los desaparecidos. La especulación es un enemigo objetivo de la verdad técnica. Siempre hemos pensado en AD que la forma más «justa» de hacer honor a la cultura justa de la seguridad, es, sin adornos editoriales o periodísticos, afrontar los hechos factuales conocidos, reconocidos y demostrados, presentarlos ante la opinión pública desnudos, y que sean los lectores, los que con los hechos en la mano que les presentamos saquen las oportunas conclusiones que les merezcan los mismos. Nosotros no sabemos lo que sucedió con el MH370. La desaparición sin resolver del MH370 Un B777-200ER, (matrícula 9M-MRO) de Malaysia Airlines, el 7 de marzo de 2014, a falta de la localización si ésta se produce algún día, sí que tiene datos factuales un año después disponibles para que la investigación continúe. A esa posibiidad, es a la que se debe agarrar uno con el lógico empeño de que finalmente se tenga la «recompensa» técnica, pues humanamente lo más preciado se perdió cuando se perdió el contacto con la aeronave aquel día. Por estos motivos les adjutamos tanto la Declaración Provisional, como la Información Factual, que es lo que las autoridades malasias han hecho ayer público.
A pesar de la no localización de la aeronave, sí hay una Recomendación de Seguridad, como es la de examinar los beneficios para la seguridad operativa la implementación de un sistema estándar de seguimiento de vuelos en tiempo real para aviones comerciales, Recomendación emitida por la ATSB, Australian Transport Safety Bureau. OACI ya ha comenzado a trabajar en ello.
