El sábado Randy Babbit, director de la FAA, fue sorprendido conduciendo bajo los efectos del alcohol en la ciudad de Fairfax, Virgina (Estados Unidos). El máximo representante de la seguridad aeronáutica en América no tardó en reaccionar y, consecuentemente, el lunes presentó su dimisión ante el Departamento de Transportes estadounidense (DOT).
El secretario del departamento, Ray LaHood, ha aceptado la renuncia y no ha querido dejar pasar la ocasión de alabar el trabajo desarrollado por Babbit durante todo el período en el que ha dirigido la Administración. LaHood se mostraba orgulloso por "tener el sistema más seguro de aviación del mundo, que gracias al trabajo de Randy se ha convertido en más fuerte y seguro" si cabe. También ha querido recordar los esfuerzos realizados por el ahora ex director de la FAA en la mejora de la formación de los pilotos, repercutiendo con ello en un "incremento de la seguridad para los viajeros", y en las relaciones de la comunidad laboral.
Randy Babbit paga con su puesto un error que en la piel de otro quizá hubiese pasado desapercibido, pero su renuncia muestra la seriedad de la administración americana. Babbit ha declarado "no estar dispuesto a dejar que nada ensombrezca su extraordinaria labor realizada 24 horas al día, 7 días a la semana" y, con ello, se ha despedido de sus responsabilidades con la FAA. Asimismo, ha querido agradecer la oportunidad que le fue dada y ha dado las gracias especialmente al secretario LaHood por su "dedicación en la búsqueda de la seguridad de los viajeros".
Con este intercambio de halagos Babbit se ha despedido de su puesto tras algo más de dos años y medio en el cargo.
