Madrid, 14 de agosto de 2012.- El piloto ha sido vilipendiado, maltratado y engañado `por la administración. El piloto, gente de orden de toda la vida, protesta e insiste en manifestar su vocación y amor a una profesión que lo es todo para él y que realiza sin escatimar esfuerzo: las cosas bien hechas. Cuando le acorralan recurre con pudor a su legítimo derecho a la huelga, lo que desencadena una orquestada e infamante campaña contra su imagen. El piloto se pierde si no vuela y se aferra a la esperanza alimentada por la luminosidad, la verdad que se transparenta en su vuelo. Pero no todos poseen la clarividencia nerudiana para valorarlo.
El antaño denominado como "Todopoderosepla", hoy SEPLA a secas, se desespera ante el trato que recibe en esta sociedad española infectada de eurogrima, donde se incumplen los convenios, se trampean los acuerdos, y se demoran los laudos para finalmente incumplirlos. El citado sindicato antes acusado de elitista se ha convertido en un colectivo de trabajadores a los que se les patea el trasero, como a todos. Queja esta recogida en el editorial del último número de la revista portavoz del SEPLA, MACH´82. cuya portada da protagonismo absoluto al martillo, amante de la hoz en la iconografía laboral-sindicalista, que siempre invita a la acción.
¿Qué ha pasado para los pilotos saquen el martillo? Un martillo obrero, alejado del coqueto y funcional, forrado de terciopelo para no hacer mucho ruido, del independiente juez que dictó el laudo que no se cumple.
¿Qué ha pasado para que el Presidente del SEPLA exprese su desconfianza en los términos que lo hace en el número de la citada revista? :"Lo de siempre, escribe, las bases pagan los excesos cometidos en el pasado por su cúpula". Y más adelante afirma: "… en época de bonanza, los beneficios se repartían entre unos pocos. En época de crisis, las pérdidas recaen sobre la mayoría de los trabajadores y asalariados". Juicios paralelos a los contenidos en un de las estrofas del himno internacional de los obreros:
"La ley nos burla y el Estado oprime y sangra al productor, nos da derechos irrisorios, no hay deberes del señor"
¿Qué ha pasado para que el colectivo de pilotos se encarne en el victimismo obrero?
Vivimos en un Reino donde el BOE decreta que los "jefes" de los Bancos malos no cobren "mas" de 300.000 euros al año, y los de los buenos el doble, más sus "justos" incentivos, para llegar así casi al millón. Y donde los alborotadores asaltan supermercados. En unos días donde Antonio Gala, entre otros, opina, que estamos gobernados por tontos, y donde los medios de comunicación considerados de derechas, "La Gaceta", "Intereconomía", "Libertad Digital", etc, no dejan de dar palos a un gobierno de un partido al que se suponen votaron y votarán. Gobierno que mientras presume de dar cobertura a los pescadores que faenan en el Estrecho, volvamos al editorial del MACH´82, que finaliza denunciando como los orines de IAG perfuman la pechera del Gobierno de España, no hace nada para abortar el Gibraltar aéreo que se está gestando.
Podríamos responde a la pregunta de ¿qué ha pasado?, como pueden hacerlo los editorialistas y la presidencia del SEPLA. Pero no creo que nadie sepa lo que va a pasar. Eso sí, puede intuirse la que puede armarse. Como en las películas de vaqueros, cuando la ley no ampara y el sheriff no funciona, algo habrá que hacer, aunque el malo responda al cinematográfico nombre de Willie Walsh. Lo más triste es que el enemigo está en casa.
Ángel Luis INURRIA
