Florencia Amat / Aviación Digital, Sp. – A mediados de diciembre, una fuga en el líquido refrigerante de la nave rusa Soyuz MS-22 la incapacitó para traer de vuelta a la Tierra a tres de los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Por eso, se envió como reemplazo la Soyuz MS-23, una nave no tripulada que se acopló al módulo Poisk de la ISS este domingo a la madrugada (horario español).
Soyuz MS-23 fue lanzada el 23 de febrero a las 19:24 EST desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán). Según la NASA, está previsto que la Soyuz MS-22 dañada se desacople de la estación a finales de marzo y regrese a la Tierra para un aterrizaje asistido por paracaídas sin tripulación en Kazajstán, y un análisis posterior al vuelo por parte de Roscosmos.
Qué pasó con Soyuz MS-22
La Soyuz MS-22 transportó al astronauta de la NASA Frank Rubio y a los cosmonautas de Roscosmos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin a la estación espacial el pasado septiembre, y estaba previsto que regresaran a casa en marzo de este año. Sin embargo, los planes han cambiado y los tres tripulantes regresarán a la Tierra en la nueva Soyuz MS-23 a finales de este año, alrededor del mes de septiembre.
El atraso de la fecha de regreso a la Tierra se debe a una fuga en la nave, como se pudo conocer en el momento del incidente. Poco después de descubrirse la fuga, la NASA emitió el siguiente comunicado: «Durante los preparativos para el paseo espacial previsto para esta tarde por los cosmonautas de Roscosmos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, los equipos de tierra notaron una fuga significativa de una sustancia desconocida de la parte de popa de la nave espacial Soyuz MS-22 acoplada al módulo Rassvet en la Estación Espacial Internacional. El paseo espacial ha sido cancelado, y los equipos de tierra en Moscú están evaluando la naturaleza del fluido y los posibles impactos en la integridad de la nave espacial Soyuz, que transportó a Prokopyev, Petelin y al astronauta de la NASA Frank Rubio al espacio tras su lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajstán el 21 de septiembre.»
Soyuz MS-23
Ahora, su sustituta Soyuz MS-23 está capacitada para devolver a los rusos y estadounidense a nuestro planeta, solo que más tarde de lo previsto. La agencia de noticias rusa TASS se ha hecho eco de lo emitido por la Corporación Espacial Estatal rusa Roscosmos, quien llevaba la misión de los cosmonautas Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin. Tras analizar la situación, la comisión estatal rusa tomó la decisión de traer de vuelta a la Tierra la nave Soyuz averiada en modo sin tripulación y devolver a los cosmonautas cuya misión se ha prolongado varios meses a bordo de la nave Soyuz MS-23.
El no tener una nave operativa en caso de emergencia dejaba en el limbo a estos astronautas, quienes han estado más de dos meses sin una posibilidad de rescate aunque hubiese una emergencia en el espacio. Esto comprometía la seguridad de la misión y de los propios exploradores, por lo que la prioridad desde entonces ha sido enviar una nave homóloga que les permita relanzarse a la Tierra en cualquier momento, aunque su reentrada esté prevista para septiembre.
Razones de la fuga
Surgen los debates sobre la causa de la fuga de Soyuz MS-22. La propia agencia rusa asegura que se debió a la colisión con micrometeoritos; y si bien esto es un escenario posible, no es el más probable. La reciente fuga del carguero Progress -también ruso- atracado en la ISS a principios de este mes fue causada por «influencias externas», posiblemente algo que ocurrió durante su lanzamiento el año pasado, según un alto responsable de la estación espacial de la NASA.
Es la segunda vez en dos meses que una nave espacial rusa atracada en la estación espacial pierde repentinamente líquido refrigerante. Las dos fugas fueron similares, ambas originadas en el sistema de control térmico de cada nave espacial, arrojando una nube de refrigerante congelado al espacio. Ya no está tan claro si desde Roscosmos siguen sosteniendo la teoría de los microasteroides.
Dana Weigel, subdirectora del programa de la NASA para la ISS, declaró el martes que la agencia espacial estadounidense también está analizando los datos para encontrar la causa de las fugas. «Creo que lo que realmente están tratando de entender es si hay señales o firmas de que en algún punto del viaje de la nave espacial, ya sea en el lanzamiento o en la separación del vehículo de lanzamiento, hay alguna otra influencia externa o daño que podría haber ocurrido y que podría haber sido un factor allí», refiriéndose a los comunicados de Roscosmos.
