Aena realizó un cierre patronal los días 3 y 4 de diciembre de 2010 para tender una trampa mediática ante la sociedad a los controladores aéreos. Seguramente aquella medida perseguía otros propósitos, pero nos abstenemos de valorarlos aquí porque escapan a nuestro ámbito.
El gobierno lleva manipulando la opinión pública desde hace casi dos años para ponerla en contra de unos trabajadores que hemos tenido la desgracia de quedar en medio de una privatización en la que se juegan intereses económicos gigantescos. Y ahora pesa sobre nosotros la responsabilidad de algo que, ni hicimos, ni provocamos.
Las consecuencias para nosotros los controladores aéreos son gravísimas. Somos un grupo de trabajadores denostado de manera totalmente injusta e irracional. Nunca jamás se había sometido a ningún otro grupo de trabajadores a un linchamiento mediático, político, social y laboral como a nosotros, proveniente además en primera instancia de nuestros propios jefes. Y todo ello de manera injusta para tejer una cortina de humo con respecto a la privatización de nuestros aeropuertos y a otras cuestiones.
Por eso ahora Spica emprende esta acción judicial encaminada a esclarecer la verdad de lo sucedido aquellos tristes días. No sólo significa la defensa de nuestro honor e imagen injustamente pisoteados, sino que también es un imperativo moral para esclarecer la trampa tendida por los gestores de Aena a los controladores aéreos y a todo el pueblo español.
