Alba Sanz/Aviación Digital, París.- Arranca la tercera jornada oficial del París Air Show 2023 y el ritmo sigue siendo frenético. Aviones comerciales, militares y hasta el cohete Ariane de la Agencia Espacial Europea conviven en esta explanada kilométrica mostrando las últimas novedades aeroespaciales al mundo en un momento social marcado por los objetivos europeos de la Agenda 2030 y por el desarrollo industrial en la Defensa y en la aviación comercial.
Uno de estos avances que une el desarrollo areonáutico con el cuidado por el medio ambiente viene de la mano de Destinus. Esta empresa aeronáutica europea tiene como fin diseñar y fabricar aviones hipersónicos de alcance ultralargo para emplearlos en la aviación comercial y precisamente ha sido en París donde han presentado un prototipo de lo que sería su primer avión hipersónico, el Destinus-3.
Desde Destinus se han puesto el objetivo de realizar sus primeros vuelos comerciales en el año 2040, capaces de realizar un trayecto París-Nueva York en tan solo una hora y media o unir París-Sydney en cuatro horas y media. Además, sus vuelos tendrían capacidad para transportar entre 300 y 400 personas, como los actuales A380 (también presente en el París Air Show 2023).
Esta revolución en la aviación no solo viene derivada por su rapidez (recordemos que es capaz de volar el doble de rápido que el Concorde a una altitud tres veces superior a la que actualmente vuelan los aviones comerciales), si no que, además, cuenta con la novedad de que este avión estará propulsado por hidrógeno.
El hidrógeno en vuelos de largo alcance
A pesar de que la empresa se muestra optimista a la hora de abarcar este propósito, el hidrógeno continúa protagonizando el principal debate de la aviación sostenible: su viabilidad como sustituto del queroseno en vuelos de largo alcance. Aunque el hidrógeno es una fuente de energía limpia y eficiente para el avión, este continúa siendo limitante en cuanto a su uso debido a su disponibilidad limitada en las infraestructuras de combustible de hidrógeno, tanto en la fabricación como en el almacenaje.
Desde Destinus son conscientes pero esto no les frena para conseguir el que sería uno de los hitos más importantes de la aviación de nuestro siglo. Para el director general adjunto de Destinus, Jean Philippe Girault, «los combustibles fósiles son cosa del pasado, todos formamos parte de esta transición energética».
«Estamos demostrando paso a paso nuestra capacidad para obtener las tecnologías que necesitamos. Tenemos una hoja de ruta progresiva para aumentar la madurez y desarrollar las normas de certificación que serán útiles», indica.
«Nuestra visión es poder ofrecer una gama de aviones, empezando por los más pequeños e inicialmente con un segmento de mercado. Creemos que este mercado será lo suficientemente atractivo como para pasar a los vuelos comerciales», aunque ya advierte que al principio los precios serán muy elevados.
Vuelos hipersónicos por 8.000 euros
Por el momento, «ser hipersónico» no viene de la mano de la accesibilidad. Aunque la aviación comercial hoy en día se ha caracterizado por su democratización, alcanzar velocidades hipersónicas tiene un coste y más aun si el combustible empleado va a ser el hidrógeno.
Como ejemplo, el adjunto al director indica que rutas comerciales como la de París-Nueva York podría comenzar a ofertarse por 8.000 euros. «La idea es después democratizar la oferta y abaratar los costes», declara.
Otra de las cuestiones a debatir en cuanto a este avión hipersónico es sobre quien estará a los mandos de la aeronave en la cabina. ¿Requeriría de pilotos o bien el avance tecnológico sería capaz de sustituir a los seres humanos en su pilotaje?.
Philippe aun no se lo ha planteado. «Nos vemos dentro de diez años», deja caer ante un panorama que vierte muchas dudas pero todavía deja pocas respuestas.
