Guadalajara, SP, 10 de julio de 2013.- Casi un par de días tras el accidente del helicóptero operado por FAASA desde la Base de "El Serranillo" en Guadalajara, se personaban los investigadores de campo de la CIAIAC en el lugar. La aeronave tomó de emergencia en el campo el pasado 7 de julio, y se confirma la gran pericia de la maniobra por parte del piloto al mando, una pericia que se entrena,ya que tuvo que realizarla con dos palas dañadas, una con un golpe en el borde de ataque, y otra con pérdida de material de 1 m por 30 cms, con lo que la sustentación evidentemente estaría muy limitada. El carenado tambien estaba dañado. En el informe se habla de que la pala golpeó la línea eléctrica, en lugar de como se apuntaba oficialmente el domingo fuentes provinciales, sufrir una descarga debido a un arco voltáico lo que explicaría mejor la parada del motor. Habrá que esperar al informe definitivo. La Guardia Civil, y una BRIC, según ha podido saber AD, estuvo custodiando la aeronave accidentada, hasta la llegada, tras el fin de semana de los miembros de la CIAIAC.

El helicóptero Agusta AW 119 MK II de matrícula EC-LFL perteneciente a la empresa FAASA y contratado por la Junta de comunidades de Castilla – La Mancha, estaba participando en las labores de extinción de un incendio que se había declarado en una zona situada en el triángulo formado por los términos municipales de Azuqueca de Henares, Quer y Alovera (todos en la provincia de Guadalajara).

Tenía su base en la ciudad de Guadalajara. Su misión consistían en realizar labores de traslado y apoyo a las Brigadas contra Incendios (BIC) y lanzamiento de agua con un depósito (helibalde) que llevaba colgando.

Las cargas de agua las estaba realizando en unas lagunas situadas junto a la depuradora que hay al sureste de Azuqueca de Henares.

Había hecho cinco descargas en la zona del incendio. La sexta descarga la realizó en un campo situado al norte de Azuqueca de Henares junto a la autopista radial R-2, dentro del término municipal de Quer, mientras volaba en proximidad a una línea eléctrica de alta tensión. Inmediatamente después de lanzar el agua golpeó con una de las palas contra uno de los cables del tendido eléctrico, y después del impacto el piloto realizó un pequeño viraje a la izquierda y aterrizó aproximadamente 150 m más adelante, sin sufrir daños personales, pudiendo abandonar la aeronave por sus propios medios.

El helicóptero resultó con dos palas dañadas. Una de ellas presentaba un golpe en el borde de ataque a 20 cm de la punta, y la siguiente pala, según la secuencia de giro del rotor principal, había perdido un trozo de 1 m de largo por 30 cm de ancho en la zona del borde de salida a una distancia de 1 m de la punta. Además presentaba un impacto en el carenado de la parte superior del cono de cola, a 20 cm del borde de ataque del estabilizador vertical y también un pequeño roce en el patín de cola.

Hasta el lugar del accidente se desplazaron dos investigadores de la CIAIAC, comenzando así la investigación de campo.