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30 minutos o media «hora de oro»…

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Guadalajara, SP, 10 de julio de 2013.- El pasado lunes fue un día trágico en la provincia de Avila. Este es un artículo de complicada "articulación" editorial, para no caer en lo demagógico o en lo amarillista. Con un resultado de 9 fallecidos y 22 heridos, esa dificultad se ve incrementada por evitar esa demagogia e intentar ser prácticos, para mejorar este servicio esencial para el ciudadano. Pero por lo "instructiva" que puede llegar a ser una tragedia, precisamente por eso, nos podemos ver en la obligacion de ir más allá y hacer una reflexión profunda sobre decisiones políticas que aparentemente podrían permanecer ocultas.

Partimos de una premisa como es que los accidentes tienen como característica definitoria que son azarosos e imprevisibles. Pero tambien hemos de aceptar que depende de las decisiones acertadas o no a priori que tomemos si nos encontramos bien preparados para atenderlos y gestionarlos cuando se materializan.


Esas decisiones se toman en el entorno político, y en algunas ocasiones, las menos, con el criterio de los técnicos que deben intervenir en una emergencia de este tipo, como elementos decisivos para tomar dicha decisión. Hace escasos meses, concretamente el 30 de noviembre de 2012, hacía su último vuelo el helicóptero HEMS basado en Valladolid. El máximo responsable de la sanidad, y de las emergencias de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado, llegó a decir en prensa que este helicóptero sanitario, de los cuatro con los que contaba en ese momento la comunidad autónoma era el que "menos se necesitaba y no afecta a la cobertura" en declaraciones a Europa Press. No nos gustaría ver sí a día de hoy piensa lo mismo el Sr.Consejero que lo que declaraba a la Agencia el día 14 de diciembre de 2012.

SACYL, el servicio sanitario de la comunidad, argumentaba que los criterios eran "estratégicos", ya que entendían que las distancias cortas se cubrían mejor con ambulancia que con helicóptero, insistiendo en una tésis que el Consejero sostenía, como veremos más adelante. Pero detrás evidentemente, del criterio predominante, no debía estar el de índole de la urgencia sanitaria, sino el de recortar el presupuesto asignado a este servicio, con predominantes consignas de tipo político-economicista. Ahorrar.

Si tenemos en cuenta que el servicio que prestaba el helicóptero HEMS basado en Valladolid estaba cifrado en aproximadamente un millón de euros anualmente, o lo que es lo mismo, por ejemplo, el coste de ejecución de 100 metros de línea de alta velocidad. Comenzamos a ver que las magnitudes son desproporcionadas en el sentido de que por un millón de euros se deja sin cubrir en un tiempo razonable una emergencia médica, esto es la cuarta parte de un servicio médico básico, una cuarta parte de la comunidad autónoma en su conjunto, una de las regiones más amplias de Europa, pasando a tres unidades HEMS en servicio.

El pasado lunes se producía a 9 kilómetros de Avila capital un accidente de tráfico en el que se veía involucrado un autobús, cuya capacidad media ronda los 50 pasajeros. Ante una emergencia como esta, la primera hora, por no decir los primeros minutos, son básicos para poder actuar exitosamente en numerosos casos sobre las posibilidades de supervivencia de los heridos más afectados. Esto no es cuestionable. En el argot médico se le llama "la hora de oro". El día del accidente, en apenas 9´el HEMS de Salamanca ya estaba en el aire, y en el punto del accidente en apenas 25 minutos.

La magnitud del número de heridos graves, y con peligro para su vida, requirió la presencia de un segundo helicóptero, que ya no podía ser el basado en Valladolid desde noviembre de 2012 por una decisión política, a una distancia similar del de Salamanca, y a unos 35´ de vuelo, y tuvo que ser el basado en Burgos, que tardaría 1 hora y 5 minutos en llegar. Es decir hubiera tardado la mitad de esa "hora de oro", y no queremos ni nos atrevemos a señalar esto en este caso concreto, sólo decir que quizás en algún caso, no necesariamente en este accidente del que sólo conocemos los detalles publicados en prensa, podría haber multiplicado por 2 las posibilidades de supervivencia de algún herido grave, al poder ser asistido media hora antes por la experta dotación de medios humanos y técnicos sanitarios con los que cuenta el HEMS. Hacemos pues una simplista extrapolación en el sentido de que si se tarda la mitad en llegar, quizás se aumenten esas posiblidades de supervivencia en la misma proporción.

Helicóptero HEMS de SACYL en el aeropuerto de Villanubla

Al principio de este artículo decíamos que cualquier accidente resulta imprevisible, pero está claro que alguien tomó la decisión, por el motivo que fuere, en Castilla y León, de dejar en tres los helicópteros sanitarios en lugar de los cuatro existentes. Alguien desde un despacho debió pensar, valorar y decidir, que era más conveniente "ahorrar/le" al contribuyente ese millón de euros, en lugar de mantener ese servicio publico esencial, con la dimensión anterior.

Un accidente es inevitable, pero los recortes no lo son. Simplemente se deciden y se ejecutan. Pero las decisiones tambien tienen consecuencias, que van más allá aún del drama del desempleo, y que pueden ser palpables por ese ciudadano al que teoricamente se le ha "ahorrado" una parte proporcional de ese millón de euros, si se ve directamente afectado o precisa ese servicio de emergencia. Si tenemos en cuenta, según el censo regional de 2.528.417 habitantes en el año 2007 en Castilla y León, la cuarta parte de esa población, serían 632.104 personas. Estas son las que teoricamente estarían "cubiertas" por el HEMS basado en Valladolid, y le supondrían a cada ciudadano 1,58EUR al año. La población mayoritaria de las capitales se encuentra además en Valladolid, y es de algo más de medio millón de habitantes. Con estos criterios en la mano, y con datos poblacionales más profundos se debió tomar la decisión de despacho imaginamos. Pero se tomó.

El pasado lunes día 8, y derivado de la fortuidad que es un accidente, entre las 9 y las 15 horas, una sóla aeronave HEMS, estuvo disponible en la comunidad de Castilla y León. Eso sí, el contribuyente, este año habrá ahorrado la nada despreciable cantidad de 1,58EUR. En la primera región más amplia de España, y la tercera de la UE.

Pero la decisión se tomó. No hubo manera, pese a que algunos profesionales así lo aconsejaban en su momento, para que la Junta reconsiderara la decisión tomada. Se argumentó en esos momentos, como recordarán los lectores, que el servicio podría ser cubierto por uno de los helicópteros de la Comunidad de Madrid basado en Lozoyuela, en caso necesario. E incluso se apuntó la posibilidad de la utilización del basado en Alcazarén, aunque resultara imposible dado que se trata de una unidad equipada para el rescate, y no para dar soporte vital. Todo ello a pesar de que se llegó a insinuar, con un desconocimiento total, que se tardaba más tiempo en trasladar desde Villanubla vía ambulancia terrestre a los enfermos o heridos urgentes, cosa que en los últimos diez años se puede haber producido en dos ocasiones, sin reparar en que el nuevo hospital de Valladolid por ejemplo dispone de una helisuperficie, el Hospital Río Hortega, y antiguamente tambien disponía de ella el hospital Clínico, al hacer las veces de helisuperficie el Seminario próximo de la capital del Pisuerga. Cosas que se decían entonces. Pero esa decisión, se tomó, con todos los datos sobre una mesa…, de despacho.
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