La última de los sindicatos UGT, CC.OO., convocantes de la huelga general el próximo día 29 de septiembre, es tener como rehén al transporte, incluído el aéreo, para asegurarse el éxito de SU convocatoria de pseudo-huelga. Un claro ejemplo del mayoritario apoyo social, es que los autónomos, mayoritarios en España, no la secundarán. Pero el intrusismo en el sector aéreo, donde hasta en el sector de los helicópteros ya ni existen semejantes organizaciones sindicales, tras su intento de convenio-vendida de hace unos años (donde pretendían JUNTO CON LA PATRONAL, aumentar las horas de actividad de las tripulaciones), no parece tener límites. De hecho SEPLA se ha desmarcado explicitamente de la convocatoria. Aunque tiviamente lo han indicado, a la espera de su anunciada explicación oficial, lo ha hecho en el día de ayer. Los controladores de USCA, ya manifestaron la semana pasada su postura no secundando dicha convocatoria. En esta ocasión, tras las múltiples acusaciones de huelga encubierta desde las instancias oficiales a estos trabajadores, con amenazas de militarización, laudos, etc… Habrá ahora que ver que dice el de Fomento. Por aquello del agravio comparativo.
Y el ciudadano se pregunta ¿quiénes son estos Sres. para proponer la interrupción de los vuelos internacionales en su totalidad, regionales a mínimos y con las islas unas exiguas comunicaciones?.
Serán los contribuyentes los que paguen el pato, pero sin la presión mediática contra la medida en esta ocasión, pues los medios se retratarán como de costumbre.
Pero el truco de CC.OO. y UGT, pasa por no hacer partícipes de la convocatoria a otros sindicatos, incluído USO, o CGT, para no tener que compartir las mieles de la negociación de desconvocatoria al finalizar la huelga. Lo mismo han hecho con sindicatos profesionales a los que no quieren ver ni en pintura, por lo que por ejemplo, FSAI-técnicos de mantenimiento de radioayudas, aplastantemente mayoritarios en su actividad técnica-, no se suma ya que no han sido invitados a adherirse a la misma, para no darles ni las migajas del supuesto poder que tendrán los convocantes, si consiguen un éxito que socialmente ya está descartado de antemano.
En cualquier caso los convocantes serán los que se hagan responsables del anunciado fracaso de la misma. Ayer la Razón cifraba en un 70% los ciudadanos que no están por la labor de secundar a los sindicatos subvencionados por todos los españoles. Esperemos que el gobierno en esta ocasión, salvaguarde el constitucional derecho del libre circulación de los ciudadanos.
