Claudia C./Aviación Digital, Sp.- El Aeropuerto Internacional Juan Santamaría de San José, Costa Rica, ha ganado fama mundial por ser un verdadero reto para pilotos y un espectáculo para los observadores. Este aeródromo, enclavado en un entorno urbano, ofrece una pista que, por su ubicación y las condiciones climáticas del lugar, representa un desafío técnico y de habilidad para los pilotos.
Sin embargo, el verdadero protagonista de las historias épicas en San José es la pista 25, conocida entre los aficionados de la aviación por los aterrizajes que parecen rozar la valla del aeropuerto, sobre todo con aviones de gran tamaño como el Airbus A340 o el A330 de Iberia.
Esta semana, un Airbus A330 de Iberia volvió a aterrizar en la famosa pista 25, ofreciendo un espectáculo inolvidable que fue capturado por el personal de mantenimiento del aeropuerto. Este tipo de maniobras siempre despiertan el asombro de quienes están familiarizados con la complejidad de la aproximación, y más aún de los aficionados que se congregan cerca de la valla para vivir el momento. Y es que, cuando un avión de ese tamaño se acerca, parece que podría tocar la reja metálica que separa la pista de las calles y los suburbios de San José.
Una pista rodeada de obstáculos y adrenalina
La pista 25 del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría no es como cualquier otra pista del mundo. Situada en un valle rodeado de montañas, los aterrizajes y despegues desde este ángulo requieren maniobras precisas y una pericia excepcional por parte de los pilotos. Para agravar el desafío, la aproximación no es de precisión (sin referencias instrumentales a la cabecera de la pista), ya que los pilotos deben de realizar un «circling approach», una aproximación visual desde la cabecera contraria antes de alinearse con la pista 25 en un espacio relativamente pequeño.
Lo más complicado de esta maniobra es la sensación de estar «atrapado» en una especie de olla natural rodeada de montañas, donde cualquier desvío o error en el cálculo podría ser costoso. A medida que el avión desciende y se aproxima a la pista, parece que va a tocar no solo la valla, sino también los techos de las casas y los vehículos que circulan en las calles cercanas. Esto es precisamente lo que ha alimentado la leyenda de la pista 25, especialmente desde aquel impresionante aterrizaje de un Airbus A340 en octubre de 2015, cuando parecía que el avión estaba a punto de impactar con la valla mientras decenas de curiosos lo grababan.
Un aterrizaje que quedó en la memoria
El 8 de octubre de 2015, un Airbus A340 de Iberia procedente de Madrid tuvo que realizar una de las aproximaciones más complicadas debido a los vientos en la zona. El vuelo 6313, que cubría la ruta Madrid-San José, aterrizó en la pista 25, y la maniobra se hizo viral en cuestión de horas gracias a los vídeos grabados por los presentes en el aeropuerto. El descenso fue tan ajustado que, en las imágenes, parecía que el avión estaba a escasos metros de los vehículos que transitaban por la carretera cercana al aeropuerto, y que, de alguna manera, tocaba la valla que separa la pista de las zonas habitadas.
Aquel aterrizaje fue un recordatorio de la necesaria formación y desempeño de los pilotos y del nivel de concentración requerido para llevar a cabo estas maniobras. Sin embargo, también puso en evidencia las particularidades de operar en un aeropuerto como el de San José, donde las condiciones climáticas, la geografía y la urbanización cercana convierten cada aterrizaje en una prueba de destreza.
La pista 25 y su relación con Iberia
Aunque ya no es común ver a los Airbus A340 de Iberia aterrizando en la pista 25, la aerolínea ha dejado una marca indeleble en la historia del aeropuerto y en la memoria de quienes han sido testigos de sus aterrizajes. Los vídeos de estos gigantes aéreos, descendiendo con una precisión milimétrica sobre la pista y rozando aparentemente la valla, han sido objeto de recopilaciones en YouTube y otras plataformas durante años. La imagen de los A340 en San José es tan icónica que muchos aficionados de la aviación siguen visitando el lugar con la esperanza de captar algo similar.
¿Por qué es tan complicado aterrizar en la pista 25?
A simple vista, podría parecer que todos los aterrizajes en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría son iguales, pero la realidad es que la pista 25 presenta retos únicos. La combinación de factores geográficos y meteorológicos hace que cada aterrizaje sea impredecible. Las montañas que rodean el valle no solo limitan las opciones de maniobra, sino que también pueden generar cizalladura inesperadas que complican aún más el descenso.
Además, la pista 25 no cuenta con un sistema de aproximación de precisión, lo que significa que los pilotos deben confiar en una aproximación visual, haciendo cálculos precisos mientras rodean el aeropuerto y se alinean con la pista en el último momento. Esta es una maniobra que, aunque ensayada cientos de veces en simuladores, nunca deja de ser una experiencia tensa y emocionante en la vida real.
El futuro de la pista 25
A pesar de los desafíos, la pista 25 sigue siendo un punto de referencia para los aficionados de la aviación y un motivo de orgullo para los pilotos que han tenido el privilegio de aterrizar allí. Las restricciones de altura impuestas por la FAA en las construcciones alrededor del aeropuerto han evitado que los obstáculos crezcan (servidumbres aeronáuticas), pero la proximidad a los suburbios sigue siendo un factor a tener en cuenta en cada vuelo.
Lo que está claro es que la pista 25 ha dejado una huella en la historia de la aviación, y su leyenda seguirá creciendo con cada nuevo aterrizaje memorable. Para quienes tienen la suerte de presenciarlo, no hay nada como ver un avión de gran tamaño descender sobre San José, con el rugido de sus motores llenando el aire y la valla del aeropuerto tan cerca que parece que podrías tocarla.