Puertollano, SP, 14 de octubre de 2013.- Si hay algo reconciliante con la realidad que nos ha tocado vivir, es aquello que supera nuestra propia imaginación de la mano de la ciencia y la tecnología. Imagínese el lector, un "spotter" tomando fotos desde el espacio, a 600 kms. de altura y con una resolución de 75 cms. Y además, con toda la tecnología a bordo que es capaz de integrar una empresa española. Elecnor-Deimos, de la mano de Miguel Bello.
La pasada semana, pudimos asistir a la presentación del Centro de Diseño e Integración de Sistemas Espaciales, que la empresa española, inauguraba al Sur de Castilla-La Mancha. Este tipo de acontecimientos, siempre tiene un exceso de sabor a protocolo, y aporta poco contenido informativo a primera vista. En esta ocasión, dado el escaso conocimiento generalmente de los políticos, la presencia de la presidenta regional, no hizo sino que pudiéramos corroborar esos prejuicios. Discursos estándar, para un acontecimiento mucho más que trascendente. El entusiasmo, lo encontramos en el CEO de Elecnor-Deimos, Miguel Bello. Este entusiasmo que nos hará mirar de otra manera a los satélites, que ya tiene escrito en su estructura el "Made in Spain".
Puertollano, debido a su perfecta comunicación de alta velocidad, y al ambiente universitario, además de las límpidas condiciones ambientales, ha sido capaz de atraer la localización de este Centro, al que complementa una estación de seguimiento espacial, su antena y un centro de control multisatélite.
En honor a la verdad, cuando se tomó la decisión, la Junta, sí apoyó con un 20% la inversión, que acabará con un presupuesto total, al final de la vida útil de este nuevo satélite, de unos 100 millones de euros. Precisamente hay proyectos en los que estaba inmersa esta empresa, y otras como Indra, donde se participaba con hasta un 30%, como el de la denominada "chatarra espacial", que tras pasar el apoyo oficial de 30 a 0%, han obligado a nuestras empresas a emigrar tambien, con el proyecto, a Rumanía por ejemplo. Caso similar al de la diáspora a Gran Bretaña, en todo lo relacionado con Marte y sus observaciones. Y otras empresas españolas han tenido que abrir, por motivos similares delegaciones para continuar con sus trabajos en Polonia o la República Checa. Los recortes han afectado a la participación española en proyectos como el EOEP de Observación de la Tierra, SSA (Space Situational Awareness), o el IXV para un vehículo experimental para la reentrada en la atmósfera.
En el lado positivo tenemos un vagaje en el mundo de los nano, mini y mediano satélites, del que cualquier nación se sentiría más que orgullosa. Y como decía el propio Bello eso pasa por un esfuerzo divulgador previo y durante el desarrollo de estas misiones. En nuestro país, en el aspecto aeroespacial, y en tantos otros relacionados con la ciencia y la tecnología, normalmente no se hace, como se debiera. El que haya llegado una nave europea, con participación española, a Titán, por ejemplo, es algo que se encuentra restringido exclusivamente en España, a los protagonistas de este tipo de epopeyas. La conclusión es que tiene poco coste social dejar de destinar recursos a este tipo de empresas, pues la ciudadanía debido al déficit divulgativo, no las valora, como se valoran en otros países de nuestro entorno. La visión cortoplacista de lo que debe ser un "negocio", en lugar de una apuesta de negocio y de futuro para nuestra nación, predomina. Se obvia que todo el knowhow tendrá un retorno no muy lejano en nuestra industria y por ende, en nuestra riqueza como país.
El Centro de Integración de Sistemas Espaciales, que se inauguraba, consta de un Area de Ingeniería y Diseño, Sala limpia, Area de Dirección, Sala de Conferencias y Formación, Salas de Verificación, Centro de Proceso de Datos y Almacenes, en una superficie de aproximadamente una hectárea. Anexa se encuentra otra gran parcela, en la que se ubica la antena de seguimiento de satélites (con capacidad para seguir varios), de 10,5 metros de diámetro, y con un uso en Banda S y X. Desde allí se seguirá la trayectoria de DEIMOS 2.
La característica que destaca del nuevo DEIMOS, es que ya se trata de un satélite grande (de un peso aproximado de 300 kgs.), frente a DEIMOS 1 de menores dimensiones totales. Es capaz de obtener una definición, absolutamente increíble, de 75 cms. desde lo 600 kms. de distancia en los que orbita. En el ámbito de los satélites DEIMOS 2 es de "muy alta resolución". Además como características es Pancromático, con más de cuatro bandas de espectro, (Rojo, Verde, Azul y NIR), y cuenta con una increíble agilidad y capacidad de almacenamiento y transmisión de datos a la Tierra. Uno de los técnicos nos indicaba que en 20 minutos se realiza la descarga total.
En cuanto a las Comunicaciones, usa Telemetría y Telecomando en Banda S. Y su carga de pago en Banda X. Su motorización se basa en uno de propulsión iónica con gas Xenon.
Este "superspotter" espacial, es capaz de fotografiar en alta resolución, hasta 150.000 kilómetros cuadrados al día. Su órbita está determinada vía GSP. Cuenta con sensores de estrellas, ruedas de ingercia, magnetómetro/magnetopar, giróscopos y sensores de sol.
La fecha final de la integración, tras pasar en estos días por INTA en Madrid, para ser validado en pruebas de vacío, térmicas, electromagnéticas, etc… para verificar que el paso, por ejemplo, cada hora y media del día a la noche, que durante miles de ciclos, será bien soportado por DEIMOS 2. El lanzamiento está previsto para el 24 de abril de 2014, aunque dada la demanda de los centros de lanzamiento que excede a la oferta, se trata de una fecha bastante aproximada solamente. La vida útil será de unos 7 años mínimo.
En la imagen podemos observar claramente la complementariedad de las imágenes obtenidas y la diferencia de resolución de las mismas, entre DEIMOS 1 (arriba-general) y DEIMOS 2 (abajo-"detalle")
Pero una parte esencial de este desarrollo es el denominado Segmento Tierra. Aquí se encuentra realmente todo el nudo gordiano de este proyecto. De creación propia, y denominado gs4EO, se ocupará de planificar toda la misión, la dinámica del vuelo, el sistema de control de la misión, la estación en Tierra, el archivo y catálogo de las descargas, la cadena de procesado de imágenes, la monitorización y control, y finalmente la calibración y validación del conjunto.
En el Centro de Operaciones, deberán estar muy atentos. En el espacio, según nos indicaba Miguel Bello, existen unos 16.000 objetos que amenazan con impactar con los satélites. DEIMOS 2 deberá realizar maniobras evasibas cada 6 meses al menos. Pese a las indicaciones y reglamentaciones de la ONU, sobre la basura espacial, algunos países como China, no cumplen con esa normativa. Se trata de un problema real y acuciante para esta industria, que puede ver como un proyecto valorado en hasta 500 millones de dólares puede verse pulverizado en décimas de segundo por un simple impacto. España, gracias a que tiene un muy buen contacto con la Fuerza Aeroespacial de los EE.UU., desde la época de Pedro Duque en DEIMOS 1, coordina estas maniobras disuasorias de esta chatarra espacial, evitando tambien objetos en uso.
El gran temor, nos comentaba el CEO de Elecnor-Deimos, era lo que Davis denominó "Colisión en cascada". Una pesimista previsión para el 2050, que de no evitarse, como parece que sí se está haciendo actualmente en cierta medida, desembocaría en una catástrofe generalizada por la concatenación de colisiones de restos de misiones anteriores. Hay que tener en cuenta que "limpiar" cada uno de esos 16.000 objetos que pululan por estas órbitas, supone una inversión de unos 100 millones aproximadamente. Por otra parte será un gran negocio. Bello indicaba que "es más lógico no manchar el espacio". Y mucho más barato.
Las aplicaciones que los instrumentos de teledetección de DEIMOS 2 llevan a bordo, van desde la agricultura (cultivos), a la vigilancia medioambiental, la monitorización de crisis ante los desastres naturales o los usos en defensa e inteligencia.
En Agricultura por ejemplo se llega a un nivel tal de detalle que se puede llegar a lo que se llama "Agricultura de precisión". Se pueden tomar imágenes de alta resolución de la vid o el olivo, detectando enfermedades, estimando las cosechas, los recursos hídricos disponibles o controlando el uso de los regadíos. El Departamento de Agricultura de los EE.UU. tiene contratados los servicios de DEIMOS 1 por ejemplo a día de hoy. Tambien se realizan campañas agrícolas en Francia, con el programa que aglutina a más de 10.000 productores denominado FARMSTAR.
Ejemplo de aplicación cartográfica basada en las imágenes obtenidas por DEIMOS 1, para el Departamento de Agricultura de los EE.UU.
En cuanto a la Vigilancia del Medio Ambiente, otro de los cometidos, se podrá controlar la contaminación, la detección y seguimiento de vertidos, la fijación del CO2, o hacer un seguimiento en este sentido de los acuerdos internacionales que firman los Estados.
El Monitorizado de Crisis, es un aspecto esencial, del servicio civil que puede prestar DEIMOS 2. DEIMOS 1, y esto es desconocido, y muestra una vez más la carencia divulgativa de nuestros logros científicos patrios. Un satélite español fué el primero que realizó tomas del desastre de Fukushima, o un seguimiento reciente del gran incendio de Yosemite. En España, por ejemplo, el ojo de DEIMOS ha estado siguiendo la evolución de los incendios de Gomera o Mallorca recientemente, o el volcán de la Isla de Hierro. Es nuestra tecnología la que es capaz de aportar la información necesaria para hacer más efectivas las actuaciones tras los desastres naturales. Merece la pena esta inversión. Y merece la pena que sea apoyada.
Finalmente, las aplicaciones de Inteligencia y Defensa, resultan vitales para la seguridad de cualquier país. Y contar con tecnología propia, y no prestada, hace que nuestra nación sea autónoma en la defensa de los intereses nacionales.
En fin, DEIMOS 2 es el sueño hecho realidad de los geógrafos, cartógrafos, etc…, y todos aquellos que ven como la tecnología llega a insospechados límites gracias a los avances de nuestros científicos para mejorar nuestra calidad de vida.
Miguel Bello, nos transmitió su entusiasmo y su fe en la utilidad de los satélites para la mejora de la vida en nuestro planeta. Aunque todavía no había visto la recientemente estrenada "Gravity", donde apuntaba que "en el espacio no hay ruido", pese a que esta película si lo recrea con él, podemos estar seguros que con algo más de ruido mediático sobre la utilidad de los avances y logros de nuestra industria aeroespacial, la música que sonará en nuestro planeta mejorará en su afinación final. Bello seguro que es capaz de intuirlo así.