Madrid, SP, 1 de julio de 2015.- Mientras que en España los controladores áereros de USCA, se deben conformar con un 1% de servicios mínimos durantes sus paros parciales de 3 horas, es decir es decir el 1% del 12% de la jornada laboral, y en días diseñados cautelosamente no especialmente conflictivos de salidas/llegadas de vacaciones veraniegas en España, sus homólogos franceses de SNCTA convocan una huelga para mañana y pasado (2-3 de julio), en plena operación salida, eso sí, con la garantía del ejercicio del derecho a huelga del Gobierno de Francia, al fijar unos servicios mínimos del 50%. En las pasadas jornadas de huelga los días 8 y 9 de abril, la repercusión fue de un 40% de los vuelos cancelados, mientras que en las pasadas 4 jornadas de los controladores aéreos españoles, la propia Ministra de Fomento señaló que la incidencia había sido «nula». Todo esto contrasta sobremanera con la pastueña actitud en España de los profesionales, dado que los motivos son los 61 expedientados y 1 despedido, de forma absolutamente arbitraria y alejándose de lo dictado por los Tribunales de Justicia en 20 ocasiones, mientras que en Francia la motivación de la huelga lo es de carácter técnico y profesional fundamentalmente. Tambien lo es laboralmente, por la externalización de servicios, aunque aquí directamente se privatizaron 13 torres no lo olvidemos. El agravio de derechos en la UE resulta absolutamente intolerable y contrario a la legislación de la Unión.
Este agravio es de un alcance extremo, si a esto añadimos que el propio Secretario de Transportes de Francia, Alan Vidalies, había propuesto una gratificación para sus controladores aéreos para los próximos diez meses, mientras que aquí tras los gravísimos sucesos del 3D2010, militarizando incluso a estos ciudadanos, los recortes han sido tan severos en sus sueldos, como realizados de manera unilateralmente violenta, en el sentido del ejercicio total del poder del Estado, sobre ciudadanos que vieron como desde el Estatuto de los Trabajadores, Convenio Colectivo, e incluso, sus propias libertades individuales fueron coartadas, desde el momento que pasaron a tener consideración de personal militar.
Evidentemente de aquellas debilidades vienen estos barros. Es decir, de no haber parado en seco lo que claramente, según 20 Tribunales de Justicia han señalado con su archivo, era una auténtica Falacia de Estado, hace que a día de hoy se tenga la percepción en los que ostentan y ejercen el poder del Estado, que cualquier medida, como la irrisoria de un 1% del 12% de la jornada laboral dictaminado como SSMM, no van a tener contestación alguna por parte de los profesionales del control aéreo español.
Los controladores franceses de la SNCTA señalan la «incapacidad del Gobierno de conducir un diálogo social moderno…», otro contraste del nivel dialéctico con el que se justifican los paros. Mientras aquí, en plena negociación del nuevo Convenio Colectivo, los interlocutores patronales sólo hacen, a día de hoy, juegos de artificio, no ya de forma «arcaíca», sino evidentemente sometiendo aún más a los controladores españoles a la desesperanza en su propio futuro profesional y laboral.
Mientras los controladores franceses piden entre sus reivindicaciones una mejora laboral, aquí USCA simplemente pide que lo que la voz de la Justicia ha dictaminado, no sea subertido por una puerta falsa mediante los expedientes sancionadores reabiertos, en fraude de Ley según expertos consultados por AD, y la situación del controlador despedido en Santiago de Compostela, cinco años después, sea revertida. ¿Qué harían los controladores de SNTCA ante semejante panorama?.
Recientemente veíamos cómo los trabajadores del Túnel del Canal de La Mancha han cerrado literalmente ese estratégico paso internacional, y varios han sido los días hasta la normalización de la situación. Las colas de camiones han sido interminables.
Pero en la nota de EP, en su último párrafo, se señala que en Francia los controladores buscan negociar la edad de jubilación de éstos, e indica que «es el único país de Europa Occidental que permite trabajar a los controladores aéreos hasta los 59 años» cosa que en absoluto es cierta, y ya graficamente demostramos en nuestro artículo «Gerontocontroladores aéreos en España: !No gracias!«, otro derecho que en nuestro país está más que cuestionado. El del merecido descanso tras una vida entera trabajando.