En los carteles de las concentraciones, solemos encontrar las claves del conflicto. En la de esta mañana en Madrid-Barajas, a la que se sumaron trabajadores de AENA venidos del aeropuerto de Foronda-Vitoria, tras los convocantes, se regalaban a los pasajeros de la T2, mensajes muy precisos en sus acusaciones.
No en vano, incluso en una de las imágenes que pueden ver si pinchan sobre la que encabeza nuestro artículo, accediendo al álbum completo, a este fotoreportaje de instantáneas del evento, descubriremos la de un trabajador que denunciaba los "pecados capitales" de los gestores de los aeropuertos españoles.
La avaricia no deja de ser eso un pecado con lo que se denuncia el componente inmoral del Plan de AENA. La vara que señala el "cura" como instrumento de corrección económica, no es sino un llamamiento a la gestión adecuada.
El Sr.Lema sigue siendo el "héroe" de esta situación, según los eslóganes coreados por los trabajadores esta mañana. Aquel que acusaba de corporativismo a los medios digitales-sin atreverse a pronunciar nuestro nombre- en una falta de educación rallana con la grosería (pues se trataba de un evento que organiza desde hace años AD), aprovechaba aquella ocasión, hace ya un año, para insultar nuestra inteligencia. Precisamente había sido invitado por el actual Secretario de Estado de Defensa, tambien gestor de AENA de la que fue presidente, que por cierto es uno de los cargos públicos, según ha trascendido, del actual gobierno, con un patrimonio más elevado, cercano a los 18 millones de euros. Y este modesto medio, que es el suyo estimado lector, tuvo que soportar a la falta de educación, sumarse la falta de rigurosidad al acusarnos ineducadamente, de un pecado, "el corporativismo", del que probablemente nos pueda enseñar mucho más él, que nosotros a él, si vemos su estrecha relación con el mundo del cemento armado. Ese pecado de la ira, del antiguo gestor de los -15.000 millones de euros de déficit del Ente Público, que de ser cierto, seguiría percibiendo del Ente alguna retribución, por un extraño cometido de asesoramiento.
La relación entre el sector del ladrillo, ese Señor, y el actual boquete en la línea de flotación de AENA, es lo que ha propiciado que el puesto de trabajo de los que hoy se concentraban en la T2, esté en serio peligro.
No deja de ser curiosa la irrupción del "cura obrero" que aparece en la foto, para denunciar los pecados del bolsillo en la gestión del Ente. Hay una leyenda urbana que siempre ha relacionado al Opus Dei, con el Ente Público AENA. El pecado será mortal de necesidad si esta relación algún día se documenta.
Mientras tanto, los trabajadores de Foronda aún creen, según nos han declarado en los milagros. Uno de ellos, el más improbable, como todos los milagros, es que sus intensas gestiones con los políticos de todos los colores (PNV, PP, Bildu, etc…) den resultados. Pero fe, lo que es fe no les falta. Deberán meter el dedo, como hizo Santo Tomás, en las verdaderas intenciones de los de la casta política vasca, para corroborar que de las buenas palabras de estos pecadores votados, es una forma de hablar, pasarán a algún hecho concreto. No han tenido respuestas de los de Fomento a los que entregaban un escrito hace semanas, y al final, los políticos no suelen codearse con la virtud de pasar de las bonitas palabras, a los hechos concretos. Mäs bien pecan por ello.
De momento, los gestores de Foronda, con la restricción horaria del aeropuerto, lo que están propiciando es la espantada de algunas de las operaciones que en horario H24 de este aeropuerto, se venían realizando en él. Alternativos, carga aérea, equipos de fútbol, empresarios, etc… van viendo como sus destinos cambian día a día, y auguran que de la improvisación actual dado que aún se mantienen todos los puestos, se pasará, al ir reduciéndolos, tras el previsible acuerdo de la CSE con la empresa, a ir eliminando una tras otra estas esporádicas operaciones.
Ni tan siquiera el "no mentirás" se le puede absolver a la Ministra Pastor. Ella llegó a decir que las "ventanas" que se abren para determinadas operaciones que solicitan las compañías, se tramitarían en 4 horas. Esto no se ha cumplido, y además, los trabajadores denuncian lo imposible de su cumplimiento por la aeroburocracia que requiere la autorización o no de una operación.
En fin, pecados, además de la avaricia, parece que afloran en los carteles de los afectados, pero tampoco las virtudes, como empatizar con estos desheredados o parias aeroportuarios, parece que se asomen en forma de soluciones. Los pecados relacionados con esa avaricia tienen la penitencia del despido no a los pecadores, sino a estas personas que han hecho posible la AENA que funciona. "Dios escribe derecho con los renglones torcidos". En este caso más…