Los investigadores del vuelo de Air France siniestrado el pasado junio entre Río de Janeiro y París creen que "aún es posible localizar los restos del avión" para establecer las causas del accidente en el que murieron 228 personas, según informó hoy el "Bureau" de Investigación de Accidentes (BEA).
Por ello, los responsables de la búsqueda de los restos -entre los que se encuentran las cajas negaras- han decidido prolongar la batida hasta el próximo 25 de mayo para "despejar las últimas incertidumbres", explica el BEA en un comunicado.
La nueva prolongación de la búsqueda se centrará "en una zona adyacente a la zona inicial, situada al noroeste del último punto conocido", y la parte norte del área definida por los investigadores.
Air France, la aerolínea que operaba el vuelo, y Airbus, la filial de EADS que fabricó el aparato, han decidido contribuir con 1,5 millones de euros (cerca de 2 millones de dólares) cada una para financiar la continuación de la tercera fase de búsqueda, agregó el BEA.
El pasado 1 de junio, un avión A330 de Air France despegó de Río de Janeiro con destino a París y se precipitó al océano cerca del archipiélago brasileño Fernando de Noronha, a 1.296 kilómetros de la localidad brasileña de Recife, por razones aún desconocidas, causando la muerte de sus 216 pasajeros y los 12 miembros de la tripulación.
Tras once meses de búsqueda y duras críticas de los familiares de las víctimas, la investigación -cerrada y reabierta en varias ocasiones- aún no ha podido localizar las cajas negras del avión, esenciales para determinar las causas del accidente.
Hasta el momento, el BEA sólo ha recomendado cambiar los "criterios de certificación" de los sensores que miden la velocidad de vuelo, denominadas Pitot y fabricadas por la empresa francesa Thales, aunque no se ha atrevido a señalarlas como responsables directas del accidente.