(MACH82 Nº171/P.Vera) Madrid-Las Palmas, SP, 30 de abril de 2014.- La vida de Rafael Vidal se transformó el 20 de agosto de 2008, logró sobrevivir al horror del vuelo JK5022, pero nunca pudo imaginarse que casi 6 años después de la catástrofe aérea más terrible de los últimos 30 años en España, se iba a tener que enfrentar con una multinacional como Mapfre, tal vez la prueba más injusta de cuantas ha tenido que ir superando a lo largo de estos casi 2.000 días que han pasado desde aquella infausta fecha. Más de 15 operaciones - le espera otra en breve -, fijadores de hierro imposibles de soportar que atraviesan su sufrida pierna, yesos que la cubrían por entero, medicamentos para las infecciones, para el dolor, etc…, no le han hecho abdicar nunca de la vida que tenía antes de esa fecha, aunque ya nada será igual. El surf, una de sus pasiones, ha quedado en el olvido y ahora su máxima aspiración es andar libremente sin nada que le torture su pierna.
A su mente han vuelto recuerdos lacerantes: la explosión de las 80 toneladas de queroseno que el MD-82 llevaba en sus entrañas, en un escenario dantesco, más parecido a un atentado terrorista que a una colisión de coches, tal y como Mapfre ha propuesto que se repare a las víctimas, a sus familias y a los supervivientes de esta tragedia que originó una catástrofe nacional por la cantidad de fallecidos: 154 y 18 supervivientes con secuelas de por vida.
Y él ha decidido recorrer esa distancia que lo separa de las pretensiones de Mapfre y su cicatera propuesta, que no le llega ni para pagar la facturas de los gastos de las operaciones que ha tenido que costearse, con la puesta en marcha de una iniciativa a través de la plataforma change.org. En muy corto período de tiempo ha logrado reunir más de 145.000 firmas, con comentarios de ciudadanos que no comprenden la desigualdad abismal entre un ciudadano con la salud resentida por el sufrimiento físico y emocional de haber sobrevivido a una tragedia y un gigante del sector seguros como es Mapfre, cuyo lema es "cuidar a las personas" y que califica de proceso complejo responder por la Póliza de Seguros en vigor que tenía la desaparecida Spanair. Su única obligación es indemnizar a las víctimas, con la misma rapidez con que lo hacen, por ejemplo en Francia, donde el Estado le evita a las víctimas de una tragedia aérea pasar por el amargo trance de enfrentarse judicialmente al operador, al propio estado, a la compañía de seguros, al fabricante del avión, etc…
El mensaje subliminal que lanza la asegura- dora a las víctimas es: «o aceptas lo que se te ofrece o se eternizarán tus demandas civiles en el ámbito judicial«. Las víctimas siempre han querido lograr justicia y verdad, luchamos desde la AVJK5022 para que los Tribunales se pronunciaran en la vía penal pero los tres magistrados de la Audiencia Provincial de Madrid enterraron esa posibilidad y ahora quieren que sea un Juez el que diga a lo que tienen derecho, y no que Mapfre se lo imponga, salvo que modifique sus pretensiones. Todo, con tal de que esta agonía no se alargue mucho más.
Queremos que en España exista un baremo para accidentes aéreos acorde con la normativa internacional. Queremos y trabajamos para que otros no vuelvan a pasar por este mismo calvario. Pero, sobre todo, estamos obligados a que la tragedia del vuelo JK5022 marque un antes y un después en el trato y asistencia a las víctimas de accidentes de la aviación civil en todos los frentes.
Por eso, la lucha de Rafael Vidal es la de todos, profesionales y usuarios del transporte aéreo. Creemos firmemente que no hay meta que no pueda alcanzarse. Si lo ayudamos, nos estaremos ayudando a nosotros mismos y tengan la seguridad de que si ha sido capaz de ir superando las crueles barreras para recuperar la salud, esta meta también la alcanzará. Gracias por tu ayuda firmando su petición.