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Accidente SAR: La última misión de Morenés

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Gran Canaria, SP, 26 de octubre de 2015. No vamos a entrar por responsabilidad de momento, en el asunto sensible de la falta de control de la seguridad en el flanco Sur de la OTAN, tras la desaparición del Super Puma del SAR, puesto que la prudencia debe estar por encima del titular de prensa. Hay personas esperando a las tres personas cuyo paradero oficlamente aún no ha trascendido. Pero hay toda una serie de vectores antes de esta desaparición que invitan a una profunda reflexión al hilo de algunas informaciones que han ido apareciendo en estos días, cuando se van a cumplir 120 horas del preocupante evento. Morenés tiene una sóla misión que cumplir antes de «cambiar de destino», localizar a nuestros tres conciudadanos de profesión militar, y traerlos a casa. Tambien evidentemente sus directos subordinados deberán rendir cuentas, especialmente el General, que era el Jefe del Mando Aéreo de Canarias (MACAN) cuando el pasado 19 de marzo de 2014, otro Super Puma, caía al agua, pereciendo 4 de sus cinco ocupantes. Y no sólo los últimos eslabones de la cadena de mando, alguno de los cuales ya han podido sufrir las consecuencias del error de comunicación en las primeras horas, o la falta de discreción. Este General, dirige ahora la comunicación tras la crisis que supone esta desaparición, y es director del Gabinete Técnico de Defensa. Desde el pasado 26 de junio es Director Técnico de Defensa.

Tampoco vamos aventurar hipótesis alguna de los sucedido, hasta el preciso momento en el que oficialmente se comunique el destino de nuestros tres compatriotas, pero vamos a evidenciar en primer lugar algo que viene de atrás, como es todo lo relacionado con la investigación de accidentes en el ámbito militar.

Nivel de transparencia de la CITAAM

Resulta evidente que el punto máximo de transparencia en las investigaciones e informes de la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares, CITAAM, choca con cuestiones relacionadas con los datos sensibles de la seguridad nacional. Esto es axiomático, pero mejorable. Y esta mejora pasa por que la sensación de opacidad debe alejarse evidentemente de la sensación de posibles «encubrimientos» de malas prácticas o mala gestión en la operación de las aeronaves militares.

La línea es muy delgada para no afectar a la seguridad nacional, pero como todo en esta vida, si lo que se pretende es dar un cierto nivel de verosimilitud a los resultados de los Informes Oficiales, es decir de confianza, y alejarse de la rumorología, basta con aportar los datos básicos que doten de credibilidad tambien en el ámbito militar de los accidentes o incidentes con ciudadanos militares afectados directamente.

En el caso por ejemplo de un derribo de una aeronave militar basta con indicar el hecho factual que se trata de un derribo… No es necesaria una explicación más amplia, con el fin, tratándose por ejemplo de una zona de conflicto, donde revelar datos críticos sobre dicho derribo podría implicar descubrir ante el enemigo puntos débiles de nuestros efectivos en el campo. Dejaremos al ámbito del análisis militar si el derribo ha sido consecuencia de una estrategia inadecuada, o de por ejemplo, una falta de medidas de seguridad en la zona. Si esto se debe a falta de recursos, entonces de nuevo indirectamente debería saltar al ámbito civil que está representado en la Comisión de Defensa del Congreso.

Pero por ejemplo, en el antecedente del accidente del Super Puma en las costas Canarias hace 19 meses, hay elementos que siembran la incertidumbre, como por ejemplo el fallo de las bengalas, o la activación de las señales de los chalecos de la tripulación o la activación o no de los flotadores de la propia aeronave al contacto con el agua. Existen numerosos antecedentes de accidentes de este modelo de helicóptero sobre el mar, si nos fijamos por ejemplo en el caso de los que realizaban el transporte de pasajeros en el Mar del Norte a las plataformas británicas. Estas aeronaves fueron objeto de un minucioso análisis por parte de la AIIB británica hasta el punto de la emisión de Recomendaciones, llegando hace unos años a paralizar la flota temporalmente y a cuestionar el uso sobre el mar de estas aeronaves.

Desde el punto de vista social, la transparencia en si el material con el que cuenta nuestro Ejército del Aire, el SAR en este caso, y por lo tanto las garantías de nuestros militares cuando están ejerciendo como tales en una operación aérea. Si el material está en mal uso, las restricciones de dotaciones económicas tienen algún tipo de relación con estos accidentes o el nivel formativo es mejorable en horas de vuelo necesarias, la Sociedad, y especialmente los familiares y compañeros de las víctimas tienen derecho a recibir una explicación minuciosa de por qué se produjo el sacrificio de sus vidas. Ese por qué tiene que ir acompañado de Verdad, puesto que si hubiera algún atisbo de negligencia los propios Tribunales Militares, deberían tomar las oportunas medidas. Existen intensos rumores referente a la externalización de ciertas tareas de mantenimiento de las aeronaves militares, que antes se hacían en el ámbito de lo militar, y ahora se han subcontratado al civil, logicamente con criterios exclusivamente economicistas y no operativos. Este es un claro ejemplo para valorar la gestión de algunos recursos públicos que pueden o no afectar a la seguridad con la que se opera…

En el actual caso del helicóptero perdido en estos momentos a más de 500 kms. de Gran Canaria, el funcionamiento correcto o no de la activación de los Servicios de Búsqueda y Rescate, civiles y/o militares horas después de que la lógica de la supervivencia en el agua, por ejemplo, indicara que el garrafal error de no haber contrastado la información que aludía al supuesto rescate de los tres supervivientes, merecerá una detallada explicación en el momento oportuno, es decir cuando la situación esté resuelta, esperemos que de manera feliz. La Sociedad tiene derecho tambien a una explicación. No se puede argumentar la sensiblidad de revelar o no falencias en esta operación de búsqueda y rescate para la seguridad nacional. Al contrario, es por la confianza en la seguridad nacional en la activación de esos servicios SAR, de los ciudadanos que pagan sus impuestos, por lo que de forma absolutamente transparente se debe comunicar de forma veraz si la decisión de dar fiabilidad a las informaciones de Marruecos, por no hablar del propio F18 español de reconocimiento que parecía corroborar la hipótesis del rescate de nuestros tres militares, han sido o no acertadas o han influido o no en el desarrollo posterior de los acontecimientos.

Hay demasiadas incógnitas de esta desaparición, que como apuntábamos, por prudencia, aún no debemos entrar en su análisis riguroso. Pero el antecedente de algunas posibles irregularidades en el antecedente del accidente del Super Puma el pasado 19 de marzo de 2014, no aportan precisamente confianza en la gestión actual por el mismo Ministro entonces, y los mismos mandos del Ejército del Aire. De hecho es ascenso del MACAN a Director del Gabinete Técnico de Defensa, se ha debido basar logicamente en su alta cualificación para ese cargo tan trascendente. El primer Informe del CITAAM ya apunta toda una serie de falencias, materiales incluso, que podrían haber contribuído a dicho accidente. Si estas amenazas que ya deberían haberse detectado en ese Informe y corregidas, se han podido repetir de una u otra manera en el actual caso, es algo que la CITAAM deberá dejar meridianamente claro en el Informe que se abra o que ya se encuentra en fase de análisis en estos momentos, pero a los que salvo en aspectos que afecten directamente en la seguridad nacional, deben trascender para que familiares afectados, compañeros y Sociedad puedan al menos llegar a la conclusión/consuelo que en el caso del accidente de marzo del 2014, ese sacrificio de 4 personas, no habrá sido en vano, puesto que al menos, ese sacrificio habría servido para la mejora de la seguridad de las operaciones tambien en ese ámbito militar.

Exactamente igual que sucede cuando se produce un accidente aéreo en el ámbito civil. Al sacrificio hay que encontrarle alguna utilidad para evitar futuros sacrificios lo que unida a la Verdad de lo investigado, aportan un cierto atisbo de consuelo a los que quedan/quedamos aquí…

Restituir en cierta medida el daño, tambien pasa por cesar o dimitir aquellos que con responsabilidades no las ejercieran de forma óptima. Eso es RESPONSABILIDAD.

Otra cualidad que nos señalan que debería figurar en el CV de un Ministro es la de la EMPATIA. Al menos un cierto atisbo de ésta debería tener un responsable público a la hora de comunicar en rueda de prensa un asunto tan doloroso como es la desparición de tres ciudadanos cuando en acto de servicio regresaban a su Base y a su casa. La empatía comienza por el lenguaje, incluyendo el lenguaje gestual. Eso tambien lo sabe cualquier responsable de comunicación que se precie, y esto brilla por su ausencia en el caso de Morenés de manera evidente. Modestia, humildad y servicio público, debería acompañar sus CVs antes de acceder a un cargo público. En caso contrario que sigan en sus negocios privados, haciendo eso, negocios y privados… Aquí hay tela que cortar desde el principio hasta el final de esta legislatura según apuntan los medios que investigan estas turbulencias.

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