Aviación Digital, Sp – El viernes 5 de enero, Alaska Airlines suspendió temporalmente sus operaciones con su flota de 65 aviones 737-9 MAX después del incidente del vuelo 1282 de Portland (Oregón) a Ontario (California).
Aunque fue un vuelo angustioso, todos los pasajeros y la tripulación ya han recibido el alta médica.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) lidera la investigación del incidente, con el respaldo de equipos técnicos y de seguridad de Alaska, así como representantes de Boeing. Alaska Airlines participa formalmente en la investigación.
La aerolínea informa que ha completado las inspecciones finales de su primer grupo de aviones 737-9 MAX y reanudó los vuelos con este modelo el pasado viernes 26 de enero con el vuelo 1146 de Seattle a San Diego.
La Administración Federal de Aviación (FAA) aprobó el proceso detallado de inspección y mantenimiento el 24 de enero que se debía realizar previo a su vuelta en servicio, permitiendo que los técnicos de Alaska iniciaran las inspecciones.
Se espera que las inspecciones de los 737-9 MAX concluyan a finales de la próxima semana, lo que permitirá a Alaska operar con su programa de vuelos completo. Cada avión volverá al servicio después de rigurosas inspecciones y de ser considerado apto para el vuelo según los requisitos de la FAA. Las inspecciones individuales de cada unidad se estiman en hasta 12 horas de trabajo por avión.
La compañía dispone de 65 aviones Boeing 737-9 MAX, que constituyen aproximadamente el 20% de la flota. Desde que Alaska Airlines y la FAA han inmovilizado estos aviones se han cancelado entre 110 y 150 vuelos cada día.
“Volveremos a poner en servicio estos aviones sólo cuando se hayan resuelto completamente todos los problemas y cumplan las estrictas normas de Boeing, la FAA y Alaska Airlines” ha manifestado el CEO de la compañía Ben Minicucci.
La aerolínea agradece a su equipo de mantenimiento e ingeniería por llevar a cabo las inspecciones de manera segura y devolver los aviones al servicio.