Estimado Simón, AENA y el ministro de Fomento no han dado datos de salarios y productividad, los ha manipulado con el objeto de poner a la opinión pública en contra del colectivo de los controladores. Este colectivo es fundamental para la economía de un país y para la seguridad de millones de personas, y en lugar de tratarlo como corresponde, con respeto y consideración, lo maltrata. ¿Es esto lícito y decente? ¿Qué sucedería si tratase así a otros colectivos importantes para la economía de un país y la seguridad de sus ciudadanos? Por ejemplo, las fuerzas de seguridad del estado o el personal sanitario… Artículo completo en LAS MENTIRAS DE BARAJAS
¿Nos imaginamos al ministro del interior lanzando una campaña de descrédito contra las unidades de élite de las fuerzas de seguridad del estado, dando salarios y ratios de productividad manipulados y sesgados? Irresponsabilidad en estado puro. Los ciudadanos entendemos que los controladores, como cualquier otro colectivo de trabajadores, se rigen por un convenio, y éste se negocia con la empresa. Y sólo en caso extremo habría de entrar un tercero para ejercer el arbitraje, pero en ningún caso a base de Real Decreto.
Este real decreto es un atentado contra la seguridad aérea. Ya tenemos dos incidentes, de los que tengamos constancia, en el Aeropuerto de Madrid-Barajas el 7 de febrero y en el Aeropuerto de Gerona durante el temporal de nieve en marzo. ¿Quién será el responsable en caso de accidente? Está claro, AENA. Pero AENA buscará culpables, y será entre los controladores. Así, además, la opinión pública "obligará" al ministro a entrar a sangre y fuego.
En cuanto a la LER, estamos en las mismas. No es un capricho que los controladores puedan retirarse anticipadamente. (Sabe usted que los que lo podían hacer con 52 -siempre con 30 años de servicio- se "acaban" este año). Los reflejos necesarios para este trabajo se van perdiendo, a diferentes edades según cada persona. Llega una edad en la que es difícil seguir ejerciendo la profesión con garantías. Entonces debe uno retirarse pacíficamente. Nadie mejor que uno mismo para saber cómo y cuándo llega ese momento. Pero está bien que haya un departamento que contribuya a tomar esa decisión, nunca fácil.
Hay muchos colectivos que tienen condiciones especiales de jubilación y con razón: policías, bomberos, etc. Cuando lo primero es la seguridad, todo lo demás es accesorio. Cuando durante treinta años se ha desempeñado un trabajo con tanto desgaste físico y/o mental, parece razonable compensar esa vida laboral de sacrificio y tensión por una jubilación anticipada. Pretender medir a todos con el mismo rasero es una forma de actuar injusta y peligrosa. Un bombero que se ha jugado la vida durante treinta años desde los veinticinco, no sólo es merecedor de una jubilación anticipada, sino de un homenaje público. Resulta contradictorio que un diputado o senador pueda acceder a la pensión máxima después de 7 años de servicio (aunque como la mayoría no hagan nada, falten a su trabajo, etc.), y actuar con esta saña contra un colectivo que tiene en sus manos la seguridad de millones de personas.
Lo que no es admisible es este desbarajuste de normas: un día no se puede retirar nadie hasta la edad de 65 años y, no pasado un mes, sale otra norma especificando que todos deben retirarse inexcusablemente a los 57. ¿No podríamos ser más sensatos? Los controladores veteranos son un capital humano inestimable. Permítales seguir trabajando si demuestran tener capacidad y voluntad para ello. Y retirarse conservando una remuneración merecida si pierden esa capacidad. Pero con amenazas del tipo de que se les ofrecerá cualquier otro puesto de trabajo remunerándoles conforme a él, sólo conseguirán que continúen trabajando controladores que carecen de las condiciones apropiadas. Y esto, también, atenta contra la Seguridad Aérea.
Hace poco se volvieron a cambiar las normas de operación de Barajas. Es este un sector dinámico como usted sabe. Se firmaron unas nuevas condiciones de transferencia de los aviones entre una dependencia y otra, y por ello, su conocimiento y aplicación por parte de los controladores es fundamental. Le informo aquí de que aún no se nos ha notificado oficialmente la existencia de esa Carta; mucho menos se ha repartido, y hablar de formación teórica o práctica es practicar la fantasía imaginativa. Y lo peor es que éste es sólo un ejemplo. A los controladores se nos ha hurtado la formación continua y la formación puntual, se atenta contra nuestra capacitación profesional y nuestra dignidad. Cuando se han notificado modificaciones operativas ha sido fuera de plazo, y sin los estudios necesarios. En fin, un panorama muy sombrío que demuestra que la gestión de Aena es, en este campo, nefasta.
No se respetan siempre los límites de capacidad de los sectores. La Seguridad sólo puede garantizarse cuando se introduce en un espacio lo que en él cabe. Si se supera, se juega muy peligrosamente, con potencial resultado desastroso. Como verá, son muchas cuestiones las que surgen, y de ninguna manera es exhaustiva esta carta. Todas las que han aparecido aquí hasta ahora han sido comentadas a mis compañeros de gestión. Deben ser asuntos que no preocupan a Aena porque aún no he recibido respuesta alguna. Lo cual, dicho sea de paso, es otra afrenta a mi dignidad profesional.
El día 1 de diciembre un controlador escribió una carta en La mentiras de Barajas en la que denunciaba la situación de inseguridad en la que opera el Aeropuerto de Madrid-Barajas. Esta situación la conocen Aviación Civil, AESA, AENA y por supuesto muchos, si no todos, los controladores que han pasado por este aeródromo. Es más, cuando intenten llegar a las 120 operaciones a la hora, la situación será insostenible, y el más mínimo fallo (entre los que está el humano) provocará una catástrofe. Esto no lo debéis consentir, no debéis ceder a las presiones de AENA, que sabemos son muchas y contundentes, porque para AENA seréis la cabeza de turco. Tiempo al tiempo.
Estimado Simón, es la hora de los valientes. Es el momento de decir basta. Porque si cedéis no sólo perderéis como trabajadores, perderemos todos; la sociedad española entera perderá, perderá la seguridad aérea. Porque la seguridad aérea es de interés público y afecta a toda la sociedad. Porque hablamos de la vida real, y en la vida real lo que se hace mal tiene consecuencias.
Pero recuerda que el tiempo apremia. Primero fueron los inspectores. Luego fueron los pilotos. Ahora os toca a vosotros. Y AENA y Fomento lo tienen claro: van por vosotros a costa de lo que sea y como sea, y usarán medios lícitos e ilícitos.