Washington, USA.- La lapidaria frase que titula la pronuncia en un comunicado Jon Weaks, presidente del sindicato de pilotos de Southwest, SWAPA, que representa a 9.700 pilotos. Antes Weaks señalaba que «Boeing nunca más deberá obtener el beneficio de la duda»… Esta valiente nota de prensa no deja lugar a dudas. Es más, Weaks llega a dar la razón a la compañía que señala está explorando otras opciones de aeronaves, incluso que no sean Boeing, «para el mejor interés de todos nuestros futuros».
El dirigente de SWAPA, habla de la confusión existente en el comunicado. Indica que durante el pasado Verano, en las pruebas del MCAS, probando una falla «teoricamente posible, pero remota…» de la FCC (Computadora de Control de Vuelo), los pilotos de la FAA determinaron que las acciones de la tripulación excedían el supuesto en el que se basaba el Sistema de Evaluación de Seguridad (SSA). Tras ello Boeing está actualizando aún más el software del Sistema de Control de Vuelo para abordar este nuevo problema surgido durante la simulación.
Tambien señalan que los cambios en la FCC del NG y el MAX no son integrables de uno a otro modelo, ya que sus fabricantes son diferentes..
La Junta de Evaluación de Operaciones Conjuntas (JOEB) es quien evaluará la información anterior y hará una evaluación del desempeño técnico y FFHH (Factores Humanos) con un grupo de pilotos de la industria, entre los que se han incluído los de Southwest. Uno de los requisitos establecidos por la FAA es que el 50% de estas tripulaciones sean de aerolíneas extranjeras.
El resultado de la Evaluación de la JOEB se documentará en un Informe de la Junta de Normalización de Vuelo (FSB) que estará disponible a comentarios antes de su publicación definitiva. Además el Comité Especial del DOT, para la revisión del Proceso de Certificación de Aeronaves de la FAA, con el fin de la revisión de los procedimientos de certificación de la propia Agencia, que presentó por la Secretaria de la Swapa, Elaine Chao, se espera para este mismo mes.
Mientras por su parte Boeing está señalando cada vez con más fuerza que es posible que tengan que cerrar su línea de producción, FAL, del MAX, por una falta de espacio para almacenar los aviones que ya están fabricados. Pero desde el sindicato señalan que existe preocupación por si ésto obedece simplemente a otra argucia del fabricante para impulsar la línea del tiempo de la vuelta al servicio del MAX, obligando a los operadores a reanudar sus pagos a Boeing, mitigando algunos costos de logística y responsabilidades una vez almacenados los aviones, y en definitiva volver a obtener ingresos del MAX cuestionado de manera inmediata. Esto no parece que vaya a ser posible a corto plazo.
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