Santa Cruz de Tenerife, 21 de septiembre de 2012.- Acaba de archivarse la causa penal por el accidente del JK5022 de Spanair, por decisión del juez de la sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid. Se levanta así la imputación sobre los dos mecánicos que el juez instructor había escogido como cabezas de turco bajo la terrible acusación de responsabilizarlos en solitario de la múltiple tragedia. Su liberación es la parte positiva de tanto desafuero. La negativa es "culpar al muerto": "A los pilotos se les olvidó sacar los flaps".
!Y ya está!… ¿Para esto cuatro años de investigación y angustia de los familiares de las víctimas? ¿Se puede opinar, a ras de suelo, si parecen sus señorías conscientes de los múltiples daños colaterales que se infieren de ambas decisiones?
Estupor, indignación, indefensión, vacío… son algunos de los epítetos que se les asignan desde los foros implicados en un ámbito demasiado específico, a cuyo conocimiento en profundidad, ellos parecen no haber tenido acceso. Pudiera ser por ignorancia pasiva o desconocimiento voluntario por mera comodidad.
Estamos asistiendo a un deterioro sistemático y paulatino de la Seguridad Aérea. Y este carpetazo puede darle un aldabonazo de muy alto riesgo.
La Seguridad es el parámetro vital para la supervivencia del medio aéreo como el más rápido, seguro y eficaz que, a lo largo de un siglo, ha evolucionado hacia la perfección bajo sofisticados avances tecnológicos, acompañados siempre de la Seguridad operativa como apoyo imprescindible para una progresión que hoy se está viendo interrumpida y deteriorada por múltiples factores negativos. He aquí algunos de ellos:
- – La Seguridad sigue estando depositada en manos de los profesionales que, con un importante componente vocacional, configuran el bloque operativo de cada compañía. Desde otro bando, distinto y distante, está gestionada por el bloque administrativo, cuya prioridad es la economía, no la Seguridad.
- – La irrupción del Low Cost popularizó los viajes en avión, pero a costa de un descenso de la calidad del servicio y una merma de la Seguridad por el obsesivo ahorro que afecta a elementos vitales como mantenimiento y estabilidad laboral.
- – Las compañías convencionales, por la necesidad de competir con el bajo coste, descienden a su nivel mediante recortes de la calidad y presiones laborales a sus profesionales; los que vuelan y hacen que el avión vuele.
- – Las autoridades y organismos oficiales, responsables políticos de la Seguridad Aérea, se componen de cargos públicos no siempre ocupados por persona idónea. El desconocimiento del medio, la mediocridad y el interés prioritario por una poltrona bien pagada, redunda en perjuicio de la Seguridad.
- – La pasividad institucional ante el despropósito y aberración operativa de una compañía como Raynair, pone en riesgo el futuro inmediato de la aviación comercial en el único país que se le consiente al esperpéntico O´Leary la prepotencia, abusos, falta de respeto y frivolidad en relación con la Seguridad Aérea. Y además, aquí se le subvenciona, ilegalmente, con dinero público.
- – Si un juez, responsable de custodiar la privacidad y secreto sumarial de la investigación – cuatro años – de la CIAIAC, consiente unas filtraciones periodísticas, ilegales e inhumanas, afectando a la Seguridad, ¿sería legitimo, por correlación, dudar de su capacidad para juzgar?
- – Si otro juez, bajo la influencia de un papel mojado que en nuestra Constitución define una supuesta "separación de poderes", determina que es de Justicia "echarle la culpa al muerto", desde la percepción ciudadana, ¿puede opinarse que se falta el respeto al recuerdo de las víctimas y se deja indefensos a sus familiares? La impunidad regalada a los directivos de Spanair, al fabricante del avión, a los responsables políticos de la Seguridad Aérea, a los técnicos de Barajas, a los medios de comunicación que violaron el derecho a la privacidad, y hacen inútil una ya deplorable investigación, plagada de injerencias y anomalías en el seno de CIAIAC, todo ello, ¿atenta gravemente contra la Seguridad Aérea? Al no contemplarse la posibilidad de corregir todas las anomalías que propiciaron el accidente, por camuflarlas con la simpleza de una sentencia acomodaticia, ¿volverá a repetirse, del mismo modo que este fue repetición de dos anteriores en los que también se escondieron las causas?
La percepción de profano induce a razonar que todo juez ha de conocer en profundidad el ámbito sobre el que se va a dictar sentencia. Hablamos de Justicia (con mayúscula).
Santa Cruz de Tenerife a 20 de septiembre de 2012 bonzoc@hotmail.com