Varios compañeros me han preguntado, ahora que se abre la posibilidad de pagar para ser controlador, si merece la pena la inversión para sus hijos, familiares o amigos. Yo en todos los casos les he aconsejado lo mismo que cuando me preguntan sobre la profesión de piloto: sólo merece la pena si es vocacional.
Así que, lector, si desde niño has soñado con ser controlador, como otros han soñado con ser médico, bombero o futbolista, puedes dejar de leer este artículo. Si no es ése tu caso, continúa:
1º- Formación para ricos: Deberás pagar 50.000 ? por el curso más básico de control de aeródromo de baja complejidad. Luego, deberás seguir desembolsando dinero: si quieres una formación igual a la que se obtenía hasta ahora por oposición, SENASA la valora en 300.000 ?.
2º.- Condiciones legales y laborales draconianas: – Inseguridad jurídica. Condiciones laborales cambiantes, por decreto gubernamental, que sustituyen, impiden o coartan la negociación colectiva. – Estarás sometido permanentemente a la espada de Damocles de la Ley de Seguridad Aérea del año 2003 que incluye, en su procedimiento sancionador, multas administrativas multimillonarias que podrán arruinarte en cualquier momento. – Ejercicio efectivo del derecho de huelga gravemente restringido por servicios mínimos abusivos y la amenaza constante de la imposición de un laudo arbitral. – Todo ello sin contar con la aplicación de medidas legales de excepción en caso de conflictividad laboral.
3º.- Condiciones económicas que no justifican la inversión: – Ingresos medios/bajos: no esperes ni de lejos ganar el dinero que dicen los medios y el gobierno. Y mucho menos si tu curso es el más básico de controlador de aeródromo visual. Si quieres aumentar tu sueldo, tendrás que ahorrar previamente y pagar por ello. – No esperes poder ejercer el pluriempleo: por un lado, cláusulas de exclusividad e incompatibilidad en tu contrato o convenio lo impedirán. Por otro, tu turnicidad será irregular y tu empresa (y la ley) te exigirán disponibilidad absoluta para cubrir cualquier incidencia sobrevenida.
4º.- Condiciones de vida: – Olvídate de tu vida actual: va a cambiar totalmente. Inicialmente, serás destinado a una torre remota en una ciudad pequeña. Si pagando dinero consigues volver a tu ciudad, a un aeropuerto mayor, tus condiciones de trabajo te separarán definitivamente del entorno social: no más vacaciones en temporada alta, no más puentes ni fiestas, ni largos fines de semana. Tus amigos, incluso tu pareja, serán compañeros de profesión, lo que de manera efectiva te impedirá desconectar totalmente del trabajo. Espera sufrir síndrome de "burnout". – Olvídate de tu prestigio profesional: en España está perdido. Formarás parte de una de las profesiones -injustificadamente- más envidiadas y curiosamente, a la vez, más vilipendiadas. Nadie escuchará tu opinión profesional: cualquier alegato o denuncia por la seguridad aérea será desoído y por tu empresa o por la autoridad basándose en acusaciones de intereses laborales espúreos. Espera que tu empleador, o incluso el gobierno, organicen campañas de desprestigio profesional por motivos económicos o laborales. Esta es la situación de la profesión en España. Gran parte de lo dicho es aplicable también a la profesión de piloto. Mi recomendación, basada en mi experiencia: no pagues por ser controlador. No pagues por ser piloto. A no ser que sea vocacional.
Manuel Cazorla Vidal es Ingeniero Técnico Aeronáutico, Controlador de Tránsito Aéreo y Piloto de Transporte de Líneas Aéreas
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