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Perdón, que ya me voy…

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27 de septiembre de 2015.- Despues de 45 años de profesión me estoy marchando hace tiempo ,pero ahora es verdad. He hecho de todo en la operación del avión menos pilotar, sobre todo en el mantenimiento. Muchos años en IBE y luego en distintas empresas creadas y ayudando a jóvenes a su tarea. Pero ahora me toca hacer lo que no podía de pleno: escuchar música, escribir, mi familia y las cosas propias de estar en esa definida como la tercera edad.

Y me voy, feliz de haber desempeñado mi profesión como entendí que debía hacerlo. Todo lo aprendi en IBE . Despues también he aprendido pero quizá poco de técnica y más de cómo son actualmente los negocios. Viví un tiempo ideal de la aviación, pero con tristeza de ver donde están derivando las cosas en nuestra profesión en el mundo actual, pero que abarca a todos los profesionales de este país y de otros muchos. Porque el sistema económico que tenemos ha arrasado y aplastado a muchos profesionales de esos que desde posiciones medias hemos hecho posible el mundo que tenemos o, mejor dicho, que teníamos con una alta calidad de casi todo y de la vida misma. Pero todo va decayendo por mor del sometimiento a un poder económico que debe competir de forma inhumana para sobrevivir en una selva donde el que tiene más es el que quiere tener mucho más. Me explico:

Profesional es todo aquel que ejerce su trabajo con la calidad que se formó y con arreglo a ciertos cánones y deontología. O sea, con un deber y normas éticas necesarias para la convivencia. Ahí están médicos, abogados y jueces, ingenieros, periodistas, trabajadores manuales, incluso políticos,etc.. Pero vemos que a muchos de ellos se les elimina por no someterse a la disciplina del poder económico, sin contar con la valoración de lo profesional. Y esto pasa ahora también en nuestro trabajo aeronáutico. Todo tiene que ser competitivo, sin importar el resto. El low cost ha influido mucho en la calidad aunque no se quiera decir. Nunca entendí que un billete de 2 horas en avión cueste poco más que mi bonobus del mes. Algo hay que no cuadra y no quiero culpar a nadie, pero todos sabemos el coste del fuel, de la formación del personal, la falta de ese personal necesario para cubrir un trabajo bien hecho, conocemos las prisas para decidir en momentos críticos porque tenemos un retraso que perjudica la imagen, el coste de un repuesto de cualquier aeronave….. y todo esto es dinero . Pero ahora todas las empresas deben competir y para ello, el profesional que quiera ejercer sus conocimientos y normas, sufre presiones. La norma se cumple, eso en nuestro entorno es cierto, pero todos sabemos que la norma es como una partitura donde todas las notas se dan para luego interpretarlas para que tengan sentido y ahí es donde se puede presionar para que la interpretación no sea de un buen solista , sino de un estudiante que nunca toco el violin. No se si me explico pero esta deriva del mundo nos conduce a una calidad ínfima..

Quién iba a decir que Volkswagen caería en el problema y ha caído. El país de la calidad nos demuestra que por este camino vamos a un desastre malo de predecir. Ya no hay marcas porque todo se hace por allí lejos. Todo es similar y nos lo acaban de demostrar los alemanes, tan rigurosos con la norma.

No quiero ponerme trágico pero la seguridad aérea hay que mantenerla al coste que sea. Recuerdo hace muchos años el mejor anuncio que he oído, aquel que decía que «en IBE solo el avión recibe más atenciones que usted«. Y doy fe de ello. No importaba el coste porque era un servicio público necesario y seguro. Ahora cuando pides un servicio público de calidad te dicen que eso cuesta mucho y que eres un populista. Porque ahora debe ser rentable hasta ese servicio público, que antes fue necesario..

A esto se añade que los políticos han dejado también su profesión para no enfrentarse a quien les paga, no a quien sirven. Cuando hay un presidente que no sabe desenvolverse en una entrevista no preparada ,provocando la hilaridad, uno se pregunta como es posible que un político asi se mantenga con tanto poder, pero es fácil deducir que la obediencia total es rentable para el dios mercado y les interesa un tipo asi. Y da lo mismo que la calidad de vida se rompa mientras esos lobbys que crearon ese nuevo dios, con minúsculas, hagan sus crisis y sus guerras para cada dia disponer de más poder económico hasta, posiblemente, llegar al esperpento de ver la ultima derivada del sistema con un porcentaje enorme de patrimonio en poder de muy pocos y la ausencia casi total de liquidez para el resto, incluidos los políticos que hicieron aquel trabajo sucio y que ya no serán recompensados.

He hablado con políticos, con la administración, con profesionales,…y todos me responden algo parecido a » qué podemos hacer?». Y yo les comprendo porque lo he vivido desde dentro pero habría que abrir un debate serio en este país, no ya entre los aeronáuticos de cualquier nivel, sino entre el resto de aquellos que sufren presiones para imponer un control a este sistema que vivimos y que los que lo crearon, no quieren imponer porque les perjudicaría. Se que es muy difícil pero es que esos nuevos dioses nos necesitan para enriquecerse, pero con cierto control , que no habiéndolo , conduce a un mal final. La muestra ,el ultimo caso de VW , que supongo no acabará ahí, porque aparecerán más..

Por todo esto, me voy. Soy ya un espectador de un mundo que no creo que guste a la mayor parte de aquellos que hemos puesto nuestra profesión al servicio del trabajo y no al de un jefe interesado en que todo sea competitivo con el bajo coste para ganar más sin repartir nada. . Y me voy preocupado por donde puede llegar esa última derivada de un trabajo mal hecho si los profesionales deben acatar sólo un proyecto barato pero no de calidad porque ésta no compite ahora.Y en aviación , los costes son elevados.. Alerto a todos los que os quedais en el mundo laboral para que os concienciéis en que hay que trabajar para poder vivir, eso está claro, pero también hay que defender con uñas y dientes la dignidad de la persona, la del profesional que defiende la seguridad de una máquina a la que hay que tener respeto, ese respeto que algunos parecen no tener.

CESAR MOYA VILLASANTE cesarmv41@movistar.es

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