Amelia E., Aviaciondigital.- Cuando pienso en el Airbus A340, me recuerda en algunos rasgos a una de las figuras más célebres de la antigüedad, el grandioso líder romano Julio César, que aunque nunca se proclamó emperador, asentó las bases de un imperio casi absoluto. Al igual que este gran político y militar, el A340 llegaría a alcanzar la cima del poder y se convertiría en una de las aeronaves más importantes de su época. Supo conjugar sabiamente la fiabilidad y la comodidad con una gran capacidad y utilizó la táctica de sorprender a sus oponentes.
Quizás no fue solo un avión que desease proclamarse emperador de los cielos, y de haber querido serlo, no sabemos qué tipo de emperador seria ya que sus rivales, en concreto los Boeing 747 y los 777, eran casi tan o más fuertes que él. Lo que si deseaba el A340 era marcar historia, a semejanza de un faraón egipcio o un Basileo del Imperio Bizantino. Quería estar entre las aeronaves más relevantes de historia de la aviación. Y tras muchas batallas, casi lo consiguió.
Lo que si deseaba el A340 era marcar historia, a semejanza de un faraón egipcio o un Basileo del Imperio Bizantino
En 1982 Airbus confirmaba dos de sus proyectos, el bimotor A330 y el cuatrimotor A340 que fueron desarrollados a la par. El A340 fue la primera aeronave de Airbus destinada a cubrir las rutas más largas y reemplazar así a los Boeing 747, muy semejantes en cuanto al largo y envergadura de sus alas, pero sin contar con su famosa joroba. El objetivo de Airbus era proponer los A330 a los americanos y los A340 a Asia y Oriente, donde grandes compañías aéreas operaban rutas fundamentalmente de largo recorrido, y preferían por tanto, aviones con cuatro motores. Además en el A340 podían viajar un número similar de pasajeros a los portentosos Boeing 747, y transportar el doble de carga con menores costes.
Julio César, como estratega indiscutiblemente, contaba con gran ingenio militar puesto muchas veces a prueba durante su agitada vida castrense, a cuyos retos respondía siempre con innovaciones tácticas que le hacían ganar ventaja. Airbus hizo lo mismo cuando se centró en la búsqueda de elementos intercambiables en sus distintas aeronaves. Como el A340 fue diseñado conjuntamente con el A330, se buscó que la cabina de ambos fuera lo más similar posible a efecto de la habilitación de las tripulaciones, hecho que reducía considerablemente los costes de mantenimiento y operación. Y así los pilotos podían pasar de la cabina de uno a otro modelo con cierta facilidad, reduciendo además los tiempos de entrenamiento. Al mismo tiempo, el A340 tuvo una gran cantidad de elementos comunes con sus allegados algo menores el A-319, 320 y 321. Definitivamente, todo quedaba en familia.
En esa época, las aeronaves de cuatro motores no estaban afectadas por las limitaciones ETOPS
En esa época, las aeronaves de cuatro motores no estaban afectadas por las limitaciones ETOPS, que si afectaban en cambio a los aviones bimotores. Los cuatrimotores eran por tanto muy deseados, ya que generaba una sensación de mayor seguridad en caso de volar con uno de ellos inoperativo. Incluso Airbus se vio tentado a participar en la fabricación de un nuevo modelo, el AM-300, un aparato trimotor que finalmente no vio la luz.
Pero el disponer de cuatro motores facilitó, al igual que Julio Cesar cuando se lanzó a la conquista de las Galias, que el A340 consiguiera prestigio, poder y pudiera saborear el éxito durante los años 90, razón que sin embargo, se terminaría convirtiendo en su ocaso definitivo.
No obstante, fueron muchos los éxitos que cosechó cuando en el año 1987 Airbus presentó su nueva propuesta. Si Julio Cesar tuvo fama de conquistador y no solo en el entorno de batalla, el A340 sedujo a varías aerolíneas que quedaron cautivadas por el nuevo modelo de aeronave. Tanto que Airbus lo fabricó en cuatro variantes con distintas autonomías y longitudes de fuselaje: A340-200, -300, -500 y -600, siendo la versión más corta la -200 y las más pesadas y de mayor longitud las -500 y -600, que le convirtieron durante unos años en el que fuera el avión comercial más largo del mundo, hasta que en 2011, el Boeing 747 le arrebatara ese título.
La razón que animó a muchas aerolíneas para dejarse cautivar por este modelo, fue la de operar rutas más largas sin tener que hacer muchas escalas. En esto, el A340 era un experto, estableciendo incluso algún record mundial que durase más de una década, como cuando en 2003, un Airbus A340-200 despegaba de París con destino a Nueva Zelanda, regresando después en menos de 50 horas.
Fueron muchas sus conquistas: Singapore Airlines sorprendentemente desterró los MD-11 para hacerse con el A340-300. En 1993 la Virgin recibiría su flamante primer A340-300 y llegaría a un acuerdo con Airbus para ser el primer cliente para el nuevo A340-600, que llevó el insigne mensaje “Mine is longer than yours” (“La mía es más larga”) inscrito en su fuselaje. Sri Lankan Airlines fue el cliente de lanzamiento en Asia. En 2003, entraba en servicio el A340-500 y la primera compañía en operar este modelo iba a ser Air Canada, que tras caer en quiebra, pasó a manos de Emirates. Mientras Etihad Airways operaba once A340 de los modelos –500/-600, Cathay Pacific y la tailandesa Thai explotaban también las nuevas prestaciones del A340, esta última operando una ruta entre Bangkok y Los Ángeles. La mayoría de las aeronaves destinadas a cubrir las rutas de largo recorrido de South African Airways eran A340, operando las variantes –200, –300 y -600.
Y sin olvidarnos de las compañías de los países pro-Airbus: British, Lufthansa, Air France e Iberia. Incluso el sultán de Brunei se encaprichó de este modelo, cuando solicitó una versión especial conocida como A340-8000, que aumentaba considerablemente su autonomía y aunque se fabricó un solo avión de este tipo, lamentablemente nunca llegó a entrar en servicio.
Durante 4 largos años y teniendo los cuatro modelos del A340 activos en el mercado, varias aerolíneas se dedicaron a batir de manera sistemática todos los récords que existían de rutas de mayor distancia. Del mismo modo, bajo la hegemonía de Julio César, Roma experimentó un breve periodo de gran prosperidad, que duraría hasta que algunos senadores vieron en él una amenaza. Asimismo, la dicha del A340 pronto iba a llegar a su fin, ya que en el año 2008, el precio del combustible estalló y con ello varias aerolíneas se vieron obligadas a tomar medidas drásticas para ahorrar en su consumo. A Julio César, un grupo formado por varios de sus hombres de confianza y antiguos lugartenientes, le asesinaron cuando se dirigía al Senado. El A340 no solo fue víctima de la subida de precios de combustible y del considerable coste de mantenimiento, sus propios creadores, estaban centrados en el proyecto de un nuevo modelo de aeronave, por lo que sacrificar la fabricación del A-340 solo fue un mal menor. Además Boeing apostaba por el 777, que resultó ser superior al A340-200 y prácticamente idéntico al A340-300 en capacidades pero con dos motores menos.
Por estas razones y debido a que las mismas aerolíneas que hasta entonces habían estado enalteciendo su buen funcionamiento buscaron nuevas alternativas en aeronaves bimotores, el A340 fue herido de muerte. Recibió tantas puñaladas como aerolíneas dejaron de estar interesadas. Julio César, al darse cuenta de que era el blanco de innumerables puñales contra él, se cubrió la cabeza con la toga y se dejó caer a los pies de la estatua de Pompeyo. El A340 cayó con dignidad a los pies del que sería su relevo más avanzado, el impresionante A380.
Los pedidos desaparecieron por completo el 11 de Noviembre de 2011, cuando se cerró de manera definitiva su producción. Por si fuera poco, la pandemia actual ha terminado por rematar a los pocos que se mantenían en activo, y es bastante probable que en breve sean tan solo recordados como una pequeña parte de la historia de la aviación. El A340 ha sido siempre y será, un excelente aparato que lamentablemente resultó víctima de las circunstancias de su época.
Siempre recordaremos que con él también ha volado la solidaridad a países devastados por catástrofes naturales como Guatemala, Chile o Haití y que hemos celebrado momentos históricos como su vuelo de vuelta de Sudáfrica, con la Copa del Mundo de Fútbol y orgulloso de su selección.
Fue un avión de renombre, como los que tuvo Iberia en su flota y que llevaron en su fuselaje tatuado el nombre de grandes mujeres, tan grandes como fue su capacidad: Rosalía de Castro, Agustina de Aragón o María Moliner entre otras, siendo los primeros aviones de la compañía con nombre de mujer. Más tardes también rendiría homenaje a grandes e ilustres caballeros de la talla de Santiago Ramón y Cajal, Salvador Dalí, Jacinto Benavente, Gaudí o Julio Romero de Torres.
Julio César, cuya fama ha perdurado hasta nuestros días, será recordado como una gran figura de nuestra historia, de la misma manera que el A340, será siempre una gran aeronave con vuelo elegante y magistral, que nunca sufrió accidentes con víctimas mortales. El complot que terminó con la vida de Julio César le impidió ver realizados sus sueños, sin embargo aquél a quién había designado como su sucesor, Octavio Augusto, acabaría por convertirse en el primer emperador romano. Quizás esta vez la historia del mismo modo, favoreció y convirtió en emperador de los cielos a uno de los sucesores, el colosal A380.
Que honor hubiera sido que el A340, hubiese también llevado tatuado en su fuselaje el nombre de Julio César.
muy entretenido Amelia
la canción no solo es para el A340 sino para todos los cuatrimotores llámense A340, llámense A380 o llámense 747. Con los motores que están montando aviones como el A350, 787 o los nuevos 777-X la desaparición de estas preciosidades es cuestión de tiempo
airbus los regala a precio de saldo y si no que le pregunten a la los iraníes que los operan a precio de risa para no tener que tenerlos tirados en Arizona
Excelente y hermosa descripcion del mejor avion de pasajeros jmas construido, Su seguridad y silencioso-elegante vuelo. El avion en el que me he sentido mas tranquilo y comodo al volar