Guadalajara, SP, 1 de agosto de 2013.-Muy joven era la pasajera, unos 18 años, del vuelo de Ryanair FR2083, que el pasado 22 de julio cubría la ruta IBIZA-MADRID, y probablemente esa juventud hizo que lo que es simplemente una habitual práctica exageradamente abusiva del operador irlandés respecto a las limitaciones en el tamaño del equipaje no facturable, que no reparara en que esta compañía controla al centímetro la dimensión de las males. !Incluyendo las ruedas!. Y es que precisamente el exceso de medida, estaba en los 3-4 cms que sobresalían del molde pirata, era precisamente por lo que pretendían cobrar un gravámen de 60EUR. Alternativa, sacar a la vista de todo el pasaje que embarcaba todos sus enseres personales, dejar la maleta, y reubicar el contenido en una… bolsa de basura. Ni que decir tiene que la compañía no se la iba a proporcionar.
La pasajera, dado que el control del tamaño de las maletas se realiza a pie de avión ya, es decir, una vez pasado el control de seguridad, no tenía más remedio que deshacerse de sus enseres, desalojar la maleta y reubicar en una bolsa de basura o similar sus pertenencias o pagar los 60EUR en efectivo y al momento, que por su condición de joven y/o estudiante en paro muy probablemente, sería un gasto extra inasumible.
Las lágrimas afloran cuando se es joven, y más aún cuando la situación supera la vulnerabilidad del pasajero. Además ya no había tiempo, y RYR no esperaría ni un segundo. Pero es que además, no iban a facilitar una solución a esta pasajera, cuando se estaban jugando un puñado de euros, equivalentes al precio de pasaje.
Abochornada, humillada, avergonzada y llorosa, esta joven, la última en embarcar, debió recorrer casi todas las tiendas duty de la terminal de Ibiza, hasta que un alma caritativa fue capaz de proporcionarla !una bolsa de basura!. Después cabizbaja, conseguía encontrar el último asiento, en un avión donde no existe numeración alguna, afortundamente para protejer el anonimato de la foto-todo tiene sus ventajas-, y tras las surrealistas vejaciones acústicas de este mercadillo aéreo, entre palmadas en la espalda, y algún buen gesto de solidaridad de algunos compañeros de viaje,-quizás la solidaridad se demuestra algo más contundentemente- tuvo que aguantar como la despertaban a toque de corneta, literalmente, cuando intentaba olvidar lo sucedido, y apresurándose a desembarcar velozmente con su bolsa de basura, llegaba a LEMD. La maleta en Ibiza, el orgullo por los suelos, y una experiencia que probablemente haga que se replanteé volver a volar con la compañía bandera de los abusos a los pasajeros en España. Según pudo deducir de su amarga experiencia nuestra joven compatriota.
Así que ya sabe nuestro lector. Si quiere viajar en Ryanair, por si acaso, lleve dentro de su maleta una bolsa de basura, o un enlace a AD, "Buzón de denuncias", que transmitiremos, sin cargo alguno, a FACUA. Buen vuelo…