Florencia Amat / Aviación Digital, Sp. – El globo chino derribado el pasado 4 de febrero parece que marcó un comienzo en lo que parece ser una crisis en los cielos norteamericanos. En este último fin de semana se han avistado otros tres objetos no voladores tanto en Estados Unidos como en Canadá, llamando a la acción conjunta de ambos países.
Alaska, EE.UU.
El viernes 10, la Casa Blanca confirmó el derribo de un objeto no identificado que sobrevolaba los cielos de Alaska. Este objeto, el cual llevaba siendo vigilado las pasadas 24 horas previas a su intercepción, volaba a unos 12.000 kilómetros sobre la altura de la tierra. Según las autoridades, el objeto «suponía una amenaza para la aviación civil«, por lo que se tomaron las medidas correspondientes.
Bajo recomendaciones del Pentágono, el presidente Joe Biden ordenó el derribe del objeto, el cual terminó cayendo en aguas -congeladas- estadounidenses. El caza encargado de tumbarlo fue el F-22, aeronave estrella de las Fuerzas Armadas estadounidenses utilizada también contra el globo chino. El objeto contaba con unas dimensiones similares a las de un coche pequeño, y no suponía una amenaza para la actividad militar de la zona.
John Kirby, Secretario de Prensa del Departamento de Defensa de EE.UU., lo llamó en su momento objeto «ya que es la mejor descripción que tenemos por el momento. No sabemos de quién es, si es de propiedad estatal o de alguna empresa». Lo que sí pudo confirmar es que era «mucho más pequeño que el globo espía» que se derribó el 4 de febrero. Además, a diferencia de su predecesor, este objeto no parecía -según el Pentágono- manejable, estando a la suerte del viento.
Yukón, Canadá
No pasó ni un día cuando desde el país vecino tuvieron que hacer frente a otro caso similar. La Ministra de Defensa de Canadá, Anita Anand, dio más detalles en una rueda de prensa sobre el objeto no identificado derribado el pasado sábado en cielo canadiense. La aeronave sobrevolaba el territorio del Yukón, generando una situación insegura para el tráfico aéreo de la zona.
El objeto comenzó a rastrearse desde NORAD (o North American Aerospace Defense Command, organización de colaboración entre EE.UU. y Canadá para la defensa y control aéreos), quien lanzó aviones de combate para investigarlo. Anita Anand, confirmó que la orden vino del Primer Ministro, Justin Trudeau. La ministra mencionó también la cooperación con Lloyd Austin, Secretario de Defensa de EE.UU. «Por lo que sabemos, es la primera vez que una operación del NORAD derriba un objeto aéreo«, afirmó. Este objeto volaba a la misma altitud que el de Alaska.
«No tenemos más detalles sobre el objeto en este momento, incluyendo cualquier descripción de sus capacidades, propósito u origen. Parece ser un objeto pequeño, cilíndrico, más pequeño que el derribado frente a la costa de Carolina del Norte», dijo Anand. Un F-22 americano, de nuevo, se encargó de lidiar con este objeto, como confirmó Trudeau.
Michigan, EE.UU.
Contando el objeto avistado el 12 de febrero sobre el lago Huron, Michigan, ya son 4 los que los militares estadounidenses han derribado a lo largo de este mes. La subsecretaria de Defensa, Melissa Dalton, confirma que estos objetos no tienen «capacidades de vigilancia» y que a primera vista «no suponen un riesgo militar letal» pero que sus «caminos próximos a sitios sensibles para la defensa de Estados Unidos y la altitud a la que volaban podrían suponer un peligro para la aviación civil». Por eso, un F-16 lanzó un misil al objeto que, esta vez, sobrevolaba los cielos a 6.000 kilómetros, bastante más bajo que los anteriores.
En contraposición al caso de Canadá, este objeto se describió como «de forma octogonal y con cuerdas atadas al mismo». En estos casos, el espacio aéreo se cerró, en un principio sin dar muchas explicaciones hasta que se pudieron confirmar las especulaciones desde los departamentos militares correspondientes.
Hipótesis
La falta de confirmación de la procedencia y la naturaleza de estos objetos han dado pie a la imaginación de varias personas. Los altos mandos militares estadounidenses aseguraron que «no se descartaba ninguna hipótesis«, por lo que mucha gente ya comenzó a hablar de ovnis y de los intentos del gobierno estadounidense de ocultar información.
Lo que sí es cierto es que NORAD aumentó sus capacidades de radar para detectar posibles amenazas a raíz del caso del globo espía chino. Por eso, es muy probable que los casos apelotonados de objetos no identificados se deban al mayor alcance de estos radares y a la hipervigilancia norteamericana en relación a los hechos previos.
Además, fuentes locales de China aseguran que el gobierno asiático detectó un objeto no identificado sobre aguas cercanas a una ciudad portuaria del norte de China, Qingdao, próxima al mar de Bohai. South China Morning Post se hizo eco de la información publicada por The Paper, quien afirma que «la Oficina de Desarrollo Marino de Qingdao envió un mensaje a los barcos pesqueros para informarles de que se había detectado un objeto volador no identificado sobre aguas próximas a Rizhao y que las autoridades se preparaban para poder derribarlo«. Se ordenó a los barcos pesqueros que estuvieran alerta y «evitaran riesgos», según el informe, sin precisar cuándo se envió el mensaje ni cuándo se avistó el objeto.
Puede que desde el gobierno chino estén también más alerta acerca de lo que pasa en su espacio aéreo, teniendo en cuenta también las últimas trifulcas con Taiwán. También puede que ambos países estén enviando pequeñas aeronaves -o globos- para observar las capacidades de respuesta del otro, apuntando sus maneras de defensa para anticiparse a posibles ataques. De momento, todo esto no son más que teorías y especulaciones.