Meteorólogos, controladores, pilotos y AENA estuvieron presentes y concluyeron que el flujo de información es básico entre meteo-atc-pilotos en ambos sentidos.
Madrid, SP, 5 de junio de 2014.- La cizalladura del viento es la diferencia en la velocidad del viento o su dirección entre dos puntos en la atmósfera terrestre. Dependiendo de si los dos puntos están a diferentes altitudes o en diferentes localizaciones geográficas, la cizalladura puede ser vertical u horizontal. La cizalladura del viento puede afectar a la velocidad de vuelo de un avión durante el despegue y el aterrizaje de forma desastrosa. Ahí se puede observar una explicación respecto a la cizalladura vertical: gradiente del viento. También es un factor dominante que determina la severidad de las tormentas. Una amenaza adicional son las turbulencias asociadas frecuentemente con la cizalladura. También influye sobre el desarrollo de los ciclones tropicales.
NP COPAC/Pilotos y meteorólogos impulsan la colaboración para la observación y predicción de fenómenos meteorológicos que afectan a las operaciones aéreas
Madrid, 4 de junio de 2014.- La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), y el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC) han celebrado una jornada sobre turbulencia y cizalladura dirigida a los profesionales del sector aéreo con el objetivo de analizar ambos fenómenos y su incidencia en las operaciones aéreas.
Un centenar de personas, en su mayoría pilotos, meteorólogos y otros profesionales del sector aéreo, han asistido a la jornada, en la que ha quedado patente el impacto de la información meteorológica sobre las operaciones aéreas en términos de seguridad, eficiencia y capacidad.
Así, durante la jornada se ha puesto de manifiesto la necesidad de disponer de información meteorológica, en forma de predicciones y observaciones más precisas y completas que permitan optimizar la planificación de las rutas y la toma de decisiones durante el vuelo, especialmente en las fases críticas, como el despegue y el aterrizaje. De esta manera se refuerza la seguridad de las operaciones y se optimiza el consumo de combustible, reduciendo impacto ambiental y costes para el usuario.
Para mejorar los pronósticos se ha planteado la necesidad de potenciar la investigación meteorológica y el despliegue de nuevas infraestructuras de observación, promover la fluidez de la comunicación entre los actores, automatizando y estandarizando el contenido y flujo de información, y establecer programas de formación continua.
También se han comprobado los beneficios de colaborar y compartir información entre los profesionales implicados para detectar problemas y buscar soluciones conjuntas teniendo en cuenta los diferentes puntos de vista y optimizando los recursos disponibles. En este sentido, durante la jornada se ha analizado un caso real de colaboración, como es el impacto de la cizalladura en el aeropuerto de Tenerife Sur, contando con las aportaciones de AENA y Asociación Profesional de Controladores de Tránsito Aéreo (Aprocta). Así mismo, se han analizado específicamente las necesidades del sector de Trabajos Aéreos en cuanto a información meteorológica, dadas las particulares condiciones en las que desarrollan sus operaciones.